
Es innegable que Roberto Gómez Bolaños vive en el corazón de generaciones y generaciones de latinoamericanos. El cariño por Chespirito es más que entendible y justificado, teniendo en cuenta la huella tan grande que dejaron sus creaciones, desde El Chavo del 8 hasta el Chapulín Colorado.
Y no es que nadie se merezca un “pellizco” o tenga que esconderse en un barril por adorar al comediante; pero esto no quiere decir que su vida, al igual que la ropa del Chavo, tuvo también algunas cuantas manchas.
En medio del furor nostálgico que trae la serie biográfica del comediante Sin querer queriendo, que se estrena este 5 de junio en la plataforma HBO MAX, le traemos un repaso por algunas de las acusaciones más fuertes que recayeron sobre el ídolo mexicano (y que no verá en la producción).
A la dictadura de Pinochet, ¿sí le tuvo paciencia?
A finales de los años 70, en pleno auge de la popularidad de El Chavo del 8, Chespirito y sus compañeros visitaron varios países de la región. Algunos de estos se encontraban bajo las dictaduras establecidas durante el denominado Plan Cóndor.
Especialmente, las críticas vinieron por sus presentaciones en el Estadio Nacional de Chile, en 1977. Apenas unos años atrás, este reducto había sido un campo de tortura, donde sufrieron y murieron muchas personas, entre estas el cantautor Víctor Jara.

El humorista tildó de injustos los cuestionamientos de aquella época en su libro autobiográfico, afirmando que lo que debió recibir fueron elogios, debido a que llenó dos funciones de 80.000 personas en aquel recinto y que recibió una enorme ovación que los hizo tener que dar dos veces “la vuelta olímpica”.
Además, alegó que ni él ni los demás miembros del grupo recordaban las torturas que habían tenido lugar en ese estadio. Seguidamente, hizo un apunte que levantó aún más indignación.
“Es obvio que, de haberlo recordado, de todos modos habríamos trabajado ahí. De lo contrario, ningún actor debería presentarse a trabajar en el Zócalo de México, por poner un ejemplo, ‘enlodando la memoria de todos los que fueron asesinados ahí durante la Decena Trágica (como se conoce al golpe de Estado de 1913 en México)’”, escribió en su libro.
La justificación de Gómez Bolaños no termina de ser algo endeble, ya que la comparación entre el Zócalo y el Estadio Nacional de Chile no es precisa. Gómez no fue criticado solo por el escenario en que se presentó, sino por hacerlo mientras el país era gobernado por el autor intelectual de aquellas torturas y asesinatos.
Chespirito y las fiestas de narcotraficantes

Desde Gali Galiano hasta Luis Miguel; un sinfín de celebridades fueron acusadas de haber brindado supuestos espectáculos en las famosas fiestas privadas de Pablo Escobar. De hecho, José Luis el Puma Rodríguez declaró en 2023 que “todos (refiriéndose a artistas) fuimos a cantar para mafiosos”.
Esto, por supuesto, no excluyó a Chespirito y a los miembros del elenco de El Chavo 8. La acusación tiene como principal fuente a Carlos Villagrán, quien encarnó a Quico y cuyas declaraciones no han dejado de ser cuestionadas por la enemistad que sostuvo con Roberto Gómez Bolaños.
Villagrán ha narrado en varias ocasiones que a él, durante una gira en Bogotá, lo llegaron a visitar tres hombres en su hotel. Estos llegaron con un portafolio, sacaron una chequera y le propusieron presentarse en “el cumpleaños de la hija de mi patrón”, por hasta $1 millón.
De acuerdo con Quico, estos sujetos, que presume eran enviados por Escobar, respetaron su negativa, cerraron chequera, se despidieron amablemente y se fueron. No obstante, también afirmó que el autor de El Chavo del 8 y otros miembros (no especificó) sí asistieron a actividades de narcotraficantes, cuando ya él no formaba parte del grupo.

Además, Fernando Rodríguez, hijo del narcotraficante colombiano Gilberto Rodríguez Orejuela, escribió en su libro biográfico El hijo del ajedrecista, que su padre organizó fiestas a las que fueron “desde El Chavo del 8 hasta Juan Gabriel”.
A raíz de esto, y aunque no dejó explícita que fuera una contestación a la obra de Rodríguez, el comediante lanzó un comunicado negando este tipo de aseveraciones, las cuales corrieron como rumores desde los años 80.
¿Se le ‘chispoteó’ con la política?
Uno de los puntos más criticados en la vida de Roberto Gómez Bolaños fueron sus posicionamientos políticos, especialmente con el rol más vocal que tomó durante los años 2000.
Chespirito no solo apoyó abiertamente al Partido Acción Nacional (PAN), sino que participó de forma activa en las campañas electorales de dos candidatos. La primera de estas fue la de Vicente Fox, a quien presentó como “el cambio que necesita México”. Fox, a la postre, se convirtió en presidente de 2000 a 2006.
Posteriormente, hizo lo mismo con Felipe Calderón, quien gobernó entre 2006 y 2012. “Si usted no lo tiene plenamente decidido (el voto), yo no le voy a sugerir por quién. Pero le puedo decir que mi voto personal será por Felipe Calderón”, expresó el cómico en un anuncio televisivo.

De hecho, su apoyo trascendió hasta quedar registrado por la memoria de las redes sociales. Al terminar el mandato de Calderón, el humorista le dedicó un mensaje a través de su cuenta de Twitter.
“Don Felipe: gracias por todas las cosas buenas que hizo durante el sexenio. Que su carrera siga provechosamente”, escribió en 2012.
Si dar una adhesión política implica dosis de rechazo por los opositores; todavía más si se trata de Calderón y Fox, quienes han sido de los mandatarios más impopulares de México.
En las elecciones que le sucedieron, el PAN tuvo como candidata a Josefina Vázquez Mota (JVM). Aunque Chespirito no se involucró tan directamente -ya para esa época su estado de salud hacía que sus apariciones fueran contadas-, invitó a votar por la candidata a dos semanas de las elecciones.
“Siempre he vivido rodeado por mujeres. De mis seis hijos, 5 son hembras (sic). Confío, pues, en las mujeres. Y me uno a los que votaremos por JVM”, fue el mensaje que lanzó en Twitter.
Además, sus posturas políticas no fueron únicamente partidarias. En 2007 se unió a una campaña mediática en contra de la despenalización del aborto en México. Gómez Bolaños fue parte de un spot publicitario en el que narra que su madre, cuando él estaba en el vientre, tuvo un accidente que la dejó “al borde de la muerte”.
“El médico le dijo: ‘Tendrás que abortar’. Y ella respondió: ‘¿abortar yo?, jamás’. Es decir, defendió la vida; mi vida. Y gracias a eso estoy aquí”, dice Chespirito mientras sonríe a la cámara y da paso al eslogan de la campaña.
Más allá de juzgar su postura personal en tal delicado tema, el hecho de que públicamente haya tomado bando en esta discusión provocó el aplauso de varios sectores, pero provocó el profundo rechazo de otros. La molestia derivó por la influencia que ejerció su mensaje, debido al peso que tenía Chespirito como figura pública.
