
Las historias de crímenes reales manifiesta, alto y claro, lo que queda intangible en la ficción: en las circunstancias propicias, seres humanos reales pueden transformarse en asesinos, con todas las ambivalencias y complejidades que plantea cada situación criminal.
Captive , otro esfuerzo de Netflix por contener motivaciones, procesos y secuelas de crímenes brutales – ya hemos visto Making a Murderer y, más recientemente, el testimonial de Amanda Knox –, prefiere tomar distancia de lo explícitamente sanguinario y concentrar la mirada en lo perturbador: ¿qué significa que un ser humano se apropie de la libertad de otro?
Los episodios de la serie documental presentan ocho casos reales de secuestros. La idea del proyecto fue creada por una figura del thriller , Doug Liman, director de la película con Matt Damon, The Bourne Identity (2002) y productor de las siguientes secuelas, y personalidades del documental, entre ellos Simon Chinn, productor del premiado Searching for Sugar Man (2012).
“Los secuestros son una situación con la que la gente está familiarizada pero, aparte de quienes están directamente involucrados, nadie lo conoce bien”, explicó Chinn a la revista Variety acerca del fundamento del proyecto documental. “Cada episodio de Captive refleja la tensión que generan los riesgos entre la vida y la muerte, pero también revela la complejidad de una crisis de rehenes”.
Este trabajo hila cada historia con los puntos de vista de víctimas, familias, negociadores, oficiales gubernamentales y los secuestradores.
Netflix ha rebelado poco sobre el origen de los casos que aborda el trabajo de Liman y Chinn; no obstante, en su tráiler deja claro que estará exponiendo casos sonados y otros que, por su naturaleza, fueron demasiado delicados como para revelarlos al público antes de su resolución.
Véalo. Viernes 9 de diciembre. Netflix
