Colaborador de LNLa princesa Victoria de Suecia y el empresario y ya príncipe Daniel Westling, se convirtieron ayer en marido y mujer, en una ceremonia en la catedral de San Nicolás, en Estocolmo.
Además, compartieron con miles de suecos su júbilo por las calles capitalinas. Los novios, que se conocieron hace nueve años cuando él era su entrenador personal en un gimnasio, contrajeron matrimonio en una ceremonia con 1.200 invitados, con la realeza y las principales autoridades suecas como testigos.
En su gran día, la princesa Victoria quiso homenajear con varios gestos a sus padres, quienes se habían casado en esta misma fecha, hace 34 años.
“La heredera sueca lució la tiara
Victoria modificó parcialmente su deseo inicial de que fuera su padre, el rey Carlos XVI Gustavo, quien la acompañara al altar, ante la polémica desatada en Suecia por el carácter foráneo de esa costumbre, considerada machista, según sus críticos.
“El rey la acompañó durante la mitad del trayecto, y allí la recogió Daniel para completar el recorrido”, según la agencia Dpa.
El diseñador sueco, Pär Engsheden, elaboró el elegante y sencillo vestido blanco perla de terciopelo y de manga corta, que lució la princesa.
Victoria se mostró muy sonriente toda la ceremonia, aunque al igual que Daniel, no pudo evitar las lágrimas en el momento en que fueron declarados marido y mujer, por el arzobispo Anders Wejryd, cabeza de la Iglesia luterana sueca.
El sermón de Wejryd, quien ofició la ceremonia acompañado por otros tres pastores, giró en torno a cómo compaginar la vida privada con la oficial y la importancia del apoyo mutuo, además de pensar en la familia y en el resto de la sociedad.
El arzobispo provocó las risas de Daniel, de 36 años y cuatro años mayor que Victoria, al llamarle por primera vez príncipe, título que ha adquirido automáticamente al casarse con la heredera de la Corona sueca, además del de duque de Västergötland y de caballero de la orden de Serafín, la más alta distinción sueca.
Durante la ceremonia, la Real Filarmónica mezcló música tradicional y moderna, incluido un tema expresamente compuesto por el exmiembro del cuarteto sueco Abba, Benny Andersson.
Las casas reales danesa, noruega, holandesa, británica, belga, jordana, japonesa y monaguesca, entre otras, también enviaron a sus más destacados representantes.
A la salida de la boda no se lanzaron ni confeti ni globos, ni se vieron fuegos artificiales, atendiendo al deseo de los novios y con la idea de proteger el medio ambiente.
Tras el beso de rigor a la salida del templo a petición del público, Victoria y Daniel se montaron en su carroza de 1900 y, acompañados por un cortejo de 80 caballos, hicieron un recorrido de casi siete kilómetros por el centro de Estocolmo, en cuyas calles recibieron el calor de miles de suecos.
“A ambos lados de la calzada, más de 6.000 soldados desfilaron en honor de los novios”, se informó en la agencia EFE. Mientras unos 2.500 policías velaban por la seguridad, aunque no hubo incidentes.
Los príncipes se embarcaron luego en la barcaza Vasaorden, para hacer la última parte del trayecto hasta el Palacio Real.
En las escaleras del palacio, los esperaban los 600 invitados al banquete nupcial en el Palacio Real de Estocolmo.