Ismael Serrano tiene buena memoria. Recuerda este español, casi como si hubiese sido ayer, cuando en marzo del 2010 se plantó en el escenario sobre el lago de La Sabana para cantar, junto a Luis Eduardo Aute y Rosario Flores, en el Festival Internacional de las Artes (FIA).
“Fue muy bonito...”, dice con soltura el hombre de
“Claro que fue muy bonito”, vuelve y repite Serrano. “ Pero no tuvimos la oportunidad de presentar el nuevo disco (
El “vamos”, en el caso de esta visita programada para el domingo 15 de mayo, quiere decir: “vamos dos”. Ismael Serrano tocará en el Teatro Popular Melico Salazar, a las 8 p. m., con el guitarrista Fredi Marugán.
Al tocar aquí, prácticamente, comienza el lado latinoamericano de la gira de Serrano para el
Pero a dúo, o con banda completa, Ismael Serrano anda en la lucha que es mover el
El lado amoroso no se queda atrás. Canciones como
De un álbum que lo mismo tiene fuerza que afecto, habló Ismael Serrano con
Pues sí, son muchos años trabajando juntos. Además, Fredi es coproductor conmigo del disco.
Así es, totalmente.
Esa frase hace referencia a que vivimos inmersos en un ritmo frenético que apenas nos deja vivir las cosas con la intensidad que se merecen, y somos menos espectadores de nuestra vida.
“Creo que el ciudadano ha perdido el protagonismo que le correspondía; ha perdido su conciencia con respecto a la capacidad que tiene para influir en la vida. Es decir, cree que no puede influir en ella y se deja arrastrar por la marea.
“Y, en ese sentido, los medios de comunicación tienen responsabilidad, porque le han quitado ese protagonismo al ciudadano. El ciudadano adquiere sus derechos en función de lo que consume”.
Claro. ‘Acuérdate de vivir’ es conllevar a otra forma de estar, de participar; de asumir el reto , de asumir riesgos. Vivir es asumir un protagonismo activo que te haga recuperar tu conciencia a la hora de alterar la realidad; es recuperar esa capacidad de influir, de cambiar las cosas; una capacidad que creemos que nos han arrebatado.
La música sirve para, fundamentalmente, generar espacios de encuentro, y saberse acompañar en los momentos de mayor adversidad es absolutamente útil.
“Si tú eres capaz de cuestionar, junto con más personas, finalmente tendrás más capacidad para cambiar esa percepción de la realidad que es como un espejismo. No es que la música remueva tu conciencia –que eso puede ocurrir y es maravilloso–, es que la música te pone en contacto; establece lazos, vínculos que te ayudan, además, a recuperar una esencia de animales sociales que hemos perdido.
“Somos parte de una sociedad que debe atender a la solidaridad, que debe entender la lucha y la tragedia ajena como propia. La música puede ser útil en ese sentido: en abrirnos los ojos y revelarnos eso, que esta realidad que asumimos resignados es un espejismo”.
Ahí es donde está la dificultad. La dificultad de encontrar plataformas de difusión que te permitan hacer llegar tu mensaje. Ahora, no toda la responsabilidad es de los medios, también hay música que es alienante, que también nos estupidiza en algún punto. También está en uno tomarse ese tiempo para reflexionar a ese estar de paso, y a tener voluntad de búsqueda para llegar a la música interesante.
“Es paradójico. Vivimos en una sociedad cuyo caudal de información es más grande que nunca, pero ese caudal nos pasa por encima y apenas somos capaces de interiorizar esa información. Por eso, el reto también está en uno, en saber discriminar cuál es la información que puede resultar interesante”.
Totalmente. Así he desarrollado mi carrera, tanto en España como en Latinoamérica. Hace 15 años, cuando empecé, lo hice tocando en Madrid en pequeños cafés y bares, y luego hice teatros en una evolución natural. Me he echado la guitarra al hombro para ir recorriendo y buscar esas complicidades que te permitan dar a conocer mi música.
Las crisis son una oportunidad para revisar un modelo económico y social que no ha dado respuestas reales, y en ese sentido, uno apela, no sé si al optimismo, pero sí al sentido común, al instinto de conservación de la especie. No se trata de hacer un llamado al optimismo sino de apelar al sentido común.
He tenido la suerte de crecer en un entorno familiar donde se escribe poesía, se escucha canción de autor y con una inquietud en lo cultural y en lo político, que me han llevado a hacer la música que hago.
Es ya una tradición en mí. Crecí escuchando la música de (Joan Manuel) Serrat, de Silvio (Rodríguez), (Luis Eduardo) Aute; sigo leyendo a (Jaime) Sabines, Pablo Neruda, César Vallejo y lo que hago es un poco el reconocimiento de esa deuda.
“Ahora, también está el hecho de que los poemas de mi padre me encantan y son muy musicales.