
Frank Castle secuestra, tortura y asesina. El suyo bien podría ser el perfil psicólogico de uno de los tantos psicópatas que a diario aturden a los estadounidenses con sus matanzas indiscriminadas. El detalle está en que la violencia de Frank no es aleatoria. No: sus víctimas son personas peores que él.
Los vigilantes que toman la justicia en sus propias manos siempre han despertado pasiones en cualquier sociedad. Cuando un delincuente es la víctima de un crimen violento, poca es la simpatía hacia su causa, y todos en algún momento hemos llegado a entender lo que impulsa a un ciudadano común que ajusta cuentas con el maldito que lastimó a sus seres queridos.
En el caso de Frank Castle, su deseo de revancha es llevado a extremos demenciales, propios de los cómics de superhéroes (y supervillanos). La serie The Punisher –inspirada en la historieta homónima– llega a Netflix con la etiqueta de la apuesta más atrevida dentro de la oferta de esa plataforma de adaptaciones para personajes venidos de las creaciones de Marvel.
Atrevida porque su protagonista es un ser en extremo violento, hábil como pocos en el manejo de armamento y técnicas de combate. En tiempos en que Estados Unidos se desangra a un ritmo semanal con masacres de civiles inocentes y la población se divide en discusiones sobre el control de las armas de fuego, lanzar una serie cargada de balazos y homicidios no parece la movida más sensible.
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Netflix sabe que tiene entre manos material delicado y así lo reflejó a inicios de octubre, cuando a la luz de la masacre ocurrida en un concierto en Las Vegas, la empresa decidió suspender un panel sobre The Punisher que se haría en el Comic Con de Nueva York. Además, si bien la firma no había precisado la fecha de estreno de la serie, distintos medios especializados afirmaron que el lanzamiento sorpresa previsto para esos días fue postergado. Ahora sí es de fijo que todos los 13 capítulos de la primera temporada se pondrán a disposición de los suscriptores este viernes 17 de noviembre... a menos que otra matanza real se apodere de los titulares antes.
El de la calavera. Frank Castle –El Castigador– debutó en los cómics de Marvel en febrero de 1974, gracias al talento del escritor Gerry Conway y los dibujantes John Romita Sr. y Ross Andru. Dato curioso: su nombre se lo dio el mítico editor Stan Lee, quien desechó la poco viable idea original de llamarlo El Asesino y lo bautizó como Punisher, tomando el nombre de un personaje que había creado años atrás y que había caído en desuso.
En sus inicios, Castle es un vigilante que hace de fiscal, jurado y verdugo para ajusticiar a la mafia neoyorquina. El personaje fue introducido como un adversario del Hombre Araña, pues Castle se lanza a la caza del escalador de paredes luego de que este fuera acusado de un crimen que no cometió.
En todas sus encarnaciones –que además del cómic incluyen ya tres películas de dispares resultados– el origen del Punisher es el mismo: un exmilitar consumido por el odio y la venganza luego de que su esposa e hijos fueron asesinados por criminales. A partir de la pérdida de sus seres queridos, Castle se convierte en un depredador de escorias, a quienes persigue, captura y ejecuta sin reparar en debidos procesos o derechos humanos.
A diferencia de la mayoría de personajes de Marvel, el Punisher no tiene poderes sobrenaturales. Aún así, Castle es un adversario formidable, curtido en combate cuerpo a cuerpo, artes marciales, explosivos, tácticas de guerra y manejo de cualquier tipo de arma. Sin embargo, la cualidad más temible de Frank es el dolor: entre más castigo recibe su cuerpo, más letal se torna.
Sorpresa. El que The Punisher tenga su propia serie no era parte de los planes originales de la asociación entre Marvel y Netflix. El acuerdo inicial entre los dos gigantes prevía solo series para otros héroes neoyorquinos de la editorial: Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage y Iron Fist. Todos ellos ya tuvieron sus respectivas series, previo a juntar esfuerzos en el crossover de la miniserie The Defenders, estrenada en agosto de este año.
El personaje de Castle fue introducido en la segunda temporada de Daredevil, encarnado por el actor Jon Bernthal, primero como un adversario y, al final, como aliado del paladín rojo. El trabajo de Bernthal fue aclamado, tanto por los fanáticos como por la crítica y fue cuestión de lógica el ascender a su personaje a estelar y dotarlo de su propia serie.

Así, la nueva trama ahonda en la historia de Castle, de cuyos orígenes apenas se pudo ver algunas pinceladas en Daredevil. Ahora el público podrá acompañarlo durante sus años en el ejército, donde participó de operaciones secretas que dejaron una pesada carga emocional en él.
Los traumas derivados del asesinato de su familia y nuevos adversarios igual o más violentos que él también se explorarán en el estreno, que como las series previas de Marvel también estará enmarcada dentro del universo cinematográfico de esa casa, aunque con un énfasis más callejero y dirigido a audiencias mayores de edad.
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Entre los personajes conocidos que repiten está la reportera Karen Page (Deborah Ann Woll), quien ya vimos como parte del elenco de Daredevil y The Defenders. Page es de las pocas personas que han podido ganarse la confianza de Castle, y los productores aprovecharon eso para vincular a The Punisher con la trama de las otras producciones de Netflix/Marvel.
Los responsables de The Punisher han dicho estar conscientes del delicado momento histórico en que sale la serie y han asegurado que la violencia, si bien está muy presente en la historia, no es el gancho. Aún así, dese por advertido: si la sangre no es lo suyo, entonces proceda con precaución.
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