El silencio de producción artística de Pedro Guerra, tras cerca de cinco años de no entrar al estudio de grabación, tiene dos grandes justificaciones. El próximo 22 de abril, el tenerifeño estrenará dos discos a la vez.
No es el primero en hacerlo, pero para él la meta se cumplió. Arde Estocolmo es el primer álbum de canciones inéditas desde que publicó El mono espabilado (2011); el otro es un compendio de los sonetos más famosos de Joaquín Sabina.
En conjunto o por aparte, ambas producciones se traen lo suyo, tanto en la parte artística como en la significativa.
Pedro vuelve a sus raíces musicales, es más Pedro que nunca y revuelve la realidad con las letras de Arde Estocolmo. Así musicaliza otra vez el romance que vive desde siempre con la cotidianidad.
Por otra parte, con 14 de Ciento volando de 14 honra a su amigo Sabina, al reunir a 32 artistas para que canten los poemas que escribió el español en el 2001, luego de sufrir un derrame cerebral –que lo llevó a una depresión–. Estos sonetos se convirtieron después en el poemario más vendido en España.
Así que con dos nuevas sorpresas, una propia y una prestada, Guerra regresa a las tiendas de discos y se asoma en las plataformas digitales con una sabrosa entrega artística que hay que disfrutar junta o por separado.
Ardiendo. Acostumbrado a escribir sobre lo diario, Guerra presenta un disco variado que tiene su sello por todas partes: hace estudios sociales y políticos, así como temas que le cantan al amor y a las relaciones.
“La canción hace referencia a las revueltas que hubo en Suecia, porque para mí es curioso que a las democracias del norte de Europa siempre se les pone como ejemplo del estado de bienestar, de democracias avanzadas y, aún así, adentro hay muchos problemas y conflictos. Esta canción es como levantar la alfombra o mover el sofá del salón y descubrir que debajo que hay suciedad y que muchas veces no son tan avanzadas ni tan buenas como se pintan”, explicó el artista en entrevista con Viva.
Dichos disturbios tuvieron lugar en 2013 durante cinco días, debido a la molestia por la muerte de un hombre portugués que padecía de problemas mentales a manos de la policía.
Los sucesos desembocaron en decenas de vehículos incendiados, vandalismo, arrestos y agresiones. Así que Guerra trata con esta canción “hacer un recordatorio de que fuerzas desconocidas están removiendo incluso la sociedad del bienestar por excelencia”, así se lee en el sitio oficial del artista.
Para que estas canciones inéditas de Guerra vieran la luz pasó mucho tiempo, pero el español asegura que llegaron en el momento correcto.
En medio de su último disco, Pedro publicó dos álbumes que recorrían su trabajo a lo largo de más de tres décadas: 30 años (2013) y 20 años Libertad 8 (2014).
“Cuando haces un pequeño receso y echas la vista atrás, eso ayuda a que en el momento en que empiezas un trabajo nuevo tienes la mente más aireada. Cuando se produce cada dos años es más difícil encontrar un camino novedoso, menos trillado, para plantear un nuevo disco”, dijo.
Minimalista: así se puede definir esta nueva etapa de productividad de Pedro. Se encerraba días y días a grabar por su cuenta y en solitario todos los instrumentos en un pequeño estudio ubicado en la Madrid vieja.
Así, sin acompañamientos, él tocó y grabó cada nota que conforma el mosaico sonoro del álbum.
Se enamoró del cajón peruano, utilizó mandolinas, laúdes, más percusiones y diversos instrumentos de cuerdas. El resultado: una dulce pero confrontativa producción.
“Una cosa te va llevando a la otra. Tenía un charango que me habían regalado en Perú, una mandolina vieja que era de mi padre, tenía mi estudio para trabajar de forma autónoma y pensé en embarcarme en un proyecto discográfico que, en este caso, son dos, porque ambos se armaron a la vez”, dijo.
“Son mis producciones, mis arreglos, yo interpreto mis instrumentos. Fue muy laborioso porque sacar ambos proyectos me ha llevado casi dos años”, confesó Guerra.
Homenaje y labor. Musicalizar poemas no es nuevo para Pedro. Lo hizo una vez con los sonetos de su coterráneo Miguel Poveda (Sonetos y poemas para la libertad, en el 2015), y también lo hizo en colaboración con Ángel González (La palabra en el aire, 2003), y al cantar Antes de amarte, amor , de Pablo Neruda, en el disco que celebró el centenario del nacimiento del poeta chileno.
Así que, admirador de Sabina, tomó la decisión de honrar a su colega con un trabajo realmente ambicioso.
“Por mis anteriores experiencias, de repente se me ocurrió que podía trabajar los sonetos de Sabina, pero como llevaba tanto tiempo de no hacer canciones inéditas mías, entonces no me podía dar el lujo de hacer el trabajo de Sabina solo. Así que por un lado hice Arde Estocolmo, y al mismo tiempo le puse música a 14 sonetos de Sabina . Decidí que el proyecto iba a ser en colectivo, y al final somos 32 artistas que cantamos en este disco. Yo canto, pero funciono más como productor”, explicó.
En 14 de Ciento volando de 14 , participan artistas muy variados en estilos, algo que Pedro quería desde el principio. Suenan las voces de Enrique Bunbury, Julieta Venegas, Ana Belén, Víctor Manuel y Estrella Morente, entre otros artistas de renombre.
Como una especie de bendición y apoyo a este trabajo, el propio Sabina interpreta junto a Pedro y Miguel Poveda uno de los temas. “Cuando comencé a trabajar el proyecto le comenté (a Sabina) sobre él y al terminar de componer las canciones se las mostré y se entusiasmó... Para mí es una gran alegría”, recordó Guerra.
“Lo complicado de este trabajo es conseguir que los sonetos acaben siendo canción, porque desde su concepción no fueron planeados para eso. El propio Joaquín me ha dicho que se hizo un buen trabajo al lograrlo”, agregó.
La decisión de develar los dos discos al mismo tiempo obedece a una estrategia de mercadeo que le facilitará al artista la promoción de sus nuevos productos.
Guerra afirmó que le resulta más llevadero defender sus trabajos al mismo tiempo, y que incluso en sus giras él interpretará los temas de los dos discos.
Pedro confirmó que planea visitar América Latina este año, para promover ambos trabajos. Costa Rica será uno de los escenarios para disfrutarlos.