Maria Celeste Arraras Maria Celeste Arraras
Cada vez que escucha el nombre de Costa Rica, la presentadora puertorriqueña María Celeste Arrarás recuerda una anécdota muy especial. “Concebí a mi hijo Julián en Punta Islita”, dice.
El primer viaje que hizo la periodista a nuestro país fue hace casi 17 años; ella tenía 35 y visitó a varios de los amigos que tiene aquí, junto a algunos allegados.
El paseo a la lejana playa guanacasteca le dejó un hermoso recuerdo de nuestro país.
“Me encanta hablar para un medio costarricense; siempre, desde que empecé mi carrera, Costa Rica fue un gran apoyo; las veces que los he ido a visitar, me demuestran que me quieren mucho y yo devuelvo ese cariño al 100%. No lo digo por cliché, me hacen sentir como si estuviera en casa”, comentó la hermosa presentadora y directora del programa Al rojo vivo, de la cadena Telemundo.
En medio del trajín por la elección del nuevo Papa, Arrarás hizo una pausa hace unos días para hablar con Viva acerca de su vida y de su carrera.
Durante la entrevista, vía telefónica desde Miami, dejó ver su sencillez y naturalidad, dos cualidades que la han mantenido en el gusto del público, desde que conquistó a los latinoamericanos y el mercado anglosajón en 1994 con el recordado programa Primer impacto que conducía junto a la presentadora Myrka Dellanos.
Ha sido una de las mujeres más reconocidas en el ámbito internacional, ganó un premio Emmy por su carrera y es la celebridad que más veces ha aparecido en la portada de la revista People en español; sin embargo, antes que ser la periodista de ese programa, María Celeste es la mamá de Julián, de 15 años; Adrián, de 13 (a quien adoptó en el 2002 en Rusia), y Lara, de 12.
“Me hace feliz ver los éxitos de mis hijos”, comentó.
Así que su hijo mayor fue concebido en Costa Rica...
Fue hace como 17 años, en mi primera visita a Costa Rica, iba con varios amigos a visitar a otros. Fuimos a Punta Islita y mirá... no sé que fue lo que hice, pero cuando regresé a mi casa ya tenía una cita con la cigueña.
”Yo les digo a mis amigos que la receta fue la visita a Punta Islita”.
¿Cómo maneja el horario de su trabajo con el familiar?
Lo apunto todo; tengo un teléfono que está a punto de explotar. Tengo que lidiar con los horarios de mis hijos; ellos tienen más actividades que yo; la mía es de chofer para ellos.
”Durante el día, me ayuda una señora para que esté con ellos, yo siempre los recojo donde los amiguitos, en las clases de karate o en el voleibol. No me creo nada especial por eso, porque hay muchas mamás trabajadoras como yo.
¿Se siente presionada por tanto correcorre?
Yo lo que digo es que me podría agobiar, pero la clave del éxito está en ser positivo. Siempre veo el vaso, a la mitad, lleno; tengo un millón de cosas, un trabajo que me apasiona y en el que me pagan bien. Además, tengo a mis hijos en una edad que quieren todavía estar conmigo. Cuando llegue el momento de que ellos se vayan, yo ya no trabaje y esté sola en mi casa, pensaré en eso.
Hablando de su personalidad, el público la quiere por su sencillez. ¿Cómo hace para que no se le suba la fama a la cabeza?
Creo que soy extremadamente sencilla porque así me educaron, es como cuando te enseñan a usar los cubiertos o a lavarte los dientes, es algo de segunda naturaleza. Vengo de una familia con los pies puestos sobre la tierra; mi papá fue muy popular por su carrera política y porque era genuino y sencillo; al verlo a él, aprendí a emularlo.
También fue deportista como su papá.
Fui campeona de natación, iba a participar en las Olimpiadas de Montreal 1976. Me decían meteorito, fui una estrella.
¿Se considera bella?
Primero que todo, tengo una buena genética; mi mamá, a pesar de su edad, se mantiene muy bien, tiene muy buena piel; todo se lo debo a ella porque no me cuido mucho. No creo que sea una belleza apoteósica; considero que hay mujeres más bellas, pero en la televisión tener una belleza extrema distrae; con ser relativamente atractiva tienes la pelea ganada.
¿Qué la pone triste?
Las injusticias de todo tipo, a todo nivel.
¿Y feliz?
Me hace feliz ver los éxitos de mis hijos. Mi trabajo me llena muchísimo como profesional y como mujer; es una gran satisfacción.
¿Está soltera?
Solo voy a decir una cosa: estoy extremadamente contenta y lo dejo ahí (ríe).
¿Extraña Puerto Rico?
Llevo casi 25 años aquí (Estados Unidos), pero siempre voy a Puerto Rico; lo visito con mucha frecuencia y estoy en mucho contacto. Tengo parte de mi familia aquí, dos hermanas, varios sobrinos y a mi mamá también.
Después de tantos años en la profesión, ¿cuál es el secreto para mantenerse?
Es curioso porque en televisión pasa algo inusual: cuando uno está haciendo una cobertura pasa algo gracioso y es que cuando cubres algo, piensas que es lo más importante. Después pasa y viene otra cosa más importante. La idea es poner lo mejor siempre.
Su temple la distingue. ¿Cómo llega a mantenerse serena ante una transmisión importante, como la elección del nuevo Papa?
El reciente cónclave lo viví intensamente. Fue una cobertura en vivo durante todo el día. Cuando hay momentos así es cuando más me concentro.