
Con la inocencia de un chiquillo, Jojo está fascinado con el nazismo. Adolf Hitler es su “compa” y portar la esvástica es su máximo orgullo. Por ende el pequeño, debidamente adoctrinado, tiene aversión por los judíos, se cree un humano superior y quema libros con singular pasión.
Jojo parece un niño detestable, pero no. Si usted nunca creyó que iba a sentir ternura por un nazi, pues le llegó la hora con Jojo Rabbit (2019), la sátira “anti-odio” de Taika Waititi, que se estrena este jueves en los cines costarricenses.
Con seis nominaciones al Óscar –incluyendo mejor película–, Jojo Rabbit es una cinta bélica que rompe el molde por completo: la puede ver toda la familia, con la seguridad de que algo bueno aportará a los corazones de grandes y chicos.
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El filme, que tiene en su filas a Scarlett Johansson, reconstruye las reflexiones y aventuras de Jojo Betzler (Roman Griffin Davis), quien en el justo momento de militar en las Juventudes Hitlerianas, se verá sorprendido por lo que considera un desafortunado e incompresible descubrimiento. A Jojo no le cabe en la cabeza como su mamá Rosie (Johansson), siendo alemana, esconde en su ático a nadie más y a nadie menos que a una niña judía (Thomasin McKenzie).
Desesperado por lo que vio a Jojo no le queda otra que enfrentar su ciego y descontrolado nacionalismo, en compañía de quien no parece ser un buen consejero: el idiota de Hitler. Es que sí, para efectos del filme, el Führer es su amigo imaginario.
Descabezando a Hitler.
Suena extraño que, en una comedia familiar, sea el genocida de Hitler un personaje destacado. De hecho, la ocurrencia fílmica ha causado ciertas polémicas en el mundo, que Waititi ha repelido de esta forma: “la comedia es una buena herramienta para aplacar a los matones, a los dictadores, a los regímenes… Y es una buena forma de burlarse de ideas que básicamente son absurdas”.
En esa misma línea, el mismo Waititi fue quien decidió dar vida al líder nazi, pues pensó que esa iba a ser la mejor forma de ponerlo en ridículo, o en el mejor de los casos, “insultarlo”. ¿Por qué?, pues es sencillo: el cineasta, quien tiene nacionalidad neozelandesa, se siente orgulloso de que su padre es un indígena maorí y su madre judía.
Pero más que buscar poner a Hitler en ridículo, lo que Waititi pretendió hacer fue poner sus ideas en ridículo. Sensibilizar al mundo, una vez más, de la irracionalidad de sus argumentos, acercando con ternura las vidas de dos chiquillos que se suponía deberían odiarse. Todo con fino humor.
Según AP, cineastas de todo el mundo han tratado de enfatizar la importancia de la película, en el sentido que busca informar al público más joven sobre el Holocausto. Waititi apoya este punto de vista.

“Si eso (hablar a los más jóvenes) implica agregar humor y absurdo, que así sea. Sigue comunicando las mismas ideas”, expresó el cineasta, conocido por dirigir el filme de Marvel Thor: Ragnarok, en el 2017, y la que será su secuela Thor: Love and Thunder, en el 2021.
Pero todo en equilibrio, Waititi mezcla las risas con reflexiones profundas sobre el odio y el racismo, que el espectador descubre sutilmente tras los cuestionamientos internos del buen Jojo. Conforme se atreve a conocer a Elsa, la niña oculta en el ático, el chico comienza a dudar de todo lo que ha aprendido y entra en una fuerte confrontación con su conciencia.
No solo Elsa le motiva a ver las cosas de otra manera. La acción de su madre Rosie, una mujer rebelde que toma la arriesgada decisión de ocultar a la joven judía, terminará haciendo mella en su interior.
Es que con sus actos, Rosie no solo protege a Elsa, también protege a Jojo. Según las notas de producción del filme, ella intenta que su hijo no se entere de la oscura realidad del Holocausto, en un intento de que el régimen no termine por envenenar su niñez.
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“Rosie es un personaje muy enérgico, cuya vida anterior en París le daba otra visión de las cosas. Mi personaje tenía que sentirse trascendente, en el sentido de que, a pesar de estar en medio de la II Guerra Mundial, sentía que había algo más y que podía hacer algo más con su vida y por los demás”, expresó Johansson, quien por este singular trabajo lucha por un Óscar en la categoría de mejor actriz de reparto.
Es por eso que como una especie de Guido, en La vida es bella (1997), Rosie le pinta a Jojo el “mundo color de rosa”, explicó Ra Vincent, coordinador de producción de la película. Sin embargo, esa visión de la vida contrasta con la realidad que Jojo ve reflejada en los ojos de Elsa.
Entonces, es el momento en que Jojo reflexiona: – algo, simplemente, no calza aquí–.

Bases literarias.
Jojo Rabbit, cinta que que es considera por Entertainment Weekly como una obra “audaz y extravagante sobre el Tercer Reich”, está inspirada en un libro de la novelista belga Christine Leunens, titulado Caging Skies (El cielo enjaulado, 2004).
La novela, al menos en sus primeros capítulos, cuenta en esencia lo mismo que la película, aunque al final de sus páginas introduce elementos románticos que no necesariamente veremos en la pantalla grande. La razón de dichas diferencias, es que Waititi hizo su propia interpretación de la obra, ayudado por su progenitora.
Cuenta Waititi que, cierto día, su madre lo llamó para comentarle que había leído Caging Skies y que quería comentarle sus impresiones.
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“La manera en cómo me lo describió, se sentía como algo que podía ser cinematográfico y tenía el potencial de ser una buena película”, recordó Waititi en las notas de producción del filme.
“Fui y leí el libro, y, además de ser muy bueno, contaba con muchos elementos grandiosos. Pero creo que a final de cuentas la visión de mi mamá del libro –su recuento de la historia– inspiró algo muy distinto en mi mente”, agregó el cineasta.
Por eso, la película resultó siendo un singular mix entre el libro y las interpretaciones maternales. Una receta fílmica que, en el rodaje, fue aderezada con los ingredientes mágicos de Waititi: inventarse a Hitler como el amigo imaginario de Jojo, así como el ya comentado acento cómico que lo caracteriza.

Preocupación cero.
Antes de que Jojo Rabbit fuera una realidad, se dice que Disney tenía cierta preocupación por la película y su contenido. Cuando el filme estaba a punto de estrenarse, la compañía del ratón Mickey recientemente había comprado 20th Century Fox y por ahí venía “el problema”.
Como la productora Fox Searchlight fue la encargada de realizar Jojo Rabbit, la cinta a su vez pasó a ser propiedad de Disney, una empresa que tradicionalmente ha huido desarrollar en sus películas los temas bélicos, sobre todo si son enfocados con cierto nivel de extravagancia y confrontación.
En síntesis, Disney temía que el filme afectara su imagen familiar.
Pero si alguna vez hubo cierta reticencia en Disney, el tiempo se encargó de borrarla. Críticas como la de Collider fueron la causa para no tenerle más miedo a su contenido: “Waititi comprende perfectamente el poder de la comedia y del amor por encima del odio, y hace de ello una lección al alcance de todos en esta hilarante y dulce película.”

Además, consultado por el mismo caso, Waititi aseguró a AP que Bob Iger, director ejecutivo de Disney, y Alan Horn, director creativo, se “entusiasmaron” con la película y la apoyaron constantemente.
De hecho, Waititi no ve cómo Jojo Rabbit podría causar algún tipo de controversia.
“Es como decir: cuidado con la película La vida es bella, va a derribar la corporación”, comentó Waititi a la agencia de noticias.
“No creo que tengas que preocuparte por esta película, porque una vez que la ves, habla por sí misma. Es edificante y tiene un mensaje muy positivo”, concluyó.
Jojo Rabbit se exhibirá en todo los cines del país a partir de este jueves. ¡No se la pierda!

Ficha técnica
Jojo Rabbit
Director: Taika Waititi
Género: Sátira bélica
Elenco: Roman Griffin, Scarlett Johansson, Taika Waititi.
Duración: 108 minutos
Cines: CCM, Cinépolis, Cinemark, Citicinemas, Multicine, Nova.
