La Compañía Nacional de Danza, bajo la dirección de Adrián Figueroa, en su última temporada de estrenos, mostró las coreografías de dos de sus miembros: Mario Vircha y Javier Jiménez, así como del invitado José Raúl Martínez.
Algo inédito en este espectáculo es la participación de casi una veintena de bailarines independientes y estudiantes de danza, junto al elenco oficial. Con esta iniciativa la Compañía Nacional de Danza le da el apoyo al gremio dancístico y por ende, se afianza el proyecto Contacto Independiente
En general, de los trabajos presentados se debe cuidar la dramaturgia, es decir, el por qué en la danza. Con esto reitero que todo debe estar justificado para que se cree sentido en el escenario; de lo contrario, las obras terminan siendo unos simples ejercicios exploratorios que, sin duda, son importantes en el proceso creativo, pero que muchas veces resultan inocuos.
El programa Caja de cuatro cambios inició con Relato no específico, del joven coreógrafo Javier Jiménez, quien debuta en la CND como autor y nos presentó un ejercicio en el que une varios segmentos sin temática común.
También, es responsable del acertado diseño de vestuario. Jiménez utilizó una banda sonora donde los cuartetos de cuerda tienen protagonismo y contribuyen en la ambientación. No obstante, un segmento cantado remite a otro cuento. En este septeto me agradó la interpretación de los bailarines y su trabajo corporal.
Las dos obras de Mario Vircha son: un grupal denominado Muñequillas del cigüeñal y el dúo Común absoluto . En ambos trabajos asume el diseño de vestuario con eficacia. En Muñequillas del cigüeñal me resultó agradable ver tantos bailarines en escena. Es todo un reto, pero debe dirigirse la interpretación, pues no es pareja. Además la escenografía no fue usada a fondo y quedó como un decorado del que se podría prescindir.
Para Común absoluto , Vircha se acopló muy bien con Wendy Chinchilla en una propuesta cuya motivación es el concepto de la evolución. En este trabajo, lo primordial fue la cualidad de movimiento que ambos logran apoyados en la partitura de The Octopus Project.
Como cierre de la noche,vimos Remember our names , de José Raúl Martínez, un grupal con los miembros del elenco oficial en el que, el autor, trata el tema de los recuerdos o pasajes alegóricos a su vida profesional. Es preciso recordar que esta agrupación ya había realizado un trabajo con un tema similar dirigido por Andrea Catania con buen éxito.
Por otro lado, compositivamente, le encuentro mucha similitud al montaje que recién presentó con UNA Danza Joven, tanto en las resoluciones espaciales como de movimiento.
Si el estilo compositivo de Martínez requiere el uso de la voz, deberá profundizar en el manejo de ese recurso ya que no todos los bailarines lo dominan. El vestuario también se puede afinar más.
El diseño de las luces de las cuatro obras, creado por Luis Romero, lo percibí un poco sombrío en la mayoría de las escenas.