“Periquito, Periquito, se parece a su papá. Por arriba, por abajo, por delante y por detrás”. Seamos francos: ¿Quién de ustedes no leyó esto al ritmo de la popular canción de Maromero?
Ya sea papás, mamás, tíos, tías, hermanos o hermanas y, por supuesto, los más pequeñitos de la casa, tienen la tonada de la famosa pieza bien guardada en sus mentes y en su corazón. Esto porque desde hace tres décadas el famoso Maromero se ha encargado de cantarla con amor y mucha pasión, llevando alegría a los niños y a las familias costarricenses.
Ahora, Periquito está de fiesta, no solo por los 30 años de vida artística de su papá Maromero, sino porque ya tiene su propio video musical.
El audiovisual lleva a Maromero junto a la familia de Periquito a hacer un recorrido bailable por varios escenarios de nuestra Costa Rica. Se van a la playa, a la ciudad, al bosque... todos se divierten, cantan y bailan la entretenida coreografía que, al ritmo del achiquichá, varias generaciones de costarricenses se han apuntado a hacer.

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Pulgares afuera, codos al centro. Piernas juntas, rodillas flexionadas. Colita pa’l cielo y la nuca torcida. Un ojo cerrado y la lengua afuera. ¡Qué divertido!
El video termina con Maromero y la familia de Periquito cantando en un teatro lleno de periquitos que disfrutan junto a ellos de la entretenida canción. Este estreno es parte de la incursión de Maromero en la era digital, con el fin de acercarse más al público que ha crecido cantando sus canciones y disfrutando de sus actividades.
Ahora Maromero está en YouTube, en TikTok y en Instagram, donde el artista tiene mucha energía que compartir con los niños de 0 a 100 años.
“Estoy realmente feliz porque el video es la magia, ya no solo de las notas musicales, sino también de la parte visual, del poder del movimiento como otra forma de jugar y aprender. Es muy lindo poder llegar a las familias y a los niños a través de las imágenes”, dijo Maromero, cuyo nombre de pila es Germán Valverde.
Con el estreno del video de Periquito, también llega el lanzamiento del álbum El taller de Maromero, conformado por temas como El pollo, El búho, El gusanito, Pon tu mano aquí, Pam Pam Param y Cumbia de valores. Esta es la primera recopilación de los temas de Maromero que se encuentra digitalizada y está disponible en plataformas digitales como Spotify y YouTube.
“Siempre mantenemos la idea de que jugar es demasiado serio. Es importante que el niño imagine, invente, que se exprese; es muy importante sobre todo ahora que están más tiempo en casa, que no es como antes, que la calle era un mundo de fantasía. Hoy muchos niños no pasan de la cochera, del patio o la sala; así que buscamos que la virtualidad sea una forma de estimulación visual y adictiva”, agregó Maromero.
Sobre la diversificación virtual, el artista afirmó que la pandemia por el nuevo coronavirus fue un impulso para llevar su carrera más allá, ya que muchas de las empresas y familias que llevan a Maromero a sus actividades empezaron a pedirlas de manera digital.
“Cuando nos tuvimos que encerrar por la pandemia tomamos decisiones para seguir adelante. Somos una familia y así emprendimos las nuevas ideas, definimos la filosofía y creímos que Periquito era una opción perfecta para acercarnos al público. Lo pensamos así porque es una canción para niños pequeños, pero en la que participa toda la familia”, comentó el músico y también educador.
Cuando estrenó sus canales en redes sociales, Maromero se llevó una gran sorpresa, pues no solo tenía seguidores infantiles, sino que empezó a recibir mensajes conmovedores de personas más grandes.
“Nos sorprendió recibir mensajes de chicos entre 13 y 35 años aproximadamente. Nos decían lo que representó Maromero en sus vidas, lo que gozaron bailando achiquichá. Me decían que les recordaba sus infancias felices, que cantaron, jugaron e imaginaron con nosotros”, contó Maromero.
Una historia de amor por los niños

Germán Valverde ha dedicado su vida a la educación y al entretenimiento de los niños. Sus canciones tienen mensajes muy positivos, cargados de valores, respeto y de darle importancia a la familia y a la naturaleza. Durante tres décadas, ese siempre ha sido el norte del proyecto.
Maromero comenzó a trabajar con niños y niñas en 1980, cuando empezó como profesor de educación física en la escuela de enseñanza especial Carlos Luis Valle, en Cartago. “No conocía nada sobre la estimulación de niños y jóvenes en condición de alguna discapacidad, así que empecé a buscar formas de trabajo. Tocaba la guitarra y la armónica, pensé no solo en estimular la parte física, sino también trabajar por medio del arte”, recordó.
En el camino Maromero fue aplicando nuevas técnicas. Ideó campamentos y empezaron a nacer las canciones cuando, en 1992, conoció al músico Carlos Navarro (bajista de Los Hicsos). Él le hizo la propuesta de llevar más allá la intención de entretener y enseñar.
“Para mí Carlos, que descanse en paz, era un ídolo y se me acercó para que trabajáramos juntos. Él de canciones infantiles solo conocía Los pollitos, así que le grabé un montón de canciones en un casete y se las aprendió. Me acompañaba a la escuela con su acordeón, con la guitarra, y a partir de ahí nació la idea de grabar canciones infantiles para que los papás se los pusieran a los hijos en las vacaciones”, explicó.
Lo que siguió en la vida de Maromero y su amigo Carlos fue una grabación profesional de su música. Además empezaron a llegar contrataciones para fiestas infantiles y actividades familiares.
Por el grupo Maromero han pasado muchos amigos y colaboradores que han sumado para que el mensaje del artista llegue a muchas personas. En la actualidad sus hijos Diego y David (del grupo Chillax) son los cómplices de la diversión, mientras que su hijo mayor Daniel y su esposa Rosa Murillo, también forman parte del trabajo del grupo.
“Hay que darle gracias a Dios de que uno pueda hacer esto con tanto amor y cariño. Es una gran satisfacción ver a la gente bailando y divirtiéndose a través de las notas musicales, con nuestras ocurrencias, con los sonidos”, dijo el artista.
Otra particularidad que hace muy feliz a Maromero es que hace muchos años dejó de llamarse Germán, pues cada vez que sale a la calle pequeños y grandes lo llaman Maromero. “Es una alegría muy grande recibir ese cariño de la gente”, afirmó.
Otro logro que lo hace sentir realizado, es llevar música y movimiento a niños en hospitales y albergues. “Ver a un niño en una cama, que apenas mueve los ojitos y que le brillan gracias a mis canciones y ocurrencias, es el mejor regalo que he tenido en mi vida”, aseguró.
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En todos sus años de entretenimiento infantil, Maromero aprendió la importancia de educar de manera correcta a la niñez, pero lamenta que haya muy pocos artistas que tengan esta dedicación. Para él, la educación temprana es de suma importancia para el desarrollo de los individuos.
“Ojalá que vengan muchos Maromeros, que haya muchas personas que crean en los niños, en su atención y educación. No puede ser que seamos pocos los que hacemos esto. Tienen que venir muchos más porque en la niñez se forma el carácter, vas creando a través de la imaginación, sueños, ilusiones y movimientos, el aprendizaje”, concluyó.

