El Coro Intermezzo celebró 25 años de aporte cultural a la música costarricense. Esta agrupación, fundada en el año 2000, presentó el sábado anterior el espectáculo Dejando huella, para enmarcar una trayectoria de voces impecables y hermosas veladas.
Esta agrupación inició con apenas nueve personas y, actualmente, lo conforman 32, presentándose periódicamente en los principales escenarios del país. Además, han recibido reconocimientos internacionales por sus shows y por sus interpretaciones de éxitos recientes.
En su último concierto, el pasado 31 de mayo, contaron con la presencial reconocido director internacional Hans Jaskulsky, procedente de la Universidad de Bochum, Alemania; confirmando el buen momento del coro.

Intermezzo marca historia en la música coral
El director del coro Intermezzo, David Ramírez, también es su fundador. En el año 2000 identificó la necesidad de abrir un espacio a jóvenes talentos y puso manos a la obra.
“Yo saqué mi posgrado, una maestría en Dirección Coral en la Universidad de California, Los Ángeles. Obtuve una beca del programa Fulbright, ya que soy académico de la Universidad Nacional. Cuando regresamos a Costa Rica, fundamos el Instituto Costarricense Pro Música Coral, junto con el Coro de Niños Concordia Coral y el Café Coral”, recordó.
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“Con el paso del tiempo los niños cambiaron de voz, así que vimos la necesidad de crear un coro intermedio. Por eso decidimos llamarlo Intermezzo”, agregó.
El coro ha vivido momentos memorables a lo largo de estos 25 años. “Nosotros ganamos el primer lugar en el Festival Harmony de Alemania, así como en un concurso en la República Checa”, explicó el director.

En 2019 llegó uno de los logros más importantes para Intermezzo. Ramírez considera esa presentación como la más significativa en su historia.
“En esa ocasión ganamos en todas las categorías de coro masculino y coro mixto. Pero lo más destacable es que también participamos en el Gran Prix, que reúne a todos los coros ganadores de primer lugar en cada categoría, y finalmente fuimos los vencedores de esa competencia. Es decir, fuimos el ganador absoluto de Música Eterna Roma. Este es, sin duda, el máximo logro que hemos alcanzado a lo largo del tiempo”, expresó con orgullo.
El canto, por su naturaleza armoniosa, emocionante y sorpresiva, ha llevado al director y a sus compañeros a vivir momentos inolvidables. Los intercambios culturales los llenan de paz y despiertan en ellos una sensibilidad especial. Son esas emociones las que buscan transmitir a su público.
“Siento que la humanidad está urgentemente necesitada de este tipo de experiencias, especialmente ahora, en un mundo tan convulsionado. Necesitamos esas sensaciones; el respeto, el cariño, la ética, la lealtad, la sensibilidad, que estén siempre presentes. Y eso es precisamente algo que el canto, por su propia naturaleza, siempre trae consigo”, concluyó Ramírez.
En su más reciente concierto, que estuvo cargado de grandes emociones, se confirmó que grandes y pequeños continuarán disfrutando del legado del coro y escribiendo nuevos hitos en sus páginas.

