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El Costa Rica Festival Internacional de Cine (CRFIC), evento que se inaugurará este jueves 28 en San José, es un oasis para desintoxicarse. Dejar las tentaciones comerciales que nos distraen día a día para aprender un poco más del mundo, comprender sus realidades y sorprendernos con sus exóticas creencias.
Solo por eso, usted no debería darse el lujo de perdérselo. Le invitamos a que se olvide de la Capitana Marvel por un instante y vuele por usted mismo a la galaxia audiovisual del CRFIC 2019, que, entre largometrajes y cortos, este año ofrece al público 66 películas, provenientes de 48 países.
¿Está listo para emprender el viaje?
A las 7 p.m., en el Cine Magaly, Cómprame un revólver (2018), de Julio Hernández Cordón, es la cinta con la que se abrirá el telón de la singular fiesta cinematográfica, que este año se extenderá hasta el 6 de abril.
La película, cuya fotografía es del costarricense Nicolás Wong, nos lleva a México para mostrarnos el mundo de una inocente niña, que se viste de una manera extraña para tratar de ocultarse. El mundo de la violencia y el tráfico de drogas marca el derrotero de este revelador filme, que ha sido alabado por la crítica internacional.
El tema de la cinta, tan controversial como vigente, es solo una muestra de lo que nos encontraremos en el CRFIC, donde la realidad se funde con la ficción para que el público reflexione y salga del cine con algo más que palomitas en el estómago.
Otros filmes con esa misma intención audiovisual son Pájaros de verano, de Ciro Guerra y Cristina Gallego; Temblores, de Jayro Bustamante, y La camarista, de Lila Avilés, por mencionar otros ejemplos de la extensa programación.
Al final, todo tiene como intención que “el cine transforme”, tal como lo proclama el concepto del festival.
“La idea del cine es traer películas que nos transformen a nosotros y que transformen a las personas. O sea, que el público pueda ver otro tipo de cine y que se dejen impactar por otras maneras de contar y de potenciar el arte audiovisual”, expresó Raciel del Toro, director artístico del certamen.
Otro elemento que llama la atención del del CRFIC 2019 es la cantidad de óperas primas que se proyectarán; de las 66 producciones, 23 caben en esta categoría.
“Queremos posicionarnos como un festival de cine independiente, que promociona el talento joven. Que la gente empiece a reconocer a esos cineastas a partir del festival”, dijo Del Toro.
De hecho, de las películas costarricenses en competencia, dos son óperas primas: El despertar de las hormigas, de Antonella Sudasassi, y el documental Callos, de Juan Ignacio Rodríguez.
En la categoría de mejor largometraje nacional, estas dos cintas se medirán ante un estreno latinoamericano: Dos Fridas, de Ishtar Yasin, y dos producciones que ya hemos disfrutado en cines comerciales: Cascos indomables, de Ernesto Villalobos, y El baile de la gacela, de Iván Porras.
Otras categorías que este año se premiarán en el festival es el de mejor cortometraje nacional y mejor largometraje centroamericano.
“Son 10 cortometrajes ticos en competencia, de muy buen ver. A nivel de largo centroamericano, eso sí, no se contarán con cintas ticas como en otros años, cuando, por ejemplo, Medea ganó mejor filme tico y mejor filme centroamericano. Este año solo participarán en la categoría criolla”, explicó Del Toro.
Las otras secciones serán solo de exhibición. Nos referimos a Panorama, Radar, Foco y Retrospectiva, así como Cine Queer, Última tanda y Clásicos de Culto.
Panorama es la ventana en la que se verán las obras de cineastas independientes de categoría mundial, Radar descubre obras de nuevos talentos y Foco pone especial acento en eventos sociales, políticos y culturales.
Por su parte, Cine Queer reúne historias de identidades sexuales diversas, Última tanda muestra películas con un contenido fuerte e impactante, mientras de De jóvenes es un espacio para que niños y adolescentes vean reflejadas sus inquietudes y esperanzas en la pantalla grande.
Las mujeres son mayoría
Este año, por primera vez en la historia del CRFIC, 34 de las películas son dirigidas o codirigidas por mujeres, lo que equivale a un 52% de las obras que estarán en la cartelera del festival.
Algunas de esas cintas son Cafarnaúm (Líbano), cinta nominada al Óscar de Nadine Labaki; Sueño Florianópolis (Argentina), de Ana Katz, y Yuli (España-Cuba), de Icíar Bollaín.
“Estas películas no las escogimos solo porque eran de mujeres, sino porque eran películas buenas hechas por mujeres”, aseguró Del Toro.
Para Patricia Mora, ministra de la Condición de la Mujer, la inédita selección es todo un acierto, que visibiliza el talento femenino en el campo fílmico.
“Al igual que sucede en otros campos del conocimiento y de las artes, las mujeres se han ido abriendo camino en el mundo de la producción cinematográfica, pese a los obstáculos y resistencias de una industria en la que aún hoy se reproducen dinámicas machistas y patriarcales”, dijo Mora.
"Ya va siendo hora de más claquetas en manos de mujeres, de más mujeres protagonizando las historias, de más relatos narrados desde las miradas de mundo de las mujeres”, agregó la jerarca.
En esa misma línea, hay que recordar que la homenajeada del certamen es la directora de fotografía María Seco, de Uruguay. A ella se le dedica el apartado Retrospectiva con cuatro películas en las que ha trabajado: Agua fría de mar, Restos de viento, La caja vacía y Tanta agua.
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Vestigios del pasado
Continuando con las novedades, no se puede pasar por alto el rescate y utilización del archivo de la imagen dentro del festival. Así, la Costa Rica del siglo XIX revivirá para que las nuevas generaciones echen una mirada a sus ancestros y comprendan mejor su presente.
Por ejemplo, en la sección Clásicos de Culto se presentará la película nacional El Retorno (1930).
El retorno es un tesoro fílmico que recuerda un país y una época ya desaparecidos. En medio de un San José limpio, sin autos ni ruido, se desarrolla la historia de amor entre Eugenia y Rodrigo, protagonistas de la película.
En la cinta costarricense, que es muda y dura 70 minutos, se aprecian escenarios como el parque Morazán, el Teatro Nacional y la Asamblea Legislativa.
El retorno se exhibirá en el Teatro de La Aduana el 1.° de abril, a las 5:30 p.m. Tendrá un atractivo extra: será musicalizada, en vivo, por la Dirección Nacional de Bandas.
La sección Clásicos de Culto se concibe como la celebración de obras que han trascendido la historia del cine, por su impacto cultural, su relevancia artística o sus innovaciones conceptuales, por lo que El retorno cabe muy bien en ese apartado. Además, se podrán observar 15 producciones históricas.
En todo lado
Otra de las singularidades del CRFIC 2019 es que la oferta de este año no solo quedará encerrada en la capital.
Los cines de CCM de San Ramón, Jacó y San Carlos, Citicinemas Grecia, Multicinemas Pérez Zeledón y Multicines Liberia serán, por el primer fin de semana, partícipes del evento.
“Es una novedad, quisimos que más personas puedan disfrutar. Que el CRFIC extendiera su alcance”, expresó el director artístico.
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El festival, incluso, tendrá una sede al aire libre en la Plaza Mayor de Cartago (las Ruinas), donde habrá algunas funciones gratuitas.
Estas proyecciones, fuera del casco josefino, solo se realizarán del 29 de marzo al 1.° de abril, por lo que si usted está interesado en asistir le aconsejamos que visite el sitio www.costaricacinefest.go.cr para consultar horarios de programación.
En la capital, las sedes oficiales del certamen son el Cine Magaly (salita y sala grande), la renovada Sala Garbo y el Teatro de La Aduana.
La entrada para el CRFIC tiene un precio de ¢2.000 para público general y ¢1.500 para estudiantes y ciudadanos de oro. Se pueden adquirir en el sitio oficial del Costa Rica Festival Internacional de Cine, en el caso de las funciones capitalinas, y en la web de los cines comerciales en el caso de las funciones fuera de San José.
Por último, Del Toro recordó que las secciones formativas del festival también están abiertas al público, por lo que animó a todos los interesados a buscar más información y a apuntarse.
