Akasha ha pasado por varios procesos de cambio en los últimos cinco años. Al “núcleo”, original de la banda de Descriptar, sobreviven Emmanuel Sotela (guitarra), Mauni Villa (antes bajo, ahora voz) y Nara Barrantes (batería).
De la mano con Pablo Mejía (guitarra) y Contreras (bajo) el grupo continúa haciendo música, y se encuentra en el proceso de grabar en el estudio su cuarto álbum.
La alineación ya se conoce y ya ha viajado junta por México y distintos países de Europa, pero en un proceso de grabación siempre es importante tener un director y una voz de afuera.
En el 2017, mientras estaban de gira en México, conocieron a Erik Canales, vocalista y guitarrista de la banda mexicana Allison, conocida por temas como Frágil y Memorama.
Unos meses después, estaban todos encerrados en una misma casa grabando un disco, en Manuel Antonio.
“Creo que nunca había sido tan difícil trabajar con un grupo”, confesó Canales en una entrevista con Viva. Canales vino al país a producir las nuevas canciones de Akasha, que aún no tiene fecha de salida.
Él describe su rol de productor como uno que va más allá de lo musical: “trabajar canciones muchas veces es ser psicólogo, ser amigo, curandero, chamán,... Pasan muchas cosas”, señaló Canales, de 34 años.
Como productor, Canales ha trabajado con la banda peruana Estado de sitio, de rock alternativo, y la banda mexicana S7N, de metal e incluso produjo el álbum Todo está encendido para su propio grupo, Allison.
Este 2018, Canales visitó por primera vez Costa Rica con su banda, para dar una presentación en el festival Grito Latino. Los músicos de Akasha, se dedicaron a recibir al grupo y familiarizarlos con las cervezas locales y los chifrijos. Allí se terminó de coordinar su viaje como productor.
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“Me alegró mucho toparme una escena con mucho movimiento y ver al público tan involucrado con todas las bandas.
”Esa fue mi primera vez en Costa Rica probando sus comidas y costumbres y ahora he disfrutado la segunda”, recordó el vocalista.
Él espera que ambos grupos vuelvan a compartir escenario en setiembre en México y luego en octubre en Costa Rica, aunque las fechas están por definirse.
Por el momento, trabajaron 12 días en Manuel Antonio en la producción de seis canciones para un nuevo álbum de Akasha.
Tensiones en Manuel Antonio
La idea de viajar hasta la playa a grabar surgió en alguna conversación casual y terminó realizándose por la insistencia de Canales de “aislar” al grupo a la hora de trabajar.
Sin embargo, encontró que la tensión de estar todos los músicos en una sola casa en la playa complicó el proceso por un “asunto de egos”
“En todas las bandas grabar es un proceso muy intenso porque es una auditoría de cada uno de los miembros. La composición es un proceso egoísta y cuando los egos están mal acomodados, ese proceso no fluye”, explicó el productor.
Canales se encargó de ser mediador, de apaciguar las ansiedades y de, finalmente, tratar de alinear a los músicos.
“Hubo una entidad en la banda que no estaba vibrando en la misma frecuencia y eso pasó”, señaló Canales, sin querer especificar. Al final, el balance le dejó un proceso “largo y tedioso, pero terminó increíble”.
Él destaca el talento de los miembros de Akasha y celebra que, después del proceso, “las cinco potencias tirando hacia el mismo frente”.
Las seis canciones nuevas, contó, fueron trabajadas con toda la banda tocando al mismo tiempo, para asegurar la cohesión del grupo y mantener la esencia de sus intérpretes.
Canales dice que Akasha está en su mejor momento, no solo porque el grupo ha logrado irse de gira varias veces fuera del país, sino porque la pasión de sus miembros hará que siga sucediendo.
“La única obligación que tiene el ser humano es ser feliz y la mejor forma de hacerlo es buscar tus pasiones, ellos la tienen y eso es algo que compartimos”, finalizó Canales.