En cuanto a belleza se refiere, nada está escrito. Sin embargo, los certámenes no siempre se alejan de los estereotipos.
Por eso, la final de Miss USA de este domingo marcó un nuevo capítulo en la historia de la tierra de las barras y las estrellas: pasaron ocho años desde que una afroamericana se coronó por última vez reina de la belleza y 14 sin que triunfara una representante de Washington D.C., conocida como la “ciudad del chocolate” por su fuerte presencia negra.
Pero, más importante aún, es que Deshauna Barber es la primera oficial de las Fuerzas Armadas en quedarse con la corona. La joven de 26 años y 1,77 metros de estatura venció a Miss Georgia, Emanii Davis, y a Miss Hawái, Chelsea Hardin, una de las favoritas del concurso.
Aunque sus consignas no necesariamente hicieron el tradicional llamado a la paz mundial, Barber destacó entre las demás aspirantes a la corona con una serie de respuestas que invitaron al país, y al mismo ejército, a la reflexión acerca de la equidad de género.
“Servir en el ejército me ha enseñado que ser segura y hermosa se trata de ser capaz de generar el respeto de las personas, independientemente de tu apariencia. Como una mujer en el ejército, puedo decir que la gente suele asociar belleza con debilidad, pero que pronto se dan cuenta de que soy extremadamente fuerte. Pese a que soy pequeña, soy poderosa, y ser segura y hermosa es ser yo misma y ser feliz con la persona en la que me he convertido”, contestó en la pregunta final del certamen.

De hecho, contrario a lo que muchos pensarían, la prueba en vestido de baño fue un reflejo de la seguridad de Barber, frente a otras participantes con figuras mucho más curvilíneas.
“La del traje de baño fue probablemente mi parte favorita; yo trabajé duro por este cuerpo”, aseguró en un video del concurso y a través de Twitter.
Barber se unió al ejército a a sus 17 años para seguir el ejemplo de sus hermanos y de su padre, quien fue enviado a Irak tras los ataques del 11 de setiembre.
“Lo considero una tradición familiar. Es algo que corre por nuestras venas, patriotismo, el servicio a nuestro país. Es algo que tomamos muy en serio”, dijo la ahora Miss USA en un video previo a la gala.
La joven es graduada en Administración de Empresas y desde hace cinco años trabaja como analista informática en el Departamento de Comercio de los Estados Unidos.
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Por ahora, se tomará un descanso de sus labores militares para dedicarse a cumplir con su reinado, por medio del cual luchará para promover la equidad de género dentro de las Fuerzas Armadas y, además, garantizar atención psicológica a las soldados relevados que regresan a Estados Unidos con desórdenes de estrés postraumático.
“Mi mejor amiga está sirviendo en Afganistán y yo quiero asegurarme de que cuando regrese tenga todos los recursos que necesita para sobrellevar cualquier cicatriz interna que pueda tener”, dijo a la prensa cuando se le preguntó qué es lo que más le emociona de haber ganado la corona de Miss USA.