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Kawe Calypso, de Cahuita, grabó música para el proyecto Chantuelle Beat. Esta iniciativa pretende tomar los sonidos del Caribe tico y liberarlos en forma de una biblioteca sonora que pueda cruzar fronteras. Fotos: Chantuelle Beat/Mariella Víquez
Un año atrás, el 14 de julio del 2018, los muchachos del grupo Rombos estaban en Cahuita esperando noticias sobre el Festival Internacional de Calypso. La sexta edición del festival, que se realizaría al aire libre, estaba a minutos de ser suspendida a causa de la lluvia.
Con ese panorama, los tres jóvenes del Valle Central buscaron donde escampar, mientras las cámaras de La Bestia Films grabaron los goterones que caían del cielo.
En medio de la incertidumbre, se alzó la voz del calipsonian Danny Williams: “Hoy tocamos en la noche”. Y así fue: pese al viento, la lluvia y la desazón, el calipso triunfó.
Ese momento quedó grabado en el documental Chantuelle Beat, que se estrenará este jueves 18 de julio, a las 8 p.m. en el Centro Cultural de España (El Farolito), en barrio Escalante.
La escena de la lluvia y su resolución es solo una de muchas ocasiones en las que queda claro que Williams y los otros miembros del grupo Kawe Calypso tienen no solo vocación por la música, sino ganas de conservar el calipso limonense.
Rombos, trío musical que viajó a Cahuita para ver y grabar de cerca los sonidos del calipso, tiene también protagonismo en el documental, que más que un video es el punto de partida de la biblioteca de sonidos de Chantuelle Beat.
Con esta iniciativa, los músicos de Rombos y Kawe Calypso grabaron los ritmos clásicos del calipso de Cahuita en un banco sonoro disponible para escuchar y descargar gratuitamente desde todo el mundo en el sitio soundcloud.com
En esta colección se encuentran pequeñas muestras de los sonidos del calipso que hace Kawe: se oye el sonido de un banjo, unas congas acompañadas de un cencerro o un quijongo (bajo de cajón) que marca el ritmo.
En total, son 96 pistas de audio que sirven como una enciclopedia para contarle a quien se pueda cómo es que suena el calipso de Limón y también para que quien así lo quiera haga sus propios calipsos.
“El calipso está abierto a cualquiera que quiera entrar”, dijo Walter Ferguson en una entrevista con La Nación en el 2018. El proyecto Chantuelle Beat quiere continuar este espíritu democrático.
‘Para que el calipso no muera’
Si uno le pregunta a Danny Williams cuáles son sus objetivos con el calipso, todo se resume en una palabra: difusión. Por eso, se anotó a trabajar con Chantuelle Beat.
“Es una buena experiencia porque van a quedar plasmados los sonidos de cada instrumento y eso es algo que va a hacer que el calipso crezca más. Queremos que quede para los jóvenes y que puedan tener esos materiales para que el calipso no muera”, declaró el percusionista y vocalista de Kawe Calypso.
Chantuelle Beat es una iniciativa que nació en San José con Charly Fariseo y Álvaro Díaz de Rombos, pero que encontró puerto seguro en manos de Kawe Calypso.
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Charly Fariseo de Rombos se encargó de grabar a Kawe Calypso en Cahuita para el proyecto Chantuelle Beat. Fotos: Chantuelle Beat/Mariella Víquez
“Creemos que más allá del gran trabajo de Walter Ferguson no se ha difundido el trabajo de más artistas de calipso y se presentó la oportunidad de cambiar eso, hacerlo más accesible para la gente”, manifestó Álvaro Díaz, del grupo Rombos.
Según contó Díaz, la palabra chantuelle se refería en Las Antillas a una persona que se encargaba de contar historias y de explicar lo que ocurría alrededor a sus vecinos, al igual que lo hace el calipsonian moderno.
“Es una tradición musical de Caribe muy enfocada en la gente, en lo que ven y lo que tiene que decir. Eso se puede relacionar con el rap, inclusive”, dijo Díaz.
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Él fue quien inició la investigación que llevó hasta el documental. Fichó al sociólogo y músico Ramón Morales para conocer más acerca de la historia del género; luego, consiguió una beca del fondo Proartes, del Teatro Popular Melico Salazar y el Ministerio de Cultura y Juventud.
“Muchas veces nos quejamos de que como músicos es difícil vivir solo de componer o tocar; creo que la investigación es una buena forma de estar metido en música, aprender cosas nuevas y darle un valor extra a lo que uno hace”, agregó Díaz.
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Kawe Calypso es un grupo de Cahuita que se sumó grabando música para el proyecto Chantuelle Beat. Esta iniciativa pretende tomar los sonidos del Caribe tico y liberarlos en forma de una biblioteca sonora que pueda cruzar fronteras. Fotos: Chantuelle Beat/Mariella Víquez
Cuando su propuesta de hacer un documental y un banco de sonidos fue aprobada contactó de inmediato al grupo Kawe, sabiendo que ellos estarían a anuentes a colaborar (todos los músicos recibieron un pago por su trabajo).
La primera etapa del proyecto consistió en trabajar con ellos, conocerlos y grabarlos; la segunda será la difusión, que inició con la publicación de las 96 pistas de audio en internet y el estreno del documental de este jueves.
El paso final será dejar que los músicos de todo el mundo y el público general conozcan estos sonidos y los reinterpreten, remezclen o modifiquen, siempre dándole crédito a Kawe Calypso.
Grabación
Esta no es la primera vez que Kawe Calypso ha colaborado con una nueva generación para promocionar la música de Cahuita, su tierra. Constantemente tratan de involucrarse en la enseñanza de los jóvenes, incluso en la creación de la Casa de la Cultura del Calipso en Cahuita.
Con el grupo, Danny Williams ha viajado por casi todo el continente americano y por Europa.
El 9 de julio, Kawe Calypso dio un concierto en el Teatro Nacional, en el marco del programa Teatro a Mediodía, junto al grupo Sembra Preta, formado en su mayoría por músicos universitarios. Foto: Albert Marín (Albert Marín.)
La experiencia de grabar este banco de sonidos fue especial puesto que los de Rombos no quisieron hacer la grabación en un estudio tradicional, sino que grabaron audio y video al aire libre en el patio de unas cabinas en Cahuita.
Ese aliciente le aportó un elemento orgánico a cada pista de audio que deja escuchar a Kawe en su versión más cómoda y más natural.
“Las grabaciones fueron muy cómodas. Ellos son de esos músicos veteranos que se dicen dos palabras y empiezan a tocar todos la misma nota en el mismo segundo; fue muy sorprendente”, detalló Álvaro Díaz.
En el documental se les puede ver interpretando canciones del originales escritas por Danny Williams para el grupo, así como versiones de temas conocidos. Alfonso Gianty Golbourn –bajista– y Otilio Brown –guitarrista–, los otros miembros del grupo, también hacen una aparición en el proyecto y cuentan retazos de la historia del calipso.
“Se hizo de la forma más natural, con todos los ingredientes y nada más esperamos que el trabajo sea aceptado y que se logre algo a futuro porque es un esfuerzo y queremos ver que haya éxito y aceptación”, afirmó Danny Williams.
Se espera que las grabaciones de canciones funcionen para hacer un videoclip de la banda y que las canciones lleguen a plataformas digitales, en forma de un disco corto, que ayude a dar a conocer a Kawe Calypso.
“El proyecto inició con una idea de una biblioteca de sonidos, pero ha ido creciendo poco a poco y nada nos gustaría más que todo esto aporte significativamente a la carrera de ellos”, comentó Álvaro Díaz.
Orquesta de bolsillo
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El documental del proyecto Chantuelle Beat incluye anécdotas de los músicos de kwe Calypso, así como datos para comprender la importancia del género para el país. Fotos: Chantuelle Beat/Mariella Víquez
Calipsonian es el que compone los calipsos, pero con las pistas de audio que regala Chantuelle Beat se puede ayudar a que la gente se interese en ser calipsero; es decir, la persona que interpreta el género.
¿Cómo se pueden aprovechar estos sonidos? La primera utilidad es tenerlos registrados y capturar “su esencia”.
“Es un archivo con el que cualquier persona va a poder empaparse de los sonidos que hay en cada instrumento, e inclusive las voces y el ritmo del calipso original de Cahuita, esa esencia importante”, explicó Williams.
“Nos gustaría que se use como un recurso educativo, en escuelas, colegios y demás”, comentó Díaz.
La forma en la que están grabados los sonidos permite utilizarlos para hacer un muestrario de los instrumentos del calipso –como si estuvieran incluidos en la Enciclopedia Encarta–, pero también para incorporarlos en composiciones musicales.
Cada uno de los audios tiene explicado el instrumento de representa y su BPM, es decir, la velocidad de la pista, con el objetivo de ayudar a los compositores a saber si pueden calzar este sonido en alguna canción.
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Otilio Brown, de Bluefields, Nicaragua, se encargó de grabar guitarras y banjos para la librería de sonidos. Él cuenta en el documental que su primera grabación fue en los años 60. Fotos: Chantuelle Beat/Mariella Víquez
Las pistas son cortas pero se pueden procesar en un software de audio para que ciertos sonidos se repitan, como si un grupo de varios músicos estuviera tocando junto al compositor.
Los de Chantuelle Beat han enviado este banco de sonidos a distintos compositores latinoamericanos con la intención de que se haga una compilación, que sirva como ejemplo de cómo incorporar estos sonidos en una canción.
Se espera también que el documental sea exhibido en festivales dentro y fuera del país.
“Creo que con este proyecto se abre una posibilidad de conocer más del calipso y tomarle más cariño”, apuntó Díaz. “De una manera respetuosa, Chantuelle Beat permite hacer una apropiación digital con la idea de que se conozca más de este sonido y la cultura misma”, finalizó.