“Esto no es cosa nueva”. Esa es la primera idea que le cruza a muchos la mente cuando piensa en el helado.
¿Qué se puede decir de este refrescante platillo que no se haya dicho antes? El helado, probablemente, lo acompaña desde que tiene memoria... desde aquella fiesta infantil donde disfrutó sus fríos placeres por primera vez.
A esta altura de la vida, seguro ya tiene su propio rito sagrado para encontrarse con él y quedar satisfecho: consumiéndolo en el cartón, sin más ayuda que la de una cuchara; en la compañía de un buen amigo; cargado de frutas y chocolate; en una noche de celebración o caminando lentamente por algún parque.
Disculpe mi atrevimiento y permítame una pregunta: ¿siente que ha caído en la rutina?
Si después de un rápido examen de conciencia se encuentra siempre con la misma paleta de sabores o adornando siempre sus idilios con los mismos
Hoy, le traemos tres sugerencias sencillas para mejorar su potencial de goloseo y avivar sus encuentros con el helado.
Bolas de manzana verde con veteado de chocolate o conos de turrón son solo dos ejemplos de la amplia gama que se está perdiendo.
Las
“El
Si se siente un poco reticente abandonar su compañero de tantos años, no olvide que cada tienda cuenta con su propia receta y estilo para fabricar helados, por lo que la cereza o la crema de almendras de dos lugares nunca sabe igual.
Anímese a probar diferentes versiones de su sabor favorito, hasta descubrir los ingredientes o la cantidad de crema que lo hace perfecto.
Cuando esté listo para dar el próximo paso, vaya acercándose a sabores más extravagantes, como la crema de
Ante un escenario nuevo, nunca está de mal pedir una probadita antes de comprometer todo su postre con un único sabor.
Un principio fundamental es que lo exótico no tiene por qué ser caro.
Heladerías como Glu-Glu, en los alrededores de la UCR, ofrecen opciones de sabores poco convencionales, a un precio inferior a los ¢350.
Las propuestas incluyen helados de palito de sabores como mango verde, árbol de tomate y pedacitos de queso blanco.
Deje de lado combinaciones tradicionales como la vainilla y el caramelo, y agregue algún giro sorprendente a su postre de siempre.
Las heladerías le ofrecen muchas combinaciones de copas, canastas y postres en el menú. Las opciones incluyen cafés fríos, queques y
También siéntase libre de intentar cosas nuevas en la comodidad de su hogar, con elementos que tiene en la alacena.
Decida poner en uso el poco agraciado helado de vainilla que tiene meses en la nevera, en un batido con galletas de chocolate.
Utilice las manzanas que normalmente usa para la merienda y mételas al horno con una pizca de canela y miel. Sírvalas todavía calientes con el helado y nada más disfrute del contraste de cada bocado.
Si tiene antojos de una más extravagante fusión entre dulce y salado, puede hacer un sándwich de helado con galletas saladas y dulce de leche.
Las recetas y posibilidades abundan para los golosos, nada más hay que probar varias cosas hasta encontrar la combinación perfecta.
Los locales ofrecen una amplia variedad de productos bajos en grasa, sin azúcar o endulzados con diferentes tipos de sustitutos.
“En los helados corrientes estamos hablando de un 12% e incluso hasta un 18% de grasa. En el producto para diabéticos se usa un 3% y nada de azúcar”, explicó José López, gerente de
La gama de seis sabores está disponible en más de 290 macrobióticas del país y no utilizan ningún tipo de preservante o colorantes.
El
“Es mucho más dietético y además posee probióticos que ayudan a digerir mejor”, manifestó Jenny Wong, gerente de
Los dulces sin grasa o hechos a base de yogur también pueden adquirirse en un amplio rango de precios y presentaciones en supermercados. De igual forma, los frigoríficos cuentan con productos a base de agua para personas intolerantes a la lactosa,
La próxima vez que piense en el helado deje que su paladar se enfríe con un manjar novedoso y provocativo. No olvide ponerle una chispa a su sabor favorito, no hay problema si son de chocolate.