
Paquita la del Barrio falleció este 17 de febrero, según se comunicó en las redes sociales de la artista. La cantante mexicana fue uno de los máximos íconos de la música popular latinoamericana, especialmente durante el siglo XXI, cuando su éxito Rata de dos patas le consagró una impronta que nadie más ostentó: la de heroína de las mujeres lastimadas y traicionadas.
En sus canciones muchas encontraron consuelo y el coraje para afrontar males de amores y hasta situaciones de violencia. De paso, a los “inútiles (los hombres)”, como solía decir, no les quedó más que oírla y rendirse ante su singular manera de interpretar.
“Nunca ningún varón me ha dicho de frente algo en contra porque saben que no le iría nada bien conmigo. Siempre me preguntan que cuándo voy a estar del lado de ellos; yo les respondo: ‘Nunca estaré del lado de los hombres’”, dijo Francisca Viveros, nombre real de la artista, a La Nación en 2015.
Para recordar su enorme legado, le dejamos 6 canciones que definen su trayectoria artística.
‘El barrio de los faroles’ (1984)
Paquita grabó su primer disco en 1984, el cual pagó con sus propios ahorros. En aquel álbum viene incluida la canción El barrio de los faroles, que da nombre al disco. Es un bolero composición de Lalo Barrera, que está escrita desde el punto de vista de un hombre, que se enamora por primera vez de “una cabaretera que tiene nombre de flores”.
Para ese entonces, su música era de un corte más romántico, con algún sabor a despecho que nunca falta en la tradición latinoamericana, pero no con el tono tosco y altanero que encarnó años después, y que fue su sello personal.
“Yo ya no quiero volver al barrio de los faroles”, versa la canción que por cierto, le dio su nombre artístico como Paquita la del Barrio. La frase fue ciertamente premonitoria, pues más adelante no volvió a los boleros idílicos para convertirse en la máxima exponente de las rancheras de orgullo y desprecio.
‘Desquítate conmigo’ (1992)
Durante los años 90, la mexicana descubrió que su pareja la engañaba desde hace 15 años y que hasta tenía una hija adolescente con otra mujer. Después de mucho llanto, confesó en entrevista con La Nación en 2015, nació una nueva mujer y por consecuencia, una nueva voz.
Ahí fue que, señoras y señores, el mundo conoció a la Paquita fuerte y defensora de las mujeres, y escuchó por primera vez aquello de “¿Me estás oyendo, inútil?”. Desquítate conmigo fue el segundo álbum de la cantante y la canción homónima, aunque no tan conocida, lleva impregnado el sello de la azteca, como pocas.
“Después que no pudiste serle fiel a mi cariño, reclamas sin derecho lo que sabes que has perdido. El tiempo que tuviste para haberlo defendido, lo usaste nada más para jugar conmigo”, rezan los versos de la canción compuesta por Chayito Valdez.
‘Tres veces te engañé’ (1993)
Tres veces te engañé es la confirmación de la nueva faceta de Paquita la del Barrio, y uno de los seis álbumes que lanzó en 1993. Esta canción es uno de los clásicos infaltables en el repertorio de la mexicana.
La letra ilustra muy bien ese sentido de dignidad que la carrera de la artista representó para muchas mujeres víctimas de traiciones y maltratos. Es algo así como una “venganza narrativa” para aquellas a las que las engañaron tres veces y otras tantas más.
“Yo que, tontamente, siempre te era fiel. Desgraciadamente, hoy fue diferente, me topé con alguien, creo que sin querer. Tres veces te engañé. (...) La primera por coraje, la segunda por capricho; la tercera por placer”, dicen los versos escritos por Candelario Macedo.
‘Me saludas a la tuya’ (1998)
Ya hacia finales de los 90, Paquita dobló la apuesta y su tono fuerte subió un par de niveles. Prueba de esto es la canción Me saludas a la tuya, de 1998, que además es el nombre de un disco que incluye otros de sus temas más recordados.
El sonado tema es básicamente la devolución de una “mentada de madre”, solo que con rimas y al ritmo del bolero ranchero. La llamativa composición hay que agradecérsela a Manuel Eduardo Toscano, que escribió varias canciones para la mexicana.
“Gracias por acordarte de mi madre. Y es que hace bastante tiempo que no me la recordaban con un lenguaje florido. Gracias, te agradezco tu cumplido, y sin hacer tanta bulla te suplico que también me saludes a la tuya”, cantó Paquita entre guitarrón, guitarras y acordeón.
‘La chancla’ (1998)
La chancla es una vieja canción mexicana de la autoría de Alfonso Esparza Oteo, que llegaron a grabar artistas de la talla de Jorge Negrete, Antonio Aguilar y Lucha Villa, quien fue otra de las fuertes cantantes de la música regional mexicana, varias décadas antes que Paquita.
Sin embargo, Paquita le dio su toque característico al tema, que ya de por sí le iba como anillo al dedo a su perfil, y fue la encargada de inmortalizarlo.
“Nomás un orgullo tengo, que a nadie le sé rogar. ¡Ay! Que la chancla que yo tiro no la vuelvo a levantar”, escribió a principios del siglo XX Esparza Oteo, sin saber que aquellos versos quedarían marcados en la historia gracias a una artista que apenas tenía 3 años cuando él falleció.
‘Rata de dos patas’
El año 2000 llegó al ritmo de Rata de dos patas, la canción más famosa de la carrera de Paquita la del Barrio y una pieza fundamental en el archivo mental de cualquier hispanohablante. Adefesio mal hecho, bicho rastrero y otros descalificativos pasaron al diccionario de Latinoamérica a partir de aquel año.
La canción es de la autoría de Manuel Eduardo Toscano, quien anteriormente había escrito Me saludas a la tuya. Fue un pedido especial de la artista, con dedicatoria a su exesposo que la engañó durante más de una década. Sin embargo, el autor confesó tiempo después que al escribirla estaba pensando en Carlos Salinas de Gortari, presidente de México de 1988 a 1994.
“Rata de dos patas, te estoy hablando a ti; porque un bicho rastrero, aún siendo el más maldito, comparado contigo se queda muy chiquito”, es el coro que se canta a todo pulmón desde hace un cuarto de siglo y probablemente se seguirá coreando por siempre.
