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El trabajo de Anthony Hopkins, en 'El Padre', es simplemente extraordinario. Archivo
Según lo recoge el Antiguo Testamento, Moisés acuñó las siguientes palabras en Salmo 90:10: “Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos”.
Es simple: Moisés, quien vivió más de cien años, señala que vivir más de 70 u 80 años es pesadumbre; incluso, algunos piensan que es dolor, sufrimiento y, en ciertos casos, es tortura.
Este es el tema que, con vitalidad narrativa y con potencia visual, nos trae ahora la película El padre, primer trabajo en cine de Florian Zeller a partir de su obra teatral. Las palabras de Moisés encuentran refutación en otros pasajes del propio Antiguo Testamento (pienso en el profeta Isaías, por ejemplo), pero la película sí juega con la idea de que la vejez, por sí sola, es una enfermedad.
Es duro el tema. Así, es duro el tratamiento que le da el filme, con Anthony Hopkins en una de las mejores actuaciones que le haya visto. Para pesar de cada quien, Hopkins nos hace creer que la ancianidad es tan solo la deconstrucción de la vida: de todo lo que ha sucedido antes.
Es cuando la memoria se pierde en sus laberintos, la red neuronal hace circuito por todo lado, es la desintegración personal y grosera antes de la muerte y es círculo cerrado cada vez más lleno de niebla. Esa pérdida de la condición humana lleva también al sufrimiento de las personas cercanas a quien sufre de envejecimiento cognitivo (es colateral).
Para narrar este drama que borda la tragedia, el guion (de Florian Zeller y de Christopher Hampton) transita por donde el tiempo parece desaparecer, porque los acontecimientos van y vienen, se confunden entre sí y juegan entre la veracidad y lo aparente. Luego, la puesta en escena, sin ninguna cobardía ante la génesis teatral de la obra, le corresponde con exactitud.
En El padre, la escenografía nos lleva a la intriga. El diseño de personajes nos atemoriza. Luego, los personajes nos modifican la respiración, como si la película –más bien– nos viese a nosotros para no ser espectadores pasivos.
La música, con fina presencia de arias operáticas (sobre todo de Bizet y Bellini), es fino soporte no solo de lo que vemos en pantalla, sino también de lo que sentimos ante los hechos narrados. Son secuencias que debemos ir armando, con inteligencia, para recomponer la trama a cada momento hasta su impactante final.
El padre es extraordinario juego de orfebrería que, en su último tercio, tiene serios problemas de ritmo y le cuesta mantener su ardor laberíntico: resultan evidentes ciertas coordenadas del relato. En todo caso, es mi responsable obligación recomendarles este filme y cumplo con dicho deber.
Ficha técnica
Título original: The Father
Reino Unido, 2020
Género: Drama
Director: Florian Zeller
Elenco: Anthony Hopkins, Olivia Colman
Duración: 97 minutos
Calificación: CUATRO estrellas ( * * * * ) de cinco posibles
Cines: Magaly; Nova; Salita