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El Teatro El Triciclo tiene desde hoy una nueva inquilina; tiene un gran tamaño y plumas, le gusta cantar y es además un poco enamorada. Nos referimos a la Pájara Pinta, que presentará su obra
Adicionalmente, Joy Producciones, creadores del montaje, desarrolla un proyecto que presentará la obra a unos 4.000 niños de escuelas de zonas urbano-marginales, de forma gratuita.
Esta puesta en escena tiene como propósito entretener a los menores y sus padres, con un mensaje de optimismo y música original.
El proyecto con los niños de zonas marginales comenzó el 2 de agosto. La idea es que grupos de estudiantes de primaria puedan ver el espectáculo en el teatro. Para eso, los recogen por la mañana en autobuses en sus centros de estudio, los llevan a la sala y están de regreso antes del mediodía.
Para seleccionar a los centros educativos beneficiados, los productores consultaron al Ministerio de Educación cuáles escuelas son las sufren más problemas sociales. Fue así como dieron con primarias de Purral de Guadalupe, La Carpio, barrio Cuba, Santa Ana, Pavas, San Sebastián y muchos más.
“La idea es que estos niños tengan una primera experiencia en el teatro, que atesoren un bonito recuerdo de la primera vez que fueron al teatro, que los marque y los haga valorar la familia, las tradiciones y el medio ambiente”, detalló Christian Jiménez, productor de la obra.
Para llevar esa cantidad de menores al teatro, la Pájara Pinta cuenta con el apoyo del Programa Nacional para el Desarrollo de las Artes Escénicas (Proartes).
Además, participan empresas privadas como Panasonic, Transportes Marvi, Cielo Azul y Kawasmy, quienes asumieron parte de los costos, como el transporte.
El esfuerzo es mucho, no obstante, Jiménez cree que son muy válidos si esta experiencia teatral logra que muchos de estos pequeños entiendan que tienen un futuro prometedor, pese a estar rodeados de violencia, drogas y otros males.
La obra cuenta con un elenco integrado por la actriz María
Garita comentó que por lo dinámico del espectáculo, no hay adulto que no sea capturado por la magia de la obra. Personalmente es testigo de cómo los profesores que llegan con los escolares se entretienen durante toda la función.
Sin embargo, su abuelita (María Luisa Garita) le enseñará una lección, desde luego con ayuda de la Pájara Pinta, que lo llevará a pensar si lo que hace es lo mejor para los niños.
Es en esta convivencia con su abuela, que Cristian entenderá que no solo memorizar datos es importante; él verá lo valioso que es estar en contacto con la música, la literatura para los niños. De igual forma aprenderá que hay que valorar mucho a los seres queridos, sin importar su edad.
