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Noche oscura, nevada persistente y una mansión silenciosa: la mesa está servida para uno de los enigmas más populares de Agatha Christie .
La ratonera , que por 60 años ha deleitado en teatros londinenses , desenreda sus misterios en el Teatro Variedades , con la compañía de teatro El Triciclo , hasta el 23 de junio.
Asesinatos. La ratonera sigue la pista de un asesino en la Mansión Monkswell, donde siete personajes disímiles quedan atrapados por una noche. El asesino está en casa, y todos desconfían del vecino. Al Sargento Trotter (Mauricio Astorga) le corresponde develar el misterio antes de nuevas tragedias.
Astorga dirige el montaje, que echa mano de vestuario de época y de un escenario elaborado para ambientar el misterio.
“Siempre es interesante traer clásicos a escena. En este caso, es una obra muy bien construida, que nunca pasa de moda, y que siempre puede tener nuevas lectura dependiendo de las circunstancias, los contextos y los públicos”, consideró el director.
Agatha Christie, “la reina del crimen”, publicó casi 80 títulos de misterio, y entre ellos, La ratonera ocupa un sitio especial. El 18 de noviembre del 2012 celebró 25.000 funciones seguidas en Londres.
En la obra participan Marcela Ugalde, Will Salazar, Rosaura Barquero, Bernardo Barquero, Michelle Jones, Rodolfo Araya y Carlos Alvarado.
“Es una obra en la que Christie pone en bandeja de plata los ocho personajes al público, haciéndole creer que los ocho son culpables de los asesinatos”, describió Rosaura Barquero (Sra. Boyle).
Reto actoral. Los actores se han sentido retados por participar de una obra de misterio que exige atención para cada detalle de los personajes.
“Hemos podido hacer un grupo de trabajo muy sólido. El público verá actuaciones muy sólidas y un elenco que verdaderamente garantiza que la obra ha sido montada con los más altos estándares”, dijo Astorga.
“En cualquier montaje, una de las cosas que debe hacer un actor es estudiar mucho el personaje que hará”, explicó Marcela Ugalde.
“(Mollie Ralston) es muy sumisa, casi infantil, ingenua y suavecita. Yo tengo otro tipo de fuerza y al principio ese fue el reto: los gestos, el movimiento de manos, la voz...”, agregó la actriz.
Rodolfo Araya, por su parte, interpreta al extraño italiano Paravicini. Para el papel, tuvo que trabajar en un acento adecuado. “El análisis que ha hecho cada uno sobre sus personajes ha sido muy profundo”, comentó Araya.
Para Astorga, esa compenetración con los personajes era fundamental. “Es una obra que presenta personajes muy complejos, muy contradictorios, y todos tienen que estar muy bien dibujados, porque así se crean las diferentes relaciones y genera el conflicto principal”, dijo.
“La producción ha sido muy compleja, porque es una producción muy grande para un grupo independiente”, explicó Astorga.
“El público ha aplaudido este esfuerzo y ha reconocido que ha sido una apuesta valiente por parte del grupo, de asumir una obra como estas que no garantiza un éxito comercial”, agregó el director.
La mesa está servida para una función llena de intriga. “Es una obra intensa, en la cual se trabajó duro y con mucho compromiso. Es un clásico y un montaje de gran calidad”, invitó Ugalde.
