Naomi Watts: ‘Ganar un Óscar no es lo único...’

El drama de Juan Antonio Bayona –que actualmente se exhibe en la cartelera tica–, se desarrolla luego del sunami que devastó Tailandia en el 2004. En la interpretación cinematográfica de esa catástrofe, Watts encarna a María, una valiente mujer que lucha por sobrevivir junto con su familia.

Postulada a un premio Óscar en el 2004, por su papel en 21 gramos , de Alejandro González Iñárritu, Watts busca repetir la nominación en la categoría de mejor actriz principal. El objetivo se ve cercano, pues si por la víspera se saca el día, es muy probable que Watts la consiga.

Ya el Sindicato de Actores y los Globos de Oro nominaron a Watts por su bien lograda y conmovedora actuación en Lo imposible, y su camino hacia su candidatura dorada se allana cada vez más. El próximo 10 de febrero, cuando la Academia anuncie a sus postulados, es probable que Watts brille entre la lista.

Madre de dos niños y casada desde el 2005 con el actor Liev Schreiber ( X-Men Origins: Wolverine ), Watts habló sobre su experiencia en el filme, su vida personal y sus expectativas respecto al Óscar.

Usted es mamá en la vida real. ¿La maternidad la ayudó a interpretar su papel de María en la película Lo imposible ?

Había interpretado a muchas madres antes de serlo en la realidad. Pero ser madre definitivamente me ayudó a darle vida a este personaje. Le agregó peso. Me preocupo constantemente por mis hijos, todos los días, en las formas más ínfimas y con mil ideas que me pasan por mi cabeza.

¿Pensó en la posibilidad de ser nominada al Óscar? Ya la postularon al Globo de Oro.

Siempre es grato cuando te reconocen tus propios compañeros o personas de la misma industria, pero no es la razón por la que trabajo.

¿Pero le gustaría ganar un Óscar? ¿No sueña con eso?

Sin duda, sería maravilloso. Pero no es lo único que me mueve. Lo principal es seguir buscando inspiraciones. Todo está conectado. Mi trabajo puede llevarme hacia algo más, no todo pasa por el Óscar.

¿Le gustaría que sus hijos algún día vean películas suyas tan crudas como Lo imposible ?

Mis hijos estuvieron en el rodaje todo el tiempo. Les hablé sobre el tema, sobre lo que iban a ver. El día que llegaron al set, yo tenía algunos cortes y un poco de sangre. Los llevé al camerino y les mostré cómo me ponían la sangre de mentira, para que pudieran entender un poco el proceso.

“No quiero obsesionarlos. Los niños pueden ver más allá del maquillaje. Escuchan mi voz y ven que me muevo igual que siempre. Mucho peor fue en Halloween”.

¿Terminó ya el rodaje del filme sobre la princesa Diana?

No. Todavía tengo que rodar varias partes en África y también en Londres.

¿Qué puede contar de ese nuevo rodaje?

Ya habrá tiempo para hablar sobre esa película cuando estrenemos la cinta.

¿Su carrera cambió desde que formó una familia con el actor Liev Schreiber?

Sí, mi familia cambió mi carrera. Ya no puedo viajar tanto ni puedo trabajar demasiado. A veces siento que no presto el mismo nivel de atención. Pero sigo preocupándome igual, aunque tengo un reloj que también se apaga. Ya no llevo mi trabajo a casa. Por supuesto, pienso en el asunro, pero es diferente.

Su esposo es estadounidense; usted en cambio nació en Inglaterra y se crió en Australia. ¿Piensa conservar alguna tradición internacional con sus hijos?

Eso espero. Mi hijo Sasha (5 años) pasó por Australia cuando Liev tuvo el rodaje de Wolverine . Y a Samuel Kay (4 años) lo concebimos en Australia. La conexión existe y quiero pensar que vamos a poder volver a Australia, por lo menos una vez al año.

“Es gracioso, porque yo igual puedo hacer cualquier acento. Si hablo con mi madre por teléfono, puedo sonar muy británica, y si alguna noche salgo con mis amigas, después de algunos tragos me transformo en australiana.

¿Sus hijos tienen alguna idea de la fama de sus padres?

Mis hijos no entienden todavía sobre la fama. Hay momentos en los que ven una foto o algo en televisión y lo señalan, porque se dan cuenta y dicen ‘mami’ o ‘papi’. Yo les explico que voy a trabajar y cuando vienen a verme, creen que trabajo en una casa rodante, así lo ven ellos, piensan que es mi oficina.

¿Hasta qué punto tiene que ver el cine con su familia? Por ejemplo, ¿filmaba alguna película en particular cuando quedó embarazada de sus hijos?

Tenía cinco meses de embarazo cuando me ofrecieron filmar The International , pero cuando empezamos con el rodaje, Sasha tenía 3 meses de nacido. A Samuel Kay lo tuve un 13 de diciembre y el 28 del mismo mes estaba leyendo el guion de Fair Game , para ir al estudio a finales de febrero.

¿Se considera una madre sobreprotectora?

Sí, pienso que lo soy, pero tampoco creo que soy neuróticamente cuidadosa. Quiero que mis hijos sean valientes, quiero confiar en ellos y a veces me encuentro en momentos en los que pienso: ‘Vamos, deja que exploren un poco más’.