María Antonieta de las Nieves, quien sorprendió hace varios días por mostrar su saludable figura en biquini a los 70 años, vuelve a ser noticia, pero esta vez por las revelaciones que hizo en entrevista con Yordi Rosado.

La intérprete de la inolvidable Chilindrina en el programa El Chavo del 8, conversó acerca de su distanciamiento con Roberto Gómez Bolaños (Chespirito), sobre la ruptura de su amistad con Florinda Meza y hasta de cómo estuvo a punto de perder un seno, tras la aparición de tumores, debido al vendaje que cubrió sus pechos, por casi 50 años, para encarnar a una niña.

El distanciamiento de Chespirito

En la entrevista, que se transmitió por YouTube, la actriz habló de cómo empezó su separación de Chespirito, quien falleció en el 2014. Ella dice que todo comenzó cuando ella quiso empezar con su propio programa Aquí está la Chilindrina.

“Hacemos el script y le digo a Chespirito: ‘Mira, aquí te traigo lo que quiero hacer’. Y dice: ‘Está bien, porque no hay un solo personaje que se parezca a lo que hacemos nosotros, ahora busca tu oportunidad”, contó María Antonieta, quien dice que buscó hablar con todos “sus patrones”, sin tener respuesta.

Volvió a Chespirito y le sugirió hacer un piloto, pensando en que si no hacía el programa para México, lo trabajaría para Centroamérica o Latinoamérica. Lo hicieron.

“Dije: ‘Esta bendición nunca la creí posible’”. Sin embargo, no todo fue lo que parecía.

“Fuimos a su oficina (la de Chespirito), empezaron a checar el script, hacemos el piloto, me lo dirige Édgar Vivar y me dice Chespirito: ‘Salió muy bueno, en cualquier momentito entras al aire’. Esperé dos años y no entraba, hasta que le dije a Chespirito: ‘¿Por qué no entra?’”, contó. Dice que Roberto Gómez Bolaños explicó que “la junta de directores” no quería que el programa viera la luz. Luego alguien le contó que quien no quería que la propuesta saliera era Chespirito.

“Dije: ‘Dios mío, tienes que darme luz y fuerza para saber qué es lo que pasa’”.

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Estando en Televisa, ella fue a hablar con el Señor Azcárraga, el jefe de todos y quién tomaba las decisiones.

“Voy a la oficina del señor Azcárraga y ahí estaba su secretaria: ‘Ahorita te recibe el patrón’, me dijo. Eran como las 4 p. m., entró el patrón y vio a don Ernesto Alonso, a Raúl Velasco, a todos los grandes y yo sentadita ahí”, recuerda.

A las 9 p. m., pudo reunirse con el jefe, a quien le contó todo sobre su proyecto. “Se lo eché de corridito: ‘Aquí está mi piloto, me dice Chespirito que está muy bueno, pero él no quiere que entre al aire’”.

El ejecutivo le contestó: “Yo no sabía que tuvieras un piloto, pero lo voy a ver; voy a verlo tres minutos y si en esos tres minutos me convences, entras al aire, pero antes necesito que me hagas una película familiar”. Poco después, el programa logró emitirse y evidentemente la amistad con Chespirito se desgastó. No obstante, dice que su cariño por él se mantiene. Incluso, recordó la última vez que lo vio y se abrazaron.

“Yo le grité: ‘Chespirito’. Él estaba en la cola para registrarse en el hotel. Me abrazó, un abrazo de esos que hubiera querido darle 20 y le dije: ‘Chespirito, ¿qué pasó? Si tanto nos queremos, porque eso lo demuestra este abrazo, ¿por qué esta separación?’”, rememora.

Dice que él le contestó: “La prensa, la prensa tuvo la culpa porque dijo esto y esto”.

Ella le respondió: “Chespirito, he querido hablar contigo muchas veces y no es posible… ¿cambiaste tu teléfono de tu casa? Y dijo: ‘Florinda, dale el teléfono de la casa a María Antonieta’; sí me lo dio y a los varios días le hablé por teléfono y pues hasta ahí, no me dejaron (comunicarme con él). ¿Qué te puedo decir? Eso a lo mejor ni Chespirito lo sabía, nunca me dejaron volver a hablar con él”, agregó, diciendo que siempre estará agradecida con él porque, de lo contrario, “no estaría donde está”.

“Lo quiero muchísimo”, dijo.

La separación de Florinda Meza

En la entrevista, del 21 de febrero, que tuvo más de una hora de duración, María Antonieta también mencionó qué fue lo que rompió su amistad con Florinda Meza, quien, según ella, fue muy “mala onda”.

De las Nieves narró que cuando Meza ingresó al equipo para interpretar a la mamá de Quico, ellas se llevaban muy bien por ser las actrices jóvenes del elenco. Cuenta que cuando viajaban se iban de compras juntas, algo que ambas disfrutaban.

Una vez, cuando regresaban de viaje, se compraron abrigos de pieles, las dos eran conscientes de que de regreso no las podían ingresar al país dentro de la maleta. Cada una se vistió con una. María Antonieta ocultó el otro al fondo de la maleta, le recomendó lo mismo a Florinda; sin embargo, ella estaba segura de que no se las iban a decomisar.

La Chilindrina recuerda que cuando llegaron al aeropuerto ella pasó bien por la revisión, cuando le preguntaron que qué llevaba dijo que unos vinos. Al turno de Florinda, las pieles salieron de su maleta y le dijeron que no podía ingresar con ellas.

“Le dijeron: ‘Señora no puede traer dos abrigos de pieles’. Y ella dijo: ‘y por qué María Antonieta sí’”, recordó la actriz. Al final, aunque ella trató de convencer a los oficiales de que sus abrigos no los habían grabado las cámaras, los funcionarios decomisaron las prendas a las dos.

“Qué mala onda. Ahí creo que se rompió la relación”, dijo María Antonieta, haciendo alusión a la indiscreción de Florinda.

Tumores en los senos

En la extensa conversación, María Antonieta también contó sobre los tumores que aparecieron en sus senos tras tener que vendarlos por tantos años para interpretar a la Chilindrina.

“Para verme niña me las apachurraba, me los vendaba, (y decían): ‘Ay, qué profesional es María Antonieta, mírala, qué niña se ve’. Pues cómo no, si me estaba ahogando, imagínate las primeras veces que lo usé yo dije: ‘a ver hasta dónde aguanto’, pues aguanté 50 años”, dijo.

La actriz continuó: “50 años con el busto apretado, ¿qué pasó? Que me casé, que tuve a mi hijo, que se me hicieron unos tumores en los senos horrendos, que no podía alimentar bien a mi bebé porque no salía la leche y, sin embargo, yo traía un busto hasta acá, fui bustona desde joven”, detalló la actriz, quien contó que se tuvo que someter a varias operaciones. Para su suerte ninguno de los quistes era maligno.

“Fue mucho más complicado porque entonces toda me inflé y al sacar los tumores, y al sacar las grasas y al sacar todo, me puse realmente grave, me vino una infección generalizada, casi pierdo un seno. Me tuvieron que operar y poner unas prótesis, después no me gustó porque las prótesis eran grandes y, al quitarlas, me quedaron unos hoyos, no sabes lo que he sufrido yo por mi Chilindrina. Y la última vez que me operé fue para quitarme las dos prótesis porque creían que tenía yo cáncer”, detalló.