Una melodía resuena en las paredes de Artflow; sin embargo, en lugar de sonidos, escuchamos colores, formas y texturas. Los intérpretes son siete artistas plásticos costarricenses que trazan notas en una escala mayor de tonos satíricos, introspectivos y cosmológicos.
La exposición se llama Top 7 y no es una casualidad; la conforman viejos conocidos y jóvenes –también conocidos– del arte nacional: Fabrizio Arrieta, Javier Calvo, Rolando Faba, Fabio Herrera, Priscilla Monge, Joaquín R. del Paso y Alessandra Sequeira.
En esta exhibición abundan los medios expresivos: pinturas, objetos, instalaciones, fotografías y fotoperformances le ponen color al concreto gris que erige a Artflow, casa para el arte dirigida por Karen Clachar, quien curó la muestra.
“Top 7 es un proyecto que pone a dialogar a las obras de estos reconocidos artistas, quienes se caracterizan por una investigación constante, la coherencia de sus temas y sus valiosos aportes a las diferentes disciplinas del quehacer plástico”, expresa Karen.
La curadora esperaba un montaje difícil por la diversidad de los temas y los medios que exploran estos siete artistas; no obstante, encontró una armonía natural de manera inmediata, que solo es posible cuando todos hablan el idioma del talento.
Siete maravillas. Dos ojos nos reciben al entrar a Artflow: Bee’s eye y Fly’s eye , acrílicos en tela que reflejan la mirada de Rolando Faba. Después de 22 años de vivir en Barcelona (España), Rolando vuelve a su tierra natal para presentarnos un universo construido en geometría y color.
El ejemplo más representativo es Microcosmos , obra que construye una constelación con triángulos de variedad cromática que pueden ser las estrellas o las galaxias –depende de la perspectiva con la que se los mire–.
“Antonin Artaud, el artista más radical del siglo XX, decía que la más bella de las artes es la que más nos acerca al caos”, menciona Faba para referirse a sus trabajos.
Javier Calvo habla desde la piel con la obra Paisaje natural, una serie de fotografías que capturan un performance en el cual el artista plasmó un paraje tropical en su cuerpo por medio de un bronceador artificial.
Las imágenes documentan el desvanecimiento de las marcas para comentar la artificialidad con la que se ha construido la identidad nacional y la forma en que la sociedad la olvida.
Por otro lado, Fabrizio Arrieta trata el tema de la identidad personal con el acrílico Johnny. Sin embargo, la identidad de Johnny se nos presenta difusa: su rostro y gran parte de su cuerpo se ocultan tras una cortina multicolor.
“Las obras de Fabrizio parten de la idea de que la identidad personal es un valor inestable, transmitido por una gran diversidad de factores”, explica Karen Clachar.
El rostro de Johnny nos elude, pero al otro lado de la sala encontramos el de Fabio Herrera o, más bien, sus muchos rostros.
Dos Fabios Batman y Autorretrato como Fauno nos muestran al notable artista pintado como mitos. Además, Fabio nos invita a apreciar la bella unión entre la madera y el pigmento en Puerta masculino femenino , Rana verde y la instalación Doble cara .
“Como la vida misma, mi vida transcurre en las cosas que pinto”, confiesa Fabio, y la revelación nos hace ver las obras como páginas de una autobiografía que aún se escribe.
Por su parte, Joaquín R. del Paso nos ofrece caras conocidas en el tríptico Fiction/Non-Fiction: American gangster, que presenta retratos de famosos personajes: uno es un gánster real (Alphonse Capone), otro, uno ficticio (Tony Soprano, de la teleserie The Sopranos), y el último, un político (Ronald Reagan).
“Con esta obra recupero el lenguaje con el cual empecé mis andanzas en el mundo del arte: el dibujo. Las ilustraciones nos revelan al gánster, una de las más grandes obsesiones americanas, creada por los medios de comunicación”, afirma el pintor.
Joaquín también exhibe East of the Sun, un óleo que muestra a un grupo de personas reunidas en un campo de golf y miran con asombro un objeto dorado ubicado fuera de la pintura. El creador explica:
–Los personajes de la pintura observan un mapa de China dorado hecho con madera. Recuperé el material de los árboles que tumbaron los trabajadores chinos para construir el nuevo Estadio Nacional, en la Sabana. El objeto dorado es indescifrable para los espectadores, como lo es la cultura china. Por esto es como un magneto que capta la atención.
Adyacente a la obra de Joaquín se encuentra otro objeto que atrae nuestra mirada: Para iniciar la vida , una banca de mármol con la frase que le da nombre inscrita, elaborada por Priscilla Monge.
“La obra se refiere a una exposición que realicé en el Ecuador. Fue en una casa del siglo XVI que tenía un patio enorme donde había una higuera. Entre las mujeres de esa época existía la creencia de que las hojas del árbol servidas en té ayudan a aumentar la fertilidad o lograr el aborto: el nacer y el morir, las dos cosas que tenemos como seguras en la vida. Por esto, coloqué una banca a cada lado de la higuera. Una decía ‘Para iniciar la vida’ y otra ‘Para terminar la vida’. La obra comenta las creencias populares”, afirma Priscilla.
De la dureza del mármol nos trasladamos a la delicadeza de la tinta china, que reina en las obras de Alessandra Sequeira. Serie synapsis y Flujo cósmico Hubble nos pintan líneas de lo micro y lo macro en el universo para mostrarnos la interconexión profunda que existe entre los diferentes sistemas que conforman la realidad.
Una muestra, siete artistas: cada uno es una nota única y vital en la escala diatónica de esta magnum opus del arte costarricense.
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Siete grandes reunidos. Top 7 se ofrecerá durante diciembre y enero en Artflow, ubicado en Avenida Escazú (costado este del hospital CIMA, Escazú, San José). Horario: de lunes a viernes de 9 a. m. a 4 p. m., sábados de 1 p. m. a 9 p. m., y domingos de 2 p. m. a 6 p. m. Se cerrará el 30 de diciembre y se reabrirá el 4 de enero. La entrada es libre. Teléfono: 2519-9051.