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Sídney
El gobierno australiano amenazó este jueves con sacrificar a Pistol y Boo, dos terriers propiedad de Johnny Depp que el actor introdujo ilegalmente en el país, donde está rodando una secuela de Piratas del Caribe.
"Solo porque se trata de Johnny Depp no quiere decir que esté exento de cumplir la ley australiana", dijo a la prensa el ministro de Agricultura, Barnaby Joyce.
Para evitar las enfermedades, la ley australiana obliga a los perros y gatos procedentes de Estados Unidos a pasar 10 días en cuarentena cuando llegan al país.
Pero Depp no cumplió la ley y trajo a sus dos Yorkshire terrier directamente en su jet privado, sin declararlos, hasta Brisbane, donde llegó el mes pasado.
"Cuando se traen animales hay un proceso. Hay que obtener los permisos, ponerlos en cuarentena y luego los puedes recuperar", explicó el ministro de Agricultura.
"Es hora de que Pistol y Boo se larguen a Estados Unidos. Los puede devolver o tendremos que sacrificarlos", amenazó.
El ministro explicó que habían descubierto la presencia de los perros cuando los vieron con un cuidador y dio un ultimátum a Depp de 50 horas, hasta el sábado, para que saque a los animales del país.
"No creo que el señor Depp me invite al estreno de Piratas del Caribe", bromeó. El actor está rodando la quinta entrega de la saga, titulada Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales.
Por su parte el ministro de Inmigración, Peter Dutton, dijo en una radio de Fairfax que se trata de un tema serio "porque si se rompe el protocolo de bioeseguridad puede haber consecuencias importantes".
Una petición en línea para salvar a Pistol y Boo reunió más de 3.000 firmas en pocas horas mientras la prensa empezaba a llegar frente a la casa alquilada por Depp en la ciudad de Gold Coast.
"íTen compasión, Barnaby, no mates a estos perros tan lindos!", dice la petición, apelando directamente al ministro.
Johnny Depp interpreta al capitán Jack Sparrow en la saga Piratas del Caribe, que ha recaudado más de $3.600 millones.
