En The Revenant (El renacido , 2015), Leonardo DiCaprio y su personaje de Glass tiene que luchar cuerpo a cuerpo con un oso asesino.
Eso es la ficción, pero en la realidad los retos de DiCaprio y todo el equipo de producción de la película no fueron menores.
The Revenant se filmó en las Montañas Rocosas de Canadá. Temperaturas que alcanzaron los 27.° grados bajo cero complicaron el accionar del elenco e incluso los llevaron a temer por su propia vida.

Según un informe de la producción, hubo la necesidad de que los miembros del equipo de producción estuvieran al pendiente uno del otro, para no ver señales de congelamiento.
No por nada, Iñárritu manifestó lo siguiente al recibir su Globo de Oro como mejor director: “Pasamos tantos momentos difíciles para hacer esta película. Temperaturas heladas. Pero todos sabemos que el dolor es pasajero y una película es para siempre”, expresó el cineasta con una gran sonrisa.
Lo más curioso es que el frío que tanto afectó el rodaje terminó abandonándolos justo cuando más lo necesitaban.
“Al principio, luchamos con bajas temperaturas y tormentas de nieve. Más tarde, luchamos porque no había nieve. Pasamos de cazar Chinooks a cazar hielo”, recordó Iñárritu.
Hombres armados con palas subían las montañas para traer nieve temporal, pero eso no fue suficiente para terminar el filme. Dos semanas en la Tierra del Fuego, en Argentina, fueron necesarias para darles los acabados.
LEA MÁS: Leonardo DiCaprio: 'La filmación de The Revenant resultó increíblemente desafiante'
Sacrificado. DiCaprio, por su parte, tuvo algunos retos muy particulares en la cinta. Más allá de la pelea con el oso, muy bien lograda por los efectos especiales, en la realidad el actor devoró un hígado crudo de bisonte.
“Quería que fuera real. Fue absolutamente asqueroso. Mi reacción fue muy clara, me dio náuseas, se ve en la pantalla”, relató DiCaprio en el programa televisivo Today.
Otras escenas mostrarán a DiCaprio dentro de aguas congeladas o buscando un poco de calor dentro de gruesas y arruinadas pieles. Todo lo hizo DiCaprio por el arte y con la mira en su hasta ahora esquivo premio Óscar.
“Es los más duro que he vivido, pero sin duda valió la pena”, resumió el actor de 41 años.
