El 31 de agosto, el colectivo salvadoreño Catapulta y el artista sonoro Joan Villaperros, de Costa Rica, unieron fuerzas para llevar al parque Morazán objetos que cualquiera podría llevar en las manos sin ser considerado músico: ollas, pedazos de madera, pan, computadoras, juguetes dañados.
Esta fue la primera actividad en San José de la X Bienal Centroamericana de Artes. El viento de San José se llevó las notas interpretadas ese primer día, pero la Bienal capturó algunos otros proyectos de arte y de investigación sonora de la región en el espacio en línea denominado la X Sonora.
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Más allá del alcance de los museos –que terminarán sus exposiciones de la Bienal a finales de setiembre–, la X Sonora tomó lugar en la plataforma Soundcloud.com para ofrecer a todas horas y en cualquier par de audífonos sonidos de distintas partes de la región.
Propuestas. La X Sonora invitó a siete artistas sonoros cuyos trabajos de experimentación, canciones e incluso sonidos de ambiente transportan a distintas partes de la región.
Por ejemplo, en abril, Ingmar Herrera compartió grabaciones realizadas en Darién, Panamá, que registran a compositores de bunde y bullerengue, dos géneros caribeños.
En mayo, la compositora costarricense Susan Campos reunió en el proyecto Uncanny Valley los trabajos de compositoras, Dj e investigadoras sonoras de la región.
“Decidí no hablar de mi obra, sino aprovechar la oportunidad para crear una red entre las creadoras centroamericanas, hacer lo que llamo una ‘intervención ciberfeminista’”, expresó Campos por vía telefónica.
El guatemalteco Juan Carlos Barrios subió al canal de YouTube de la Bienal un video con fotografías y un collage sonoro formado con el sonido varios objetos en el lugar (paredes de madera, el agua, el viento).
Mauricio Kabistán, de El Salvador, hizo varios collages con sonidos ambiente –que compartidos en Soundcloud– y elaboró dos playlists en Spotify con las canciones de salsa y cumbia que escuchó en el trayecto a su trabajo, para ilustrar entre las dos propuestas el paisaje sonoro de San Salvador.
Susan Campos destacó que Internet es un espacio más dinámico para compartir las obras, lejos de las instalaciones sonoras o los performances que toman lugar en los museos.
Estas plataformas incluso permiten adjuntar comentarios a las obras, algo casi imposible en un museo.
En la opinión de Campos, la X Sonora es una oportunidad para revisar el trato que tiene lo sonoro desde el mundo del arte.
“(En Costa Rica) la gente que hace curaduría aún no está preparada para trabajar con lo sonoro; lo dejan aparte, sigue siendo un terreno oscuro”, expresó Susan Campos.
“Tamara Díaz (curadora de la Bienal), abrió una puerta importantísima para discutir, intercambiar bagajes teóricos y crear redes en la región”, finalizó.