Álvaro Mutis creó un mundo, y dedicó toda su vida a narrar sus historias. Navegante de la poesía, la prosa y el ensayo junto con Maqroll el Gaviero, el colombiano zarpó el domingo, por última vez.
El autor colombiano falleció a los 90 años de edad en Ciudad de México, donde residía desde 1956. Era uno de los principales autores contemporáneos en Latinoamérica. Obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1997), el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (1997), el Premio Cervantes (2001) y el Premio Internacional Neustadt de Literatura (2002).
El escritor mexicano Jorge Volpi se despidió así de Mutis: “Lamento la muerte del entrañable, irónico y sutil Álvaro Mutis, uno de nuestros grandes narradores. Maqroll emprende su último viaje”.
Mutis fue uno de los grandes amigos de Gabriel García Márquez, y también compartió con intelectuales de México y de Latinoamérica. Fue distribuidor de cine en México, y estuvo una temporada en prisión, sobre la cual escribió.
“Antes de la publicación de La nieve del almirante , tenía un lugar bien ganado como uno de los grandes poetas latinoamericanos posteriores a Neruda”, opina el escritor Carlos Cortés. “En su obra prevalecía una estética de la corrosión, de la podredumbre y de la descomposición de las cosas en contacto con el trópico y con el tiempo, que resultaba apasionante”, agregó.
En altamar. Tras esta primera etapa como poeta se convirtió en un narrador al completar, en escasos años, la saga de Maqroll el Gaviero. Este personaje apareció en su poesía en 1953; en 1978 se consagró en La nieve del almirante . Maqroll, hijo indirecto de los aventureros de Joseph Conrad, es un personaje en perpetua búsqueda de lo desconocido; como su autor, es un aventurero de la sombra y la luz.
Las Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero abarcan siete novelas, complementadas por la Summa de Maqroll el Gaviero , que reúne los poemas dedicados al viajero incansable.
Como recuerda Carlos Cortés, Maqroll incluso llegó a Costa Rica, en la obra La última escala del Tramp Steamer . “Allí hay una de las mejores descripciones que se hacen de Puntarenas y, sobre todo, de sus personajes femeninos”, agrega Cortés.
Mario Benedetti escribió sobre este protagonista aventurero: “Mutis va reconociendo el mundo a través de los ojos vigías de su entrañable, enigmático personaje. Y esos ojos, esas miradas van abarcando ‘el mito perdido, irrescatable, estéril’”.
Maqroll oteaba en el horizonte, espiando la inmensidad del mar; Mutis navegaba por la prosa y el verso con esa misma resignación, calma y sabiduría.