La franquicia de Devil May Cry 5 (DMC 5) alcanzó su pináculo con su quinta entrega, en la que reivindica a sus personajes para brindar una experiencia que dejó en éxtasis a su fanaticada. Hay piruetas, disparos y sablazos para hacerle frente a una horda de demonios; la acción ocurre mientras que, al fondo, tenemos una banda sonora alucinante.

Este videojuego, disponible para Xbox One, PlayStation 4 y PC, es todo lo que los fans querían. Frente a nosotros tenemos a uno de los mejores títulos de acción de la última década y una historia de redención del estudio Capcom que, en los últimos tres años, ha sacado petróleo de su patrimonio –Resident Evil, Street Fighters y Devil May Cry, solo falta MegaMan–. No hay duda alguna: es un gran momento para los gamers antaño... Sin embargo, ¿cómo llegamos acá?

Corría el año 2013, los seguidores esperaban un anuncio importante de Capcom sobre el universo de DMC. El resultado fue una especie de reinvención de la primera entrega de la saga, la cual tuvo una recepción disímil. Por un lado, la prensa especializada elogió sus mecánicas nuevas y un diseño de juego tan pulido; no obstante, los fanáticos se sintieron traicionados por el estudio (Ninja Theory) y odiaron el diseño del personaje principal, Dante.

Luego de un juego con malos resultados y con mucho que aprender, Capcom decidió comenzar un nuevo proceso de desarrollo para su saga de acción más aclamada. Entonces, tras cinco años en desarrollo, llega a nuestras manos Devil May Cry V, con el único objetivo de resucitar el nombre de la franquicia y lavarle la cara a la compañía japonesa.

Utilizando el RE Engine (motor de gráficos en donde se hacen los videojuegos) que ya había rendido frutos en otras propiedades intelectuales como Resident Evil 7 y Residente Evil 2: Remake; DMCV se muestra con una presentación que pocos juegos actuales pueden presumir. Esto se agradece muchísimo, sobre todo en los enfrentamientos contra los demonios.

Para los poco entendidos en el mundo de los videojuegos DMC pertenece al género de Hack n’ Slash, al igual que las primeras tres entregas de God of War o Dante’s Inferno.

Este género consiste en enfrentar hordas de enemigos mientras se avanza por los escenarios. No obstante, lo que diferencia a DMC del resto es el enorme peso que su jugabilidad, que se ve reflejada en la creación de combos y que recompensa al jugador por las combinaciones de ataques frenéticos, pesados, veloces, diversos, vistosos y todos los adjetivos que puedan caracterizar a un combate nacido de la mente de un animador japonés.

DMC tiene armas diferentes que invitan al jugador a probar nuevos estilos. Desde espadas, ametralladoras, cadenas y hasta una hoz. La obra de Capcom abusa de su propia mitología.

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Historia

El juego trata acerca de un misterioso personaje llamado V que busca ayuda para derrotar al antagonista. que decide proclamarse el nuevo Reino Demonio.

Para contextualizar, en este universo existen dos mundos: el mundo de los humanos y el mundo de los demonios. Como suele ser la costumbre, estos dos planos están en un conflicto constante. El primer demonio que intentó conquistar al mundo dentro de esta mitología es Mundus, quien fue sellado por Sparda, padre de los dos protagonistas de la saga: Dante y Vergil.

Sumado a Dante y Vergil está el hijo de este último: Nero, protagonista que en su momento (Devil May Cry 4) generó mucha controversia hasta que, a punta de carisma, logró convencer a los más aficionados de la saga. Para Devil May Cry V se decidió (por historia, en especial) omitir la participación de Vergil, y jugaremos con Dante, Nero y V. Cada uno de estos personajes tiene una particular manera de interpretar el combate.

Cada mecánica está pensada para un jugador en específico, así los usuarios que más han disfrutado de las entregas anteriores encontrarán una familiaridad nostálgica en la forma en como se controla a Dante; también los que conocieron esta saga por la cuarta entrega reconocerán de inmediato la forma en la que juega Nero. Eso sí, este Capcom le ha brindado a este personaje un par herramientas adicionales para cumplir con su objetivo.

Hay que detenerse en la complejidad narrativa de DMC V, pues la saga nunca se caracterizó por la profundidad de sus tramas. En este caso, los desarrolladores narran los arcos de manera anacrónica para desvelar las intenciones del villano de turno.

La espera por Devil May Cry 5 fue larga, sí, pero el contenido ha valido la pena. El quinto capítulo de la franquicia es un carta dirigida a todos los fanáticos que alguna vez perdieron la fe en este cuento de ángeles y demonios. Eso sí, no deja de ofrecer nuevas propuestas dentro de su ya conocida fórmula y la manera en la que hilan la narrativa es una demostración que DMC se atrevió también a crecer con su audiencia.

El único escollo que se pudo encontrar son los largos tiempos de carga entre las pantallas y un par de fallas del sistema que bien podrían hacer tediosa la experiencia. Esperemos que Capcom se ponga detrás de eso lo más pronto posible.