La ciudad de Nueva York es, quizás, la jungla de concreto más compleja e intensa del planeta. La vida en ella es difícil y retadora, sobre todo para su fauna.
¿Cómo es la vida de un animal, salvaje o domesticado, en las calles de la capital del mundo? Sí, ante esa pregunta uno tendería a pensar en las necesidades básicas: si sentirá hambre, sed, frío, si estará enfermo.
Pero vayamos más allá: ¿Se sentirá feliz, solitario, incapaz de mantener una relación estable? ¿Sentirá que su vida no tiene propósito, que su trabajo lo consume?
Es decir, ¿sentirá un animal perdido en Nueva York esas complejas emociones y frustraciones que nos hacen a los seres humanos ser, pues, humanos?
En Animals. , una serie animada de HBO, la premisa es que sí. El menú es generoso: ratas enamoradas, palomas con cuestionamientos de género o insectos en la crisis de la mediana edad; sus charlas incómodas, ambigüedades morales y cuestiones existenciales son sorprendentemente –o tal vez no tanto– parecidas a las nuestras.
Creada por Phil Matarese y Mike Luciano, la serie nació como un par de cortos que se estrenaron el festival de cine de Sundance, en enero del 2015; meses más tarde, fue adquirida por HBO, que estrenó la primera temporada de Animals. hace un año y ahora se apresta a dar rienda al segundo ciclo de este drama animado, para adultos, sobre animales existencialistas.
En el primer capítulo de la nueva temporada, Mike y Phil –dos ratas de laboratorio que protagonizan la serie y que sí, fueron bautizados como los creadores– forman un triángulo amoroso con un amigo imaginario, mientras que una alga cuestiona sus razones para seguir viva y dos moscas, atrapadas en la espalda de un mono en el zoológico de la ciudad, reflexionan sobre las decisiones de vida que las han llevado hasta su actual predicamento.
La vida es así de salvaje.
Véalo. Viernes 31 de marzo. HBO Plus. 7:40 P.M.