
El cine del Viejo Oeste habita por igual los territorios de la cinefilia y del mito; confunde rumor con memoria y hazaña con documento. Ese viaje hacia las diversas posibilidades de una rica tradición cinematográfica se presenta en The Salvation (2014), western de profunda vocación revisionista que se adentra con entusiasmo en las principales convenciones del género y muestra el oficio camaleónico del cineasta danés Kristian Levring.
Tras el estreno de su película El rey está vivo (2001), Levring se convirtió en el cuarto director en firmar el célebre manifiesto del Dogma 95 , después de Thomas Vinterberg, Lars von Trier y Soren Kragh-Jacobsen. Con The Salvation , Levring se ubica en las antípodas de la estética Dogma y filma un relato de venganzas ambientado en los Estados Unidos de la segunda mitad del siglo XIX.
The Salvation cuenta la historia de un inmigrante danés que huye de la guerra entre su país y Alemania. En pocos minutos, la cinta convierte en pesadilla el sueño americano de su protagonista e inicia la oscura transformación de ese colono pacífico en violento guerrero. No existe en el desarrollo de ese argumento la intención de innovar o de sorprender. Levring no pretende, como el Tarantino de Los ocho odiosos (2015), mezclar disciplinas ni temporalidades estéticas. En cambio, el cineasta danés explora con mirada nostálgica buena parte de la filmografía referencial del viejo oeste.
La venganza viaja a caballo
Cuenta la leyenda que los albores del western se ubican en el verano de 1903, cuando el escocés Edwin S. Porter imaginó, en una ruta ferroviaria, la película Asalto y robo al tren . El filme culmina con la célebre imagen del pistolero que dispara al espectador y funda algunas de las convenciones más recurrentes y eficaces del género, tales como el héroe enigmático, el villano vestido de negro, el sheriff ejemplar, la mujer en peligro y el duelo final.
Con El caballo de hierro (1924), John Ford sugiere que las películas del Viejo Oeste pueden trascender los espectáculos de las balas perdidas y los malabares en medio del galope que habían reclamado el centro de la gran pantalla durante el tiempo primigenio del género. Quince años después Ford filma La diligencia (1939), convierte al paisaje en el gran protagonista del filme y permite así que el western aprenda lecciones de los romanticismos pictórico y literario. Para mayor fortuna y mérito de esa película, surgen de su narrativa impecable dos elementos que en lo sucesivo serán emblemáticos del género: la venganza y John Wayne.
La filmografía y los méritos del cine según John Ford son tan abundantes como escasas fueron siempre sus palabras. Cuando Jean-Luc Godard le preguntó sobre aquello que lo llevó a Hollywood el cineasta de la consumación y la reinvención del western respondió: “Un tren”. Cuando a Orson Welles se lo consultó sobre los tres mejores directores de la historia afirmó sin pensarlo demasiado: “John Ford, John Ford y John Ford”.
Durante los años 40 y 50, al lado de Ford, surgen los grandes directores del western clásico: Howard Hawks, Anthony Mann, William Wellman y Henry Hathaway. Ese grupo de cineastas revitaliza el género mediante recursos diversos como el tono melodramático, la épica y el retrato intimista. Filmes como Duelo al Sol (1946), Río rojo (1948), Pasión de los fuertes (1950), Shane, el desconocido (1952), Centauros del desierto (1956) y Río Bravo (1959), confirman definitivamente las virtudes y posibilidades del género y hacen del western un espectáculo de industria que de manera discreta y aguda propicia el debate sobre el orden social.

Pólvora extranjera
Los años 60 tuvieron el coraje de romperlo todo y la cortesía de acordarse del western . Sam Peckinpah, cineasta de ascendencia cherokee, filma La pandilla salvaje (1969) con el antiguo arsenal de las vanguardias plásticas y fragua, ante los ojos de la asombrada crítica europea, “la película más violenta que se haya filmado jamás”. En el desierto español de Almería, con un discreto presupuesto y una estética exuberante, el italiano Sergio Leone dirige Por un puñado de dólares (1964), Por unos dólares más (1966) y El bueno, el malo y el feo (1966). Así, con su “trilogía del dólar”, Leone inaugura las rutas polvorientas del spaghetti western y deja atrás la pulcritud y corrección del sheriff protagonizado por el Gary Cooper de Solo ante el peligro (1952).
Si el western es, como afirma Clint Eastwood, una de las escasas aportaciones culturales genuinas de los Estados Unidos al mundo, durante esa década de rebeldías el género exhibe su amplia influencia en los cines de diversas latitudes. En América Latina, por ejemplo, el brasileño Glauber Rocha escudriña con fuerza su dimensión política en Dios y el diablo en la tierra del sol (1964) y el chileno Alejandro Jodorowski filma El topo (1970), western de argumento clásico teñido con filosofía bizarra y efectos alucinógenos.
El siglo XXI confirma que la pólvora del Viejo Oeste estalla con fuerza en tierra extranjera. En Tailandia, Las lágrimas del tigre negro (2000) saca a la superficie el gesto paródico y la estética kitsch que habitaban en el inolvidable Johnny Guitar (1954), de Nicholas Ray. Cenizas y pólvora (2001) emerge de la convulsa Macedonia, La proposición (2005) revela a una Australia devastada y deudora del mito de los hermanos Dalton, y 800 balas (2002), filmada en la Almería española por Álex de la Iglesia, se presenta como un abierto y divertido homenaje al spaghetti western . En las antípodas del orbe, el japonés Takashi Miike hace lo propio con Sukiyaki Western: Django (2008), un sushi western inspirado en el Django (1965) de Sergio Corbucci.
En este contexto de amplia internacionalización surge The Salvation , western filmado por cineastas daneses en Sudáfrica, coprotagonizado por la francesa Eva Green y concebido como un salvoconducto hacia la recuperación de un género cinematográfico popular. El filme nos regresa al tiempo de aquellos centauros que atravesaban el desierto tras la promesa de una vida mejor, en un arrebato de evocación cinéfila tan efectivo como anacrónico.
Así, a golpe de revisitar los clásicos y ver de nuevo el cine muchas veces visto, el filme The Salvation adopta la forma de una hermosa apología, llena de furia y nostalgia.
No se la pierda
The Salvation se proyectará este domingo 20, a las 7 p. m., en la sala Gómez Miralles del Centro de Cine, en barrio Amón de San José. La entrada es gratuita.
Ficha técnica del filmeTítulo original: The SalvationPaís: DinamarcaAño: 2014Duración: 100 min. Dirección: Kristian LevringProducción: Sisse Graum JørgensenGuion: Anders Thomas Jensen y Kristian LevringDirección de fotografía: Jens SchlosserMúsica : Kasper WindingMontaje: Pernille Bech ChristensenReparto: Mads Mikkelsen, Eva Green, Jeffrey Dean Morgan, Eric Cantona, Mikael Persbrandt, Douglas Henshall, Michael Raymond-James y Jonathan Pryce