
En cuestión de días, la cantante escocesa Amy Belle pasó de interpretar canciones en las calles de Glasgow a presentarse en el Royal Albert Hall junto a Rod Stewart, uno de los artistas más reconocidos del mundo.
El dueto de 2004, con la interpretación de I Don’t Want to Talk About It, alcanzó más de 1.200 millones de visualizaciones en el canal de YouTube del músico británico. Hoy, a sus 44 años, la artista retoma su carrera en pequeños escenarios europeos.
El video se convirtió en uno de los momentos más recordados de la carrera de Stewart. Incluso, durante su visita a Río de Janeiro en octubre pasado, fanáticos lo recibieron en un restaurante entonando esa canción. A sus 80 años, el artista continúa despertando entusiasmo en diferentes partes del mundo.
Desde su hogar en las afueras de Londres, Amy Belle recordó cómo fue seleccionada para esa presentación histórica. Vivía con su esposo e hijos cuando aceptó compartir detalles de aquella noche que marcó su carrera para siempre.
Sus inicios como artista callejera
Desde la adolescencia, Amy tuvo claro que quería ser cantante. Abandonó los estudios y comenzó a tocar el violón de su padre en las calles de Glasgow. A los 17 años se trasladó a Londres, donde continuó presentándose en espacios públicos.
Después de formar parte de una banda llamada The Alice, que publicó un único álbum en 2002, firmó un contrato como solista. Sin embargo, el cambio crucial llegó en 2004, gracias al dueño de la disquera, amigo cercano de Rod Stewart y su mánager. Les recordó que el propio Stewart inició su carrera como artista callejero y lo convenció de incluir a Amy en su presentación en Londres.
La llamada que lo cambió todo
La confirmación llegó mediante una llamada directa de Stewart. Amy se encontraba en un pub con amigos cuando recibió el mensaje de que el cantante deseaba hablar con ella. Durante la conversación, él le preguntó a qué equipo de fútbol apoyaba. Al responder Celtic, Stewart, seguidor de ese club, aprobó su participación.
La presentación se realizó el 25 de junio de 2004, como parte del concierto One Night Only! en el Royal Albert Hall. El evento reunió a más de 5.000 personas y contó con músicos invitados como Ron Wood, guitarrista de The Rolling Stones.
Amy aprendió la canción días antes del evento. Ensayó una única vez con Rod Stewart y su orquesta en los estudios Abbey Road. Relató que sus principales preocupaciones fueron no caer con sus botas de tacón alto en el escenario resbaladizo y cumplir con la instrucción de abrazar al cantante durante la actuación.
Durante el espectáculo, leyó la letra desde un teleprompter, aunque ya la conocía. Recordó que se concentró más en no tropezar que en la magnitud del escenario. A pesar del nerviosismo, recibió una ovación de pie del público al finalizar.
Luego del éxito del video, el mánager de Stewart la llevó a Los Ángeles, donde trabajó con compositores y productores. Entre ellos destacó su conexión con John Shanks, quien ha trabajado con Miley Cyrus y Jon Bon Jovi.
En esa etapa, escribió más de 30 canciones y firmó un contrato con el sello Epic, en Nueva York. Sin embargo, explicó que no se ajustaba a los parámetros de las grandes discográficas estadounidenses. Tras ese intento, regresó a Glasgow, donde conoció a su esposo.
La vida familiar y el regreso a la música
Amy se mudó a Londres con su pareja. Allí se reencontró con Audrey Nugent, exintegrante de su antigua banda. Comenzaron a escribir música, grabaron un disco independiente y realizaron varias presentaciones. Durante ese período, compartió escenario con artistas como Robert Plant y Sixto Rodríguez.
Con el tiempo, su proyecto musical terminó y ella se alejó de la industria. Guardó su violón y comenzó a trabajar en un estudio de arquitectura, coordinando proyectos en obras de construcción.
Más adelante, durante su segundo embarazo, se trasladó a los suburbios de Londres. En esa zona, frecuentaba un pub que ofrecía noches de micrófono abierto. Así retomó el canto de forma local y empezó a recibir invitaciones desde Alemania y Holanda para realizar pequeñas giras.

En 2024, un productor noruego la contactó para organizar eventos en ese país. Desde entonces, realiza presentaciones mensuales en Noruega, lo que le permite equilibrar la vida familiar con la música. Según contó, esta dinámica le resulta sostenible y gratificante.
Durante su luna de miel, visitó Foz de Iguazú y Río de Janeiro, donde se acercó a la música brasileña, la cual dijo apreciar mucho. Aunque no contempla giras en América Latina, ha recibido propuestas informales, incluso de Belo Horizonte.
Para Amy, cantar en un escenario, sea en la calle o en un teatro, sigue siendo una experiencia única. Disfruta cada presentación, sin importar el tamaño del público.
La huella del Royal Albert Hall
La artista confesó que rara vez revisa el video del Royal Albert Hall. Cuando lo hace, nota cómo ha cambiado desde entonces. Señaló que ya no es aquella joven tímida, sino una mujer con familia y trayectoria.
La química entre ambos artistas, la sinceridad en la interpretación y la reacción del público convirtieron esa actuación en uno de los momentos más destacados de su carrera. Amy reconoció que quizás su vulnerabilidad aportó un valor especial a la presentación.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
