
Arnoldo Sosa, quien por décadas fue la voz de la lotería de la Junta de Protección Social (JPS), falleció este 17 de marzo a las 11:45 p. m. Así lo confirmó Rodrigo Sosa, hijo del icónico cantador, quien murió a la edad de 87 años por causas que la familia prefiere reservarse.
Sosa, a quien conocían como Cholo, fue el encargado de cantar la suerte de los costarricenses desde 1978 hasta diciembre del año 2000, cuando se retiró. Trabajó en la JPS desde 1977.
La vela se llevará a cabo este martes a partir de las 5 p. m. en la funeraria Polini. La misa de despedida se realizará el miércoles a las 11 de la mañana en la parroquia Nuestra Señora de Loreto, en Pavas, contiguo a la Embajada de Estados Unidos.
Arnoldo Sosa: En su garganta está la suerte de la lotería
Con motivo del retiro de Arnoldo hace casi 25 años, La Nación publicó una entrevista con el cantador, el 24 de diciembre del año 2000, que se titula En su garganta está la suerte. A continuación, replicamos aquel texto, que describe al célebre personaje:
¡Ochocieeeentos cincuenta y oooocho!¡Cero Nueve!¡Dos miiiil millooones de colones, premio mayor!
El tiempo se detuvo a las 7:40 p. m. La suerte del gordo navideño estaba echada y Arnoldo Sosa había cantado la serie que hizo a varios costarricenses millonarios.
Cholo, como lo conocen sus amigos, es el cantador oficial de lotería más antiguo de la Junta de Protección Social (JPS).
Al igual que lo hizo con el sorteo especial de Navidad, Sosa moverá hoy la góndola y cantará las series en el sorteo de consolación, cuyo premio mayor es de ¢320 millones en cuatro emisiones de ¢80 millones cada una.
Con 23 años de trabajar en la JPS y 22 de cantar números y series, Cholo, vecino de Pavas, ya ha perdido la cuenta de cuántos millones han salido de su garganta.
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“Son tantos los sorteos que es imposible decir cuánto dinero se ha rifado en los que he participado”, comentó Sosa.

Su voz ronca y su mirada divertida armonizan con el alegre espíritu de este hombre de 63 años, amante del baile y hombre de familia.
Antes de trabajar en la JPS vendía electrodomésticos y bicicletas en varias tiendas capitalinas. Poco a poco logró montar un negocio de confección y venta de ropa, pero la salida de un socio afectó sus planes.
“Tuve que dejar eso y gracias a un amigo que era jefe en la Junta conseguí un trabajo como guarda, luego fui anotador oficial de los sorteos y ahora soy oficinista”, recordó Cholo, peinándose con su mano las canas de su pelo.
En una ocasión, cuando buscaban cantadores de lotería, hizo una prueba y ganó el sitio que ahora ocupa.
En la calle, muchas personas conocen a este personaje. “Me dicen que por favor les eche los números, me tocan, la gente es muy amable cuando me reconoce”, comentó.
Los sorteos de diciembre y enero son sus últimas “cantadas” pues se pensionará el 30 de enero, para pasar más tiempo con su esposa e hijos.
–¿Se considera un hombre con suerte?
–Sí; yo creo que mi suerte es mi salud, este trabajo y mi familia.
–Y en los juegos de azar ¿tiene esa misma suerte?
–La verdad no soy una persona “suertera” para la lotería, casi nunca pego nada, solo numerillos sin serie. Pero sí creo que existe la suerte, porque veo mucha gente cambiando premios.
–¿Se apunta a jugar lotería?
–¡Claro! Siempre he jugado lotería, desde antes de entrar a la Junta. En el sorteo navideño jugué varios números terminados en siete.

–¿Tiene algún agüizote?
–Ahorita no tengo ninguno. Antes sí lo tuve con el número 33, que era el número de la tarjeta de marcar en el trabajo.
”Vea qué curioso una semana después de que lo dejé de jugar salió como mayor”.
–¿Cuáles son los números más suerteros?
–La experiencia me ha dicho que desde el 00 al 99 todos son buenos números.
–Jugar lotería ¿es un vicio o simplemente un pasatiempo?
–Esto es un vicio, si yo me hubiera guardado todo el dinero que he gastado en comprar lotería tendría bastante ahorrado.
”Para quienes nos gusta la lotería es difícil dejar de comprar”.
–¿Tiene algún ritual especial antes de cantar la lotería?
–Sí, suelo rezar y pedirle a Dios que ganen varias personas.
–¿Se involucra en la emoción del sorteo o está tan acostumbrado que le resulta indiferente?
–Sí me involucro. Cada sorteo lo vivo intensamente, se siente emoción por la gente que pueda ganar.
–¿Qué significa para usted un sorteo navideño?
–Es algo muy especial. Siempre espero que mucha gente logre ganar. Es curioso, pero en las pocas ocasiones en que yo no he cantado la lotería del gordo, solo una persona ha sido la favorecida, como el año pasado, que quedó en San Carlos.
–¿Siente nostalgia de dejar las “cantadas” ahora cuando se pensione?
–Me siento contento porque he trabajado con amor y agradezco a Dios y a todos los vendedores y compañeros del trabajo su ayuda, en el fondo me da un poco de tristeza, pero la verdad ya cumplí con mi trabajo.
