Aunque el príncipe Enrique y su esposa Meghan Markle fueron los que levantaron la voz contra el supuesto racismo dentro de la familia real, este no sería un tema nuevo a lo interno del Palacio de Buckingham.
Al menos eso es lo que revela la más reciente investigación realizada por el diario británico The Guardian, que confirmaría que desde hace más de cinco décadas la corona ha tenido reticencia para que minorías étnicas ocupen cargos en la casa real.
Según documentos recién descubiertos en los archivos nacionales ingleses, por el medio especializado, los cortesanos de la reina prohibieron a los inmigrantes de color o extranjeros desempeñar funciones clericales.
“Los documentos revelan cómo en 1968, el director financiero de la reina, informó a los funcionarios públicos que ‘no era la práctica nombrar inmigrantes de color o extranjeros’ para puestos de oficina en la casa real, aunque se les permitía trabajar como sirvientes domésticos. No está claro cuándo terminó la práctica”, afirma The Guardian.
La polémica práctica se habría extendido hasta finales de los años 60, cuando el secretario del Interior James Callaghan propuso un proyecto de ley que pretendía acabar con este tipo de procedimientos.
“En ese momento, Callaghan quería expandir las leyes de discriminación racial del Reino Unido, que solo prohibían la discriminación en lugares públicos, para que también previnieran el racismo en el empleo o en servicios como la vivienda”, detalló The Guardian.
Ante tal idea, el Palacio de Buckingham mostró su temor.
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“Estaban particularmente preocupados de que si la legislación propuesta se aplicaba a la casa real, por primera vez, de forma legal, sería posible criticar a la familia”, dijo en aquel entonces un funcionario del Ministerio del Interior, TG Weiler, en reproducciones hechas por The Guardian.
Sin embargo, más adelante, la corona aceptó la propuesta.
De acuerdo con el diario, el Palacio de Buckingham se negó a responder las preguntas relacionadas a dicha prohibición real, así como cuándo fue revocada.
“(El Palacio) comunicó que sus registros mostraban que personas de minorías étnicas estaban empleadas en la década de 1990. Agregó que antes de esa década, no mantenía registros sobre los antecedentes raciales de los empleados”, añade.
Por su parte, en declaraciones a CNN, la casa real agregó que “las afirmaciones basadas en un relato de segunda mano de conversaciones de hace más de 50 años no deben usarse para sacar o inferir conclusiones sobre eventos u operaciones de hoy en día”.
Cabe destacar que, según The Guardian, hasta la fecha la reina está exenta de decidir sobre esas leyes.