El gimnasio del Cedes don Bosco vibró. Los gritos no cesaban y la energía era muy intensa porque el lugar estaba completamente lleno. A las 10 p. m., hora y media después de lo anunciado, el cantautor costarricense Martín Valverde apareció en el escenario. Radicado en México desde hace 35 años, inició su presentación cantando la Patriótica costarricense.
Después de un efusivo saludo, un enérgico Martín cantó el tema Lucha. El costarricense acompañado por su guitarra conmovió a los presentes con la pieza Ten calma; con el mensaje esperanzador de esa canción algunos elevaban plegarias, otros grababan el momento con sus celulares y algunos manifestaban sus sentimientos por medio de las lágrimas.
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“No te pido que creas en Dios, no importa tu historia, solo quiero que sepas que Dios cree en ti”, dijo durante su presentación en el festival Extremo es tu amor.
Gloria, canción escrita en las montañas ticas, hizo que Martín y su gran público compartieran un momento muy sentido: con las manos elevadas el público coreaba junto a los músicos, y Valverde aprovechó para agradecer por la vida, por su vida, por esas “oraciones que funcionaron” y permiten que él y su esposa Lizzy Watson e hijo Jorge Pablo estén vivos luego de un terrible accidente automovilístico sufrido en marzo pasado.
Durante la velada, Martín interactuó continuamente con sus seguidores, quienes fueron testigos del estreno de Canciones Vivas 2, la más reciente producción del artista en la que solamente una canción es de su autoría; otras piezas fueron escritas por los costarricenses Bernardo Quesada, José Luis Hernández y Emmanuel Gutiérrez.
“El hecho de que yo esté aquí ya es suficiente testimonio”, dijo a Viva antes de ofrecer su recital. Además, agregó que sus nuevos temas le ayudaron cuando estuvo en terapia intensiva, luego del percance.
“Siento este concierto con sabor a primero. Hoy venimos con canciones llenas de agradecimiento y fe. Como siempre la idea es dar vida en cada canción, dar algo que anime y calme”, comentó.
Durante su espectáculo, Valverde tocó Eres capaz, una de sus novedades musicales.
Posteriormente, continuó con Pasará todo sufrimiento pasará, un tema que dedicó a todos aquellos que salen adelante a pesar de la adversidad.
Con esta pieza, Martín hizo un llamado a la esperanza: para él, el solo hecho de estar allí, en ese escenario de pie, es un ejemplo de que los problemas se superan, como él se repuso del golpe en el cerebro que sufrió meses atrás.
A eso de las 11:15 p .m., Valverde cantó No se han ido del todo, tema que se ha convertido en el himno de todos aquellos que perdieron a un ser querido. Faltando 30 minutos para la medianoche, Valverde entonó Nadie te ama como yo, acercándose así al final de su presentación.
“Me siento más agradecido por estar vivo, ya descubrí que me quedé para un qué, me quedé para subirme a este escenario”, dijo Valverde antes de hacer que muchos de sus fanáticos se conmovieran hasta las lágrimas luego de sus canciones y mensajes de fe y esperanza.
Extensa jornada
La fiesta musical católica se extendió por más de siete horas. Los asistentes saltaron con las alabanzas y agradecieron cuando los artistas cantaban temas de adoración. El recinto estaba rebosante.
Cerca de las barandas había grupos de jóvenes que danzaban al son de los temas interpretados por los artistas nacionales e internacionales.
Cerca de las 5 p. m., se presentaron los ticos de Efesios 6-10; seguidamente, en el plató cantaron los miembros de Dos y Él; el cierre de la participación tica lo puso el Ministerio Católico del Espíritu Santo.
A las 7 p. m., desde República Dominicana Alfareros presentó lo mejor de su repertorio. Joan Sánchez (Nueva York) y Paulina Rojas (Chile) mantuvieron a los asistentes felices, complacidos y con un ambiente ameno para recibir a Martín Valverde, quien cerró la noche.