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El triángulo amoroso que habría protagonizado John Fitzgerald Kennedy (JFK) con su esposa Jacqueline Kennedy y la actriz Marilyn Monroe fue tema de conversación durante décadas. Y si bien en un principio tanto el gobierno estadounidense como la familia del mandatario intentaron mantener en la oscuridad los detalles de la historia, con el tiempo comenzaron a ver la luz pistas que no hacían más que confirmar lo que era un ruidoso rumor.
Durante muchos años, la relación entre JFK y la protagonista de Los caballeros las prefieren rubias fue para la entonces primera dama un asunto casi ineludible. Tanto es así que en la década de 1970, la mujer se sorprendió enormemente al descubrir que su terapeuta había tratado a Monroe una vez, según señala la nueva biografía Jackie: Public, Private, Secret, del escritor y periodista J. Randy Taraborrelli.
Según un fragmento publicado en exclusiva por la revista People, Jackie comenzó una terapia con la psicoanalista Marianne Kris a principios de los años setenta. El motivo de su consulta y la raíz de sus problemas era su matrimonio turbulento con el magnate Aristóteles Onassis, con quien se había casado en 1968, cinco años después de la muerte de Kennedy.
Si bien Patricia Atwood, la secretaria de Kris de 1972 a 1974, le dijo a Taraborrelli en un correo electrónico que jamás hablaría de la señora Onassis por la confidencialidad médico—paciente que protegía esas charlas, en sus notas —a las que tuvo acceso la biógrafa— la terapeuta detalló algunas de sus sesiones con Jackie.
“Abordaron el trastorno de estrés postraumático en curso de la señora Onassis por el asesinato, así como ciertos problemas persistentes sobre su matrimonio. Se fue en un resplandor de gloria, dijo la señora Onassis, según una de las notas que leí”, dijo Atwood.
“La forma en que murió le había robado por completo el derecho a odiarlo, dijo. Junto a esa entrada, la doctora Kris escribió que su dolor era cualquier cosa menos ´limpio´, como ella lo expresó”, sumó.
En un momento, a Jackie se le informó que Kris una vez había tratado a Monroe, que en aquel momento ya se rumoreaba que había tenido una aventura con su primer esposo, en una de sus muchas infidelidades.
“Cuando Jackie la confrontó, Kris dijo que no sentía la responsabilidad de informarle sobre ningún paciente anterior, de la misma manera que nunca revelaría que alguna vez había tratado a Jackie. Marianne preguntó: ‘¿Cómo es esto? ¿Importante?’, a lo que Jackie respondió: ‘¿Cómo es que eso no es relevante?’”.
Los rumores sobre la supuesta aventura de Monroe con JFK fueron impulsados en parte por la sensual actuación de la rubia al entonar el “Feliz cumpleaños” para el comandante en jefe durante la celebración de su 45 años, fiesta que tuvo lugar en el Madison Square Garden el 19 de mayo de 1962, solo unos meses antes de la muerte de la estrella de cine.
En los años que siguieron, los relatos de los amoríos de Monroe con el difunto presidente y su hermano, el senador Robert F. Kennedy, se exploraron en innumerables reportajes, libros y entrevistas. El biógrafo de Monroe, Jason Spada, le dijo a People en 2012 que el presidente Kennedy esencialmente le había pasado a la actriz a su hermano después de que se cansó del romance, aunque “estaba bastante claro que Marilyn había tenido relaciones sexuales con Bobby y Jack”.
Pese a las infidelidades y a la fama de JFK de seductor y mujeriego, Jackie estuvo al lado de él hasta el día de su muerte, aquel fatídico 22 de noviembre de 1963, cuando fue baleado durante una caravana de automóviles de Dallas.
Cinco años después, se volvió a casar, esta vez con Onassis, mientras que en sus últimos años encontró compañía en el comerciante de diamantes Maurice Tempelsman. A principios de 1994, le diagnosticaron linfoma no Hodgkin y murió el 19 de mayo de ese mismo año. Pese a que sus amores fueron mundialmente conocidos, ella siempre mantuvo la discreción en cuanto a su vida personal.
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