La democratización de herramientas ha permitido que más de uno se anime a cruzar los aparentes límites que existen entre un oficio u otro. Uno de los más recientes ejemplos de sacudirse el traje y corbata para probar el terreno de la creatividad es Adolfo Constenla, un costarricense que en los últimos meses ha levantado la mano para hacerse un espacio en el mundo del arte.
A través de su proyecto, República Democromática, publica sus creaciones. Se trata de fotografías que él mismo toma y las atraviesa mediante filtros digitales para, en sus palabras, “buscar crear una nueva obra, con nuevas texturas y reimaginada”.
Constenla ha sido fichado por el colectivo internacional KALEI, que le ha permitido exposiciones en línea con curadores de América y Europa. Ante el auge de su proyecto, Constenla conversó con La Nación sobre sus impresiones con respecto al espectro artístico en que pretende desenvolverse.
—Usted se desempeña dentro del campo del Derecho, ¿cómo llegó al terreno artístico?
—Efectivamente, yo soy abogado con 22 años de haberme incorporado al Colegio de Abogados. Soy diplomático de carrera y trabajo en el Ministerio de Relaciones Exteriores desde el 2003. La faceta del desarrollo del arte viene desde el 2017, porque siempre he sido aficionado a la fotografía y a finales del 2017 me puse un día a trabajar en esto. Estaba viendo fotos que tenía y vi una aplicación digital que servía para trabajar las fotografías. No fue algo planeado, sino que me puse a travesear con esa aplicación. Eran de unas fotografías en la zona sur, en el parque de las esferas y de ahí salió la oportunidad. Precisamente por ser abogado, sé que solo puedo trabajar fotos que yo haya tomado por temas de derecho de autor, así que me encanta trabajar paisajes, animales, cataratas, ríos, playas, pero también he hecho otros proyectos como esculturas. Le doy una visión diferente a algo de piedra para un formato digital: le varío colores, texturas y creo una nueva obra.
—¿Por qué el arte digital? ¿Siempre fue la primera opción o probó con la pintura tradicional?
—Hasta el día de hoy siempre he trabajado en el área digital. Yo no he estudiado artes. Todo esto se desarrolló durante el período de la pandemia y fue muy útil. También es bueno aclarar que se hacen digitales, pero las mismas obras digitales las envío para que me las impriman, le pongo marco y terminan siendo como una pintura. No soy artista tradicional, sino digital. Soy autodidacta. Todo viene por la afición a la fotografía.
”Durante 11 años fui profesor de historia del derecho, también de derecho internacional público y algo que vi es que, aunque no he estudiado arte, lo aprecio. Con los estudiantes me fui dando cuenta que utilizando representaciones visuales, como un fresco, un mosaico o una escultura de la antigüedad, les ayudo mucho a transmitir el conocimiento. El arte siempre está vinculado a transmisión de conocimiento.
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—¿Hay temáticas particulares en las que considera se aprovecha más la gramática digital?
—Sí, la ventaja es que mi trabajo está basado a partir de fotografías y tengo áreas amplias de trabajo. Tiendo más, sin que sea exclusivo, a hacer arte digital basado en la naturaleza, en torno a los cuatro elementos. De volcanes, montañas, atardeceres, lagos, cataratas y bueno, lo que menos he hecho es sobre fuego. Mucho de lo que hago lo centro en aspectos de la naturaleza, pero también en arte precolombino. Mi papá fue uno de los principales expertos en lenguas indígenas y desde pequeño he tenido el contacto con eso. Hice una exposición sobre arte precolombino, no solo costarricense, y de ahí he desarrollado arte a partir de esculturas.
”Hace poco hice una exposición que se llama Fortaleza femenina, que a partir de obras de la antigüedad se le da nuevas visiones a esas obras con la importancia del papel de la mujer a lo largo de las civilizaciones. Pero también figuras mitológicas, que en muchos casos históricamente la figura de la mujer ha representado valores como el derecho, la justicia, la fortuna, el amor, la victoria... Acabo de hacer unas obras relacionadas con la paz, por el desarrollo de la guerra entre Ucrania y Rusia, entonces por ahí creo que he incursionado más allá de aspectos meramente de naturaleza.
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—¿Qué reacciones siente que genera en el público su trabajo?
—Pues dichosamente he visto que han tenido acogida favorable. Artistas de otros países, gracias a la virtualidad y a la posibilidad de hacer una exposición con algunos curadores de aplicaciones digitales para el desarrollo de arte digital, me han dicho cosas buenas. Creo que esto es importante porque mezcla la fotografía, informática, la visión del artista y sus preferencias, como la naturaleza que hablábamos y la utilización de los colores que resultan llamativos. Yo creo que el arte digital tiene una característica novedosa pues va más allá del concepto tradicional y es algo multidisciplinario. Combina diseño, fotografía y lo puede desarrollar alguien que no necesariamente haya llevado la carrera de artes. Es una ventana de oportunidades para expresar una visión de mundo particular.
—¿Qué opina sobre las críticas de que este tipo de trabajo no es arte?
—Es algo que desde un inicio lo he visto porque, efectivamente, hay visiones que consideran que no hay un esfuerzo que se plasme de igual manera que si uno lo hace en un formato tradicional. No creo que sea así. En una ocasión lo hablaba con otro artista que creo que podría compararse cuando en el siglo XVI surge el período renacentista que cambia totalmente el enfoque de lo que era el arte medieval, el cual estaba centrado en el movimiento teocentrista y lo pasa a un movimiento antropocentrista, en que el hombre es el centro de todas las cosas. Es un cambio de visión y representación de escenas que, probablemente, para mucha gente hizo considerarlo como algo que no era arte. El paso del tiempo hizo que el renacimiento se convirtiera en una etapa de mayor desarrollo en todas las artes.
”Creo que este trabajo mira hacia el futuro, por la incorporación de la virtualidad en todo, en los trabajos, en las relaciones sociales y para difundir la cultura... El arte digital viene a ser arte porque es una forma y un medio por el cual se puede expresar la visión del artista que no está sujeta a un formato físico como un lienzo, papel o mural, sino que permite incorporar el hacerlo en línea y transmitirlo en muchos lugares. En un mismo momento uno lo ve en Costa Rica y lo ven en Ecuador, México, Estados Unidos, Europa... Eso es algo que enriquece la promoción de la cultural. Resulta llamativo y muy útil, con la ventaja que se reducen los costos para la producción. Cualquier artista sabe que el costo de los lienzos, pinturas y óleos tiene un costo considerable. El arte digital lo puede reducir.
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—¿Cree que este tipo de trabajos son el siguiente escalón para los artistas?
—Como expresión artística sirve y puede brindar la oportunidad de incorporar nuevas formas y otras áreas como la informática para el desarrollo de obras. Un proyecto en el que estoy trabajando es desarrollar libros electrónicos incorporando a una bióloga. Ella tiene un poemario y nos hemos puesto de acuerdo para agregarle obras de arte digital y presentarlo virtualmente para que la gente vea y oiga el poema. Eso enriquece más la experiencia.
—¿Cómo combina toda esta faceta con su trabajo de abogado y diplomático?
—En Facebook tengo la página República Democromática. La bauticé así porque primero lo pensé como Costa Rica, como república democrática, pero también que todos los que vivimos tenemos la posibilidad de opinar sin ninguna limitante; se trata de gozar de la paleta de colores que Costa Rica ofrece. Con mi condición de diplomático costarricense busco dar a conocer la cultura del país y todo lo que puede ofrecer internacionalmente, así que espero que mi trabajo hable de las bellezas con las que cuenta nuestro país.