Con una entrada llena de vigor y saludando efusivamente, así llegó Franco de Vita al escenario. Eran los 8:28 p. m. y su paso firme auguraba el fuerzón emocional y el espíritu libre con el que parecía querer permear todo el recinto, mientras cantaba el tema de ese mismo nombre, uno de los emblemas de su gira Libre Tour.
“La libertad es un derecho que nadie nos puede quitar”, afirmó emocionado; a sus espaldas un dramático video transmitía imágenes de gente que lucha por la libertad y los gritos solidarios del público se exacerbaban cada vez que aparecía la bandera de Venezuela.
Asido al talento que le prodiga su voz, el artista reiteró su protesta por la privación de la libertad, derecho que está siendo pisoteado en su país.
Sin embargo, Franco tuvo el tino perfecto, pues una vez que conmovió al público, que se solidarizó con él en su protesta, pasó la hoja, despolitizó la noche y empezó a desgranar el rosario de éxitos por los que centenares asistieron a su recital. Abrió la noche romántica nada menos que con Cálido y frío; en medio de una gran comunión con los presentes, les agradeció hacer posible que él estuviera ahí.
Espontáneamente se generó una gran empatía entre el venezolano y los miles de presentes en el Anfiteatro Coca Cola de Parque Viva, que se vieron recompensados cuando De Vita interpretó otro de sus hits, Tú de qué vas. El artista acopió toda su experiencia para tomar al público de la mano y manejar las emociones a su antojo.
Así, desbordó sentimentalismo cuando habló de la lucha y la esperanza, como preludio de su emblemática canción Louis.
Sentado al piano, se deshizo en amabilidad al recibir a la cantante costarricense María José Castillo. Tras halagar su talento, entonaron juntos la canción Te pienso sin querer. Un viento frío se coló en el escenario y pareció mimetizarse con el sentimiento que imperaba en el anfiteatro: ante la interpretación del dúo, los asistentes se abrazaban, a saber si por el frío o por la piel erizada de algunos, en vista de todo lo que María José y Franco les hicieron sentir con sus voces.
La gran ausente de la noche fue Debi Nova, quien ha compartido escenario anteriormente con el venezolano. Nova iba a participar en el espectáculo que, inicialmente, se realizaría el 16 de setiembre, mas una lesión en la columna del venezolano provocó que el concierto se realizara dos meses después. La noche de este jueves, Debi Nova participó en la gala de los Grammy Latino, fiesta musical en la que fue candidata por su álbum Gran Ciudad.
Franco de Vita, quien también estaba nominado a un Grammy Latino, él en la categoría de mejor álbum vocal pop tradicional, no podía fallarle a sus fanáticos ticos, quienes agradecieron su presencia este 16 de noviembre.
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Temas como Somos tres y No me busques formaron parte del repertorio que mantuvo al público extasiado durante todo el concierto. Fue evidente que el artista guardó reposo tras la lesión que le impidió presentarse en setiembre, pues en la tarima fue todo vitalidad y agradecimiento.
Ya en las postrimerías, una vez más, Franco le habló a su público. “Enormes gracias Costa Rica porque sé que hay muchos venezolanos en esta tierra. Gracias por darles un nuevo hogar a mis paisanos; veo muchas banderas, me alegra y, al mismo tiempo, me da tristeza. Venezuela está en un momento particular y tremendo. No nos olvidemos de esa tierra. Mis venezolanos: mi apoyo y cariño. Costa Rica: gracias”, dijo, mientras más de uno se secaba las lágrimas; conste, tanto nacionales como suramericanos, todos unidos en un gran corazón solidario.
Las banderas venezolanas se movían con fuerza, en un claro mensaje de que ese pueblo no se va a rendir, como si también quisieran gritar que ese pueblo se sobrepondrá, como si las palabras del venezolano les hubiera provisto de un octanaje maravilloso, en una noche mágica, una inyección de fuerza y aguante para seguir en la lucha, motivados esta vez por la elocuencia y la magia de un artista del calibre de Franco de Vita, uno de sus coterráneos más admirados, orgullo total de Venezuela.
La emotividad que el cantante desperdigó se le devolvió y multiplicada. Se le notó en la interpretación de la popular canción Te amo, seguida de Pídeme, la canción favorita de su novedad discográfica Libre.
Desprovisto de cualquier resabio de ego, sabedor de que él era el dueño de la noche, le tendió la alfombra roja del cariño a otro talento que compartió escenario con él: se trató de Samo, exintegrante de la banda mexicana Camila, quien lo acompañó en escena con un lujo de interpretación a dúo de Si la ves.
Para el tema, originalmente, De Vita contó con la colaboración de Sin Bandera. Si la ves fue el primer sencillo del disco Stop en 2004. Cuando la dupla finalizó, el Anfiteatro Coca Cola explotó en aplausos, una verdadera hecatombe de emociones que se unieron alrededor de uno de los motores más hermosos del planeta: la música.
Franco siguió y siguió, ahora con un popurrí con algunos de sus temas más sonados: Y te pienso, Contra vientos y mareas, Solo importas tú y No me lastimes continuaron con aquel ensamble de sensaciones que inundó la noche de Franco de Vita en el país.
Todo parecía ser demasiado para asimilarlo en tan poco tiempo. El ya extasiado público recibiría una gran sorpresa cuando la colombiana Fanny Lu apareció en el plató para para acompañar al venezolano en el tema Tan solo tú, que él grabó con la mexicana Alejandra Guzmán en el 2011. Lo que generó este combo es casi imposible de describir. Ya desde muy temprano, aquello pintaba a noche perfecta. Y vaya que lo fue.
Esta no es la primera vez que Franco de Vita comparte con varios artistas en escenario. Durante su visita al país en el 2014 cantó con Debi Nova Carlos Rivera, Gusi y el dúo San Luis.
Te veo venir Soledad y Y tú te vas, canción que compuso y que Chayanne usó en el 2003 para su disco Sincero, fueron las canciones con las que de Vita se despidió por primera vez del público. Por supuesto, todos sabían que ahí no habría disyuntiva entre cálido y frío: se impuso lo primero y ante el nuevo recibimiento, el venezolano entonó dos de sus clasicazos: No basta y Seré un buen perdedor, con la que cerró dos horas de frenesí, de un hermoso frenesí.
Tras dos horas de puro amor, De Vita se despidió cantando de nuevo el tema Libre. Inmejorable cierre para quienes estaban ya con las emociones y el patriotismo a flor de piel.
Las teloneras, también un lujo.
A las 7:20 p. m., el talento de las costarricenses Made, Xiomara y Charlene Stewart se plantó en el escenario. Con el cover Ven conmigo calentaron motores y, como preludio del ingreso del estelar de la noche, al final del trío Made continuó en escena: la chica que se ha posicionado en las emisoras de radio con el tema Me desenamoré dejó el escenario en un punto de ebullición que terminó de cuajarse cuando Xiomara regresó acompañada por el cantante Jorge Chicas y, en un intenso juego emocional, todos se juntaron de nuevo para recibir a la fabulosa Stewart, un grupo de artistas nacionales que estuvieron a la altura del protagonista de la noche y que dejaron la mesa servida para el triunfal ingreso de Franco de Vita, en una antesala de lujo para todo lo que ocurrió después en lo que, al menos para quien escribe, ha sido quizá uno de los mejores conciertos en lo que va del año.
No hay corazón traicionero a su propio dueño. Así que sí, muy probablemente los 10 mil corazones que vibramos anoche al compás de De Vita y sus acompañantes, disfrutamos de un recital excepcional. Insisto, se trató de una noche perfecta.