
Hace ya sus buenos años, este columnista escribía en la Tribuna del idioma: “... la función diacrítica de la mayúscula inicial se aplicaría a un reducido grupo de palabras en una determinada acepción de ellas con el fin de evitar cualquier posible ambigüedad. En este sentido, un caso claro es el de estado . El Diccionario manual de la Academia advierte que ‘cuando se refiere al organismo político superior, se escribe con mayúscula’: Golpe de Estado” .
La actual edición del DRAE (22.ª), en el artículo (enmendado) estado señala en qué casos debe utilizarse mayúscula: “6. m. Forma de organización política, dotada de poder soberano e independiente, que integra la población de un territorio.
ORTOGR. Escr. con may. inicial.
7. m. Conjunto de los poderes y órganos de gobierno de un país soberano.
ORTOGR. Escr. con may. inicial”.
Y se registran algunas locuciones: abogado del Estado, Consejo de Estado, golpe de Estado, jefe de Estado, razón de Estado, secreto de Estado...
En el artículo siguiente, en cambio, “8. m. En ciertos países organizados como federación, cada uno de los territorios autónomos que la componen”, se entiende que estado se escribe con inicial minúscula: estado de la Florida, estado de Yucatán ...
Y aquí viene la contradicción académica. Busquemos los gentilicios mexiquense, floridense, californiano, texano, yucateco ... y hallaremos “natural del E stado de México, E stado de Florida, E stado de California, E stado de Texas, E stado de Yucatán...”.
El Panhispánico viene a poner los puntos sobre las íes:
“ estado . Se escribe con minúscula en... la que se refiere a la porción del territorio de un Estado cuyos habitantes se rigen, en algunos asuntos, por leyes propias (como ocurre con las demás entidades territoriales: comunidad autónoma, departamento, provincia, región, etc., que se escriben con inicial minúscula): «En el estado de Oaxaca hubo elecciones extraordinarias» (Excélsior [Méx.] 27.5.96)”.