Al ingresar a la sala, en vez de un programa de mano impreso en papel con la información de la obra, como es costumbre, nos dieron una semilla de corteza amarilla ( Tabebuia achracea ), con la advertencia de que seríamos los responsables de que esa semilla se convirtiera en árbol. Esa es la filosofía que tiene Metzí Hovenga, la fundadora del grupo independiente Danza Muluk, que significa Luna en rojo en náhuatl, antes de iniciar su primera aventura con el espectáculo denominado Quark pedacitos del todo . Para esta empresa artística, Hovenga se hizo acompañar de los bailarines independientes Garry Rosales, Marilia García y Mariana Lizano.
Lo que presentó Hovenga es una composición coreográfica sin ornamentos superfluos para obligarnos a pensar en lo básico, tanto de la danza como la vida, y cuya motivación parte de los quark como los constituyentes esenciales de la materia que permiten la vida mediante la cohesión y las interacciones fundamentales: fuerte, débil, electromagnética y gravitatoria.
En la puesta en escena de Quark pedacitos del todo lo que vimos fueron cuerpos interactuando con la fuerza motora necesaria para seguir creciendo como seres vivientes. La obra cuenta con un video de Santiago Fornaguera que, principalmente, amplia con sus imágenes los gestos de los bailarines sin competir con el discurso coreográfico.
Por su parte, un diseño de vestuario unisex, creado por Patricia Hurtado, en tonos neutros le da protagonismo a los cuerpos de los danzantes que se mueven al ritmo de las partituras del compositor escocés Craig Armstrong. Y los pocos elementos escenográficos dispuestos en el escenario (maniquíes y una banca) se utilizaron a cabalidad.
En la composición coreográfica, Hovenga reta al trío a utilizar su cuerpo en diferentes secciones que van desde el unísono, en dúos o como solistas, en las que casi siempre se logró la limpieza en el movimiento ejecutado en varios niveles.
En la interpretación, Garry Rosales es el eje de la composición y a su alrededor gravitan o interactúan Mariana Lizano y Marilia García. Lizano, quien a partir del primer dúo perdió presencia mientras que García, poco a poco, fue ganando terreno y proyección, especialmente porque durante la obra la vimos crecer y sin miedo de mostrar más emociones. De igual forma, estuvo pendiente de las reacciones de sus colegas, mientras ejecuta los movimientos. Por su parte Rosales, se vio austero en su expresividad pero preciso y generoso con su plasticidad corporal.
Por motivos de fuerza mayor, en la función a la que asistimos no pudo participar Marianela Ortiz, quien era responsable de introducir a los espectadores con su música étnica, a la atmósfera propicia para observar Quark pedacitos del todo .
Ya que Hovenga no dio programa de mano impreso, le recomiendo incluir al final del video los créditos de los participantes y así protegemos a los árboles y todos conocemos de los nombres de los participantes. De igual forma, a este nuevo grupo le deseo un largo viaje en el que gane la vida y la danza.