El País Internacional. Su cara define el equilibrio como una forma de arte. Entre el bien y el mal, entre la seducción y la guerra psicológica, entre su lado femenino y el masculino, los que habitan el cuerpo y el alma de Albert Nobbs, esta mujer travestida de mayordomo a la que da vida Glenn Close, en la última cinta de Rodrigo García.
Sutil, delicada y honda, como todas sus obras, el director ha sacado partido de esta actriz arriesgada y audaz hasta llevarla a una nueva candidatura a los premios Óscar.
Su trabajo es un ejercicio de contención y arte casi de mimo, a lo Charlot –personaje de Charles Chaplin–, a quien ha estudiado para inspirarse y realizar el retrato de un buen hombre... O una buena mujer.
No; me encantaría aprender.
Eso tiene gracia. Bueno, quizá tiene razón. Pero me siento más actriz que jugadora.
Creo que debes ser poderoso a la hora de sugerir. Dejar entrever que estás pensando cosas y que, por tanto, guardas secretos. Y en cuanto eres capaz de sugerir ese propio secreto, enriqueces al personaje.
O imaginación.
Lo más importante es la imaginación y la capacidad para penetrar en la cabeza de los demás. También concentración y, cuanto más pasa el tiempo, llevo en esto más de 30 años, retarte para mejorar.
No, quise ser actriz desde niña, cuando veía las películas de Walt Disney.
Cierto. A mí es que me encantaban los cuentos de hadas, además, me veía dentro de ellos. Luego, me hizo ilusión que me ofrecieran a Cruella de Ville. Pero llegué tarde al oficio; primero, fui a la universidad. Hice teatro y antropología.
Cierto, en fin, los intérpretes hacemos eso, preguntarnos por qué...
Cuestionarse el bien y el mal. En
Bueno, Albert es diferente, ella es un espíritu muy puro que trata de sobrevivir.
Siempre digo ella. Ella es ella, Albert. Ella no se considera un hombre, es una mujer que despista. Cambia su apariencia, su voz, pero es una mujer. Y Rodrigo, en los detalles, nos muestra todo eso. Incluso al vestir como una mujer, anda como un hombre. Albert tiene algo de
Me inspiré en él esta vez. He vuelto a ver sus películas y estudiarlo para fijarme en sus movimientos. Lo mismo que en un payaso que me fascinaba cuando era pequeña, Emmet Kelly; tenía ese gesto triste que me parecía tan gracioso. Los grandes de su especie aúnan lo trágico y lo cómico al tiempo.
Fantástica. Le admiro mucho, sobre todo su novela
Creo que la película nos explica que nuestro sexo es irrelevante. Que nos confunde demasiado eso y que no importa a la hora de ser de una forma u otra. Para mí, la película trata de la supervivencia, de que en eso el género no importa y de que lo fundamental es hallar un lugar seguro donde desarrollarse.
Y demostrar el hecho de que para mucha gente un sueño sencillo es algo casi inalcanzable.
¿Por qué? Lo estudiamos y lo preparamos mucho. Desde la peluca a la apariencia de la cara. Hay mucho talento metido en esa cara. Me preocupaba es que la gente olvidara un poco mi rostro, quería que vieran a Albert desde el principio.