Por cuarta vez, el espacio escénico Gráfica Génesis realizó el Encuentro de Solos Hecho a mano , un evento dancístico que permite observar creaciones unipersonales y que, además, en cada edición, ha venido ampliando su espectro pues, ahora, además de las presentaciones contempla talleres, clases maestras, conversatorios y muestra de trabajos en procesos. También, en cada noche se proyectaron las videocreaciones ganadoras del festival de danza portugués In Shadow .
La participación internacional es otro elemento importante de este espacio, aspecto que el Festival de Coreógrafos Graciela Moreno no ha logrado, aún. En el presente año, tuvimos coreógrafos y bailarines de Nicaragua, España y México. Por otra parte, cabe señalar que desde su segunda edición se consideró reconocer la trayectoria de algún artista nacional; los anteriores fueron Rolando Brenes y Sandra Trejos. En 2014, le correspondió a la bailarina y coreógrafa Vicky Cortés ser la homenajeada.
Durante el IV Encuentro de Solos Hecho a mano se presentaron 19 trabajos, cuyas duraciones oscilaron desde los tres minutos hasta casi una hora y con motivaciones y tratamientos estéticos disímiles.
Otro aspecto interesante de esta edición, que ya anuncia su próxima fecha para el 2016, fue la participación de colegas centroamericanos interesados en llevar a sus festivales producciones costarricenses. En esta oportunidad los escogidos fueron Felipe Salazar, con su solo Ophelia no está muerta... de parranda , quien viajará a Nicaragua, así como Daisy Servigna, con su creación denominada 1 /4 , que participará en FestiDanza de El Salvador.
Esta plataforma creativa es muy amplia en su formato, ya que permite que diferentes lenguajes escénicos compartan el espacio, como es la danza teatro y otras tendencias contemporáneas. De igual forma siempre ha permitido la presencia de actrices y bailarines. También nos da pie para señalar que lo que pasa en nuestras tablas ya casi no se diferencia de lo que sucede en el resto del mundo. Las resoluciones espaciales, las temáticas, las cualidades de movimientos y el tratamiento plástico están sufriendo los efectos de la globalización; por ejemplo, lo que nos presenta una bailarina española no está muy lejos de lo que los costarricenses están ejecutando.

De lo visto. Los miembros de la Compañía de Cámara Danza UNA crearon siete pequeños solos de tres minutos cada uno. Estos fueron exploraciones que se centraron algunas en el espacio y otras en la introspección, y que en algunos casos podrían llegar a ser un buen trabajo. Así es el caso de Teoría para un solo de 3 minutos , de Lourdes Venegas, y Se enfoca aquí , de Sofía Solís.
Por otra parte, Gracias por ser mi testigo , propuesta de Pamela Jiménez y Natalia Rodríguez, que buscaban involucrar al público, se quedó tímido y no pudimos saber qué opinaron de lo ejecutado por las creadoras.
Mi arma , de la española LailaTafur, pretendió demostrar lo común que tienen las figuras de vaqueros y el flamenco; sin embargo, sus resoluciones iniciales no lograron cautivar mi interés en el resto de la propuesta.
Este espacio permitió que la bailarina Laura Murillo se iniciara como creadora con Piscis .
La actriz Tatiana Sobrado en Ejercicio 2 (semilla para un solo) demostró capacidad de síntesis y buen manejo de los recursos escénicos.
Quiero destacar la energía y el nivel técnico e interpretativo de la nicaragüense Lucía Jarquín en La rosa y yo ; no obstante, el tratamiento del tema y las imágenes coreográficas de Frank Larios resultaron poco novedosas.
Por su parte, Izack Batista Optico exploró las líneas corporales y el suelo con varias lámparas. Pienso que la instalación de las luminarias las pudo haber colocado antes de que el público se sentara en el piso para crear el efecto sorpresa.
Daisy Servigña, bailarina venezolana residente en nuestro país, presenta un melodrama femenino titulado 1/4 , con el que se muestra como buena intérprete.
Paula Herrera, con ayuda de Gabriel Araya, se adentran en la danza teatro con el trabajo ¿... Sujetiva? motivados por el tema de los recuerdo del pasado y el querer dejarlo atrás. En la actuación de Herrera vemos a una bailarina con muchas capacidades histriónicas.
La intérprete y creadora mexicana Judith Tellez nos introdujo y cautivó con un cuento titulado Collette: un cajón revuelto , pues logró mantener su lenguaje y movimiento hasta el final de la trama.
Esta edición cerró la noche del domingo con el unipersonal de la ibérica Mar López denominado Elisewin . López expuso durante 50 minutos varios episodios poéticos, en un contexto escenográfico minimalista, en los que utilizó, principalmente, la luz, su voz y la plasticidad corporal para sostener su discurso intimista. La parte que más disfruté fue la última, donde sus movimientos me recordaron las pinturas de renacentistas con motivos de desnudos femeninos.