Había una vez una pareja de reyes que vio nacer a su primera descendiente: la princesa Aurora. Tras el nacimiento de la bella bebé, anunciaron una gran ceremonia de bautizo en su honor. Seis hadas fueron invitadas para brindar regalos a la recién nacida.
Antes de que el hada de las lilas, la más poderosa de todas, pudiera ofrecerle su presente, el palacio cayó en las tinieblas y el lugar se tiñó de una macabra oscuridad. Acompañada de un trueno, la malvada bruja Carabosse se hizo presente en la celebración y le exigió furiosamente al rey y la reina conocer la razón por la que no fue invitada.
La furia se convirtió en venganza y la princesa Aurora pagó las consecuencias: una maldición la haría dormir durante cien años hasta que el beso de un apuesto príncipe, su verdadero amor, la hiciera despertar.
Para casi nadie es nuevo este cuento. La bella durmiente es uno de los relatos infantiles más populares de la historia. Lo que sí es novedad es que por primera vez llegará a Costa Rica la versión completa de este ballet , a cargo de la Russian Classical Ballet Company, de Moscú.
Más de 30 bailarines y bailarinas le ofrecerán al público costarricense, el sábado 21 de mayo (a las 8 p. m.), y el domingo 22 (a las 5 p. m.), un espectáculo de música y danza.
“ La bella durmiente es uno de los ballets más difíciles y precisos de todo el repertorio del ballet clásico. Esperamos que el público lo disfrute y entienda que es completamente diferente al resto de grandes ballets ”, aseguró desde Portugal Evgeniya Bespalova, directora de la compañía. “Cuando se creó, fue ubicado en la época de Luis XlV y del barroco, por lo que tenía que verse muy gentil y encantador. Este ballet es muy suave, no puede notarse el esfuerzo y por eso es un gran reto técnico para los artistas”.
En años anteriores, esta compañía rusa trajo a Costa Rica las versiones completas de El Lago de los Cisnes y Romeo y Julieta.
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Para la crítica de danza Marta Ávila, dentro de las grandes compañías que nos han visitado, ésta es una de las que mantiene el buen nivel técnico y un buen elenco. “Tiene elenco joven. Muchas veces las compañías traen una figura solista y de mucha trayectoria y un elenco débil. Creo que esta compañía maneja un elenco bien balanceado”, aseguró.
“Sobre la obra, siempre es importante poder observar un clásico. Es un ballet emblemático y aquí tenemos pocas oportunidades de verlos completos. Muchas veces viene un dúo una suite o segmentos”.
Comenta Bespalova que ya tenían todo el repertorio clásico montado anteriormente, menos este ballet. La primera vez que la compañía montó La bella durmiente fue en 2011 en Portugal y desde ese año han realizado giras anuales por Europa en países como Italia, Francia, Portugal y España. Su nacimiento, sin embargo, se ubica muchos siglos atrás.
Orígenes. Basado en el cuento del escritor francés Charles Perrault, con libreto del ruso Ivan Vsevolozhsky y con coreografía del virtuoso francés Marius Petipa, el ballet La bella durmiente es el segundo gran ballet de Piotr Ilich Chaikóvski, después de el Lago de los cisnes.
Se le considera el primer ballet sinfónico por la brillante orquestación del distinguido compositor ruso y el dramatismo y complejidad de las melodías que creó.
“Puedo jurar que no tocamos la coreografía original de Petipa. Creo que un coreógrafo tan genio no se merece que le realicen cambios a su creación”, comentó Bespalova.
“Lo único que cambiará es que redujimos un poco el tiempo. El espectáculo original fue creado para que durara más de tres horas, aproximadamente tres horas y 45 minutos. El tiempo fue acortado y adecuado para el público pero sin afectar el concepto principal del ballet original”.
Para la rusa, algo de lo que muchos coreógrafos y bailarines no están conscientes es que Chaikóvski es uno de los compositores que facilitan más el baile.
“¿Por qué? Porque su música hace pensar; si uno puede pensar, uno puede entender. Si uno entiende, uno puede sentir. Su música casi que siempre está hablando con uno y uno siente lo que quiere decir”.
Flor Carreras, representante de Interamericana de Producciones, empresa productora del evento y creadora de producciones como El Cascanueces asegura que la gran ventaja y belleza que tiene el ballet original es que el compositor trabajó al lado del libretista y el coreógrafo.
“Es una combinación muy interesante. El compositor trabaja y estudia las diferentes escenas con el coreógrafo y con el que desarrolla el guión del ballet . Eso es una cosa muy raramente vista y que pasó varias veces en Rusia, por eso son ballets con una gran unidad”, indicó. “Son ballets en los que la música, la coreografía y la historia están en concordancia porque fueron trabajadas por los tres de forma conjunta”.
El diseño coreográfico de Petipa, estrenado en San Petersburgo en 1890 refleja la rigurosa simetría de la estructura clasicista de la arquitectura de esta ciudad. Esta precisión y rigurosidad estilística es una de las mayores dificultades de la puesta en escena de este ballet .
Como todos los ballets de Petipa, reta a los bailarines con momentos y pas de deux (dúos) de gran complejidad, tanto para los protagonistas como para los otros personajes “invitados” –no solamente de cuentos de Perrault, sino también personajes creados por los hermanos Grimm, como El pájaro azul , Caperucita roja , El gato con botas, La bella y la bestia, Ricitos de oro, entre otros–.
Virtuosismo. Para la bailarina y coreógrafa Gabriela Dörries Gigirey, la dificultad de este ballet se refleja en que forma parte del repertorio de las compañías más grandes de ballet de todo el mundo.
“Técnicamente es una obra bastante compleja. Requiere mucha agilidad y vitalidad, no solamente para los bailarines principales, sino también para el cuerpo de baile. Requiere tener una técnica clásica increíble, los pas de deux , los solos, son cosas que tienen que estar a full”, asegura.
“Como la música y la coreografía son espectaculares, los bailarines tienen que estar espectaculares, sino obviamente no brillarían en el escenario. Tienen una gran responsabilidad porque es una obra muy conocida y muy querida pero al mismo tiempo técnicamente es una obra muy compleja”, añade.
La directora de la compañía señala que todos los bailarines que interpretan este ballet tienen que ser muy buenos profesionales; es obligatorio. “Uno de los principales retos que tienen, además de tener que mostrar la suavidad y poco esfuerzo (porque el estilo así lo exige) en un montaje con un nivel técnico alto, es que tienen que sentir el ballet ... Tienen que respirarlo en el escenario. Eso es lo que hace la diferencia y lo que lo hace disfrutable”.
Con ella concuerda Ávila. Para ella, lo que el público del ballet siempre va a observar es que el montaje esté bien en el tiempo, que vaya con la música, que las piernas estén (ojalá) cada vez más altas y eso los reta enormemente.
“Pero también no hay que perder de vista que en el ballet clásico no hay que quedamos viendo solamente la parte formal... Hay que ver la capacidad de los bailarines para, dominando ese lenguaje, interpretar su personaje”, comenta.
“Lo que pasa muchas veces en ballet es que la gente se queda como con la misma cara todo el ballet y nunca se metió en el personaje. Ahí es donde uno hace la diferencia de un gran bailarín clásico a un bailarín clásico corriente”, apuntó.
La bella durmiente se abrió paso en el repertorio clásico y se convirtió en uno de las obras infaltables, pero no de gratis. El virtuosismo y la rigurosidad clásica que requieren para interpretarlo, no lo tiene cualquiera.
“De todos los países en los que hemos estado, Costa Rica es uno de los que tiene el público más agradecido y caluroso. Cuando ya se está en escenario se siente que desean vernos y queremos mostrarles lo mejor de nosotros”, concluye Bespalova.
“Estoy segura que el público disfrutará el espectáculo, siempre tratamos de dar lo mejor. Tratamos de que la unión del elenco y el público sea como la de un matrimonio… sentirán el amor en el escenario”.
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Días y horas: 21 de mayo a las 8 p. m. y domingo 22 a las 5 p. m. Lugar: Teatro Popular Melico Salazar. Entradas: de ¢23.000 a ¢49.000. A la venta en: a través del sitio www.eticket.cr, el centro de llamadas 2295-9400 y en los Servimás autorizados.