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Simón Vega observa la ingeniería y la traduce en arquitectura. Las máquinas que, desde hoy, esperan en la exhibición Exploraciones espaciales del tercer mundo , del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC), nacen como dibujos a lápiz que luego Vega entrega a carpinteros.
Cuando el armazón está construido lo recubre con símbolos centroamericanos: telas estampadas con fruta, hieleras, cajas plásticas. La obra está lista cuando la gente entra a la instalación y se desenvuelve en ella.
“La obra se cierra cuando la gente participa en ella. Incluso, cuando está muy detallada no deja de ser una plataforma”, explica Vega.
En la escultura social –término que toma prestado del artista alemán Joseph Beuys– , el artista propone y el público dispone.
La propuesta que Vega ejecutó en el MADC está conformada por tres grandes estructuras, ubicadas en las Salas 2 y 3.
Asimismo, Vega expone en la Sala 4 un resumen de piezas y, sobre todo, dibujos y bosquejos que crea antes del proceso de montaje.
Hoy, el MADC inaugurará los tres espacios de la exposición Exploraciones espaciales del tercer mundo a las 7 p. m.
Las estructuras a gran escala son prácticas: una funcionará como un bar de vodka ( LK Maizal Vodka-Bar ), otra como una cabina para selfies ( Apollo Beach Rover Photo Booth ), que además carga refrescos gaseosos, y, la última ( Submarine-Sound Centro América ) será una amplia cabina para la música del DJ Alejandro Ramírez y el tránsito del público que asista.
Política pop. Mientras la Sala 1 del MADC se encuentre en remodelación, el público ingresará por el costado de este edificio ubicado dentro del Cenac (antigua Fábrica Nacional de Licores).
La primera pieza visible es Submarine-Sound Centro América : una instalación que evoca a un submarino militar en el que se ha filtrado el color y sabor centroamericanos.
“Me gustan mucho cómo los mercados ambulantes solucionan las cosas desde un punto de vista flexible”, detalla Vega acerca de su trabajo de montaje.
Debido a la gran escala de sus obras, cada construcción debe realizarse en el lugar de presentación. La verdadera obra es el diseño de la estructura, la cual se puede remontar. No obstante, Vega admite que cuando un museo compra sus obras también entrega los diseños y así se convierte en una pieza irrepetible.
“La idea de la temporalidad, implícita en la arquitectura informal, también está en el método de trabajo. Es como un mercadito, un tianguis mexicano que lo ponés en una u otra calle. Preparás todo para que el sistema sea lo importante”, describe.
El planteamiento estético de Vega también activa un planteamiento filosófico: ¿cómo hubiera abordado el istmo centroamericano la carrera tecnológica de la Guerra Fría?
“Tuve el chance de ir a Berlín y ver toda la cuestión global. Empecé a entender mucho de lo que había pasado en Centroamérica (en esa época). Es importante entender este conflicto en un contexto global y de pensamiento y filosofías políticas más densas”, asegura sobre el abordaje.
Vega reflexiona que la parodia intencional de sus piezas integra esas influencias de forma cómica (después de todo, desde el Apollo Beach Rover Photo Booth se escucha música pop de los Beach Boys y Bruce Springsteen).
“Algo que caracteriza a nuestros pueblos, además de la guerra y el sufrimiento, es el sentido del humor. La capacidad de adaptarse, la resiliencia”, agrega.
El Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (dentro del Centro Nacional de la Cultura) expone las esculturas e instalaciones de Exploraciones espaciales del tercer mundo desde hoy y hasta el 28 de enero del 2017. Son piezas interactivas. Sin embargo, las hieleras y el bar de vodka solo funcionarán durante la inauguración.
