El llamado de la música resultó más fuerte que su deseo de no volver a los escenarios con un proyecto artístico personal; por eso, Henry Moya, creador de la desaparecida banda Kalúa , está de regreso con una agrupación a la que llamó Banda Loka.
Eso sí, vuelve dispuesto a no cometer algunos de los errores del pasado, cuando fue el propietario de las agrupaciones Calle 8, La Marka, Kinta Avenida, Los Huracanes y, desde luego, Kalúa.
Lo principal será que el grupo gire en torno a su nombre, para que no reviva lo que pasó con Elena Umaña o Gregory Cabrera, cuando estos cantantes dejaron Kalúa y Calle 8, y los grupos tuvieron bajonazos importantes.
Así que esta Banda Loka lo tendrá a él siempre dando la cara, tocando el acordeón, teclados y probando sonidos que no experimentó con sus proyectos anteriores.
“Todo lo que hice tiempo atrás me sirvió para saber qué quería; en aquel momento (2010) estaba muy intoxicado, las ideas se me agotaron, por eso quería hacer otra cosa. Este tiempo me sirvió para ver dónde podría estar el nicho de mercado, y regresar con un nuevo concepto”, afirmó Moya.
Banda Loka, según su creador, estará más enfocado en atender fiestas, bares y conciertos en el Gran Área Metropolitana. Su sonido será más fusión, por eso trabaja desde ya en el estudio en temas como Se baila o se baila , que mezclan cumbia argentina, con ska, entre otras novedades.
Público joven. Quien fuera dueño de Corporación Kalúa, aseguró que atrás quedaron sus negocios de las mueblerías; sus acciones se las vendió a su socio.
Ahora espera llegar con esta música a jóvenes de 25 años y más. Para ellos ya está grabando una mezcla de canciones originales y covers pegajosos. El primero estaría llegando a las radios en dos semanas, mencionó.
Por ahora, el proyecto ya camina; en este participan algunos viejos conocidos como el bajista Víctor Valverde (ex-Kalúa) y Cristian Rivera (ex-Calle 8). A ellos se suman el guitarrista Omar Cruz; el baterista Mauricio Mora; en las congas Luis Araya; los saxofonistas Arturo Castro y Vladimir Mora, y el trombonista Carlos Quesada.
Comenzar no resulta sencillo, dijo, pues hace un mes que salieron al mercado y hay semanas en que solo tienen una presentación.
Pero Moya no desespera, desde sus comienzos con Kalúa, allá por 1996, él aprendió que abrir mercado es asunto de paciencia. Confía que en unos seis meses el trabajo se multiplique.
Ya pasaron casi dos décadas desde que comenzó en la música, además de varios años en que no tocó y dejó ese ritmo de presentaciones por el país. Sin embargo, aseguró estar con las energías de un jovencito listo para la aventura.
Él sabe bien cómo funciona el mercado, por eso piensa que en un año y medio deberían tener ya un disco, y a eso le suma nuevos sueños. Ahora tendrá que trabajar duro para demostrarse que puede alcanzarlos, un reto que se planteó en esta nueva etapa.