La besó Elvis Presley, era soñada musa de cineastas y los dulces placeres de la fama le sonreían por doquier; sin embargo, quien sedujo a Dolores Hart fue el mismo Dios.
Con diez filmes a su haber, una floreciente carrera y con tan solo 25 años de edad, en 1963 Hart renunció al murmullo hollywoodense y sorprendió al mundo del espectáculo cuando decidió convertirse en una monja benedictina.
“Simplemente sentí otra vocación”, dijo Hart en una entrevista que cedió al periódico
La historia de Hart recobró vigencia en la pasada ceremonia de los premios Óscar, cuando envestida con su imponente hábito recorrió sonriente y silbando la afamada alfombra roja.
La película de 35 minutos relata la sorprendente transformación de la Madre de Dolores –ahora conocida con ese nombre–, quien desde hace nueve años es la Priora de la Abadía de Regina Laudis, su congregación desde hace 48 años.
El documental, comenzando por su título, destaca que Hart fue la primera actriz que besó a Elvis Presley en una película, específicamente en
En ese filme, Hart hizo su primera aparición en el cine, pero causó tan buena impresión que ese papel la catapultó a la cima. Tanto así, que la actriz actuó de nuevo con
En solo cinco años, Hart grabó películas con actores tan reconocidos como Montgomery Cliff, Anthony Quinn, Robert Warner y George Hamilton.
En ese momento, ella grababa la película de culto adolescente
De hecho, en la cinta, el personaje de Hart es una estudiante que lucha con sus hormonas de muchacha y enfrenta la gran popularidad que tiene con los hombres.
Un par de premios, un reconocimiento y un pequeño descanso, antecederían la decisión más importante de su vida.
En 1959, es decir un año antes de grabar
Además, según describió
Ese mismo año, Hart visitó la Abadía de Regina Laudis, ubicada en Connecticut, para descansar de su ajetreada vida. Esa parada cambiaría su vida para siempre.
“Ya era una católica devota y la visita a la abadía me dio una sensación de paz y renovación interior”, dijo al diario estadounidense.
Finalmente, cuando Hart tomó la decisión de hacerse religiosa, estaba comprometida con el empresario millonario Don Robinson, con quien se casaría muy pronto.
“Le dijo al novio que lo amaba pero que no todo el amor tiene por qué terminar en el altar”, dijo Julie Anderson, directora del documental a la BBC. Según el mismo reportaje, desde entonces, Anderson la visitó en el claustro, hasta su muerte.
Curiosamente, su última película fue
“Cuando crucé la puerta del convento fue como tirarme desde la azotea de un edificio de 20 pisos a una piscina sin agua”, dijo la religiosa a
“Nunca sentí que me iba de Hollywood. La abadía era como una gracia de Dios que acababa de entrar en mi vida, de una manera inesperada, y Dios era el vehículo. Él es más grande que Elvis”, agregó al diario estadounidense.
El documental
La película no solo cuenta la vida de Hart, sino de varias monjas que viven en el mismo lugar. En la cinta se verá cómo algunas de ellas se comunican con los visitantes a través de una rejilla, pero que también utilizan un iPhone para ver fotografías y revisar su correo.