
Microsoft cumplió con la advertencia que hizo a mediados del 2011 y comenzó una serie de acciones civiles y penales para atacar la piratería en Costa Rica.
Según explicó en un comunicado de prensa, desde el año pasado ya ha desarrollado diez procedimientos extrajudiciales de conciliación a ensambladores de computadoras y siete denuncias adicionales a empresas usuarias de software sin licencia.
A eso se debe agregar que, solo en enero de este año, ya se han llevado a cabo dos diligencias judiciales a empresas donde había 225 computadoras con software presuntamente ilegal que estaría valorado en ¢64 millones.
Se estima que los usuarios ilegales deberán pagar indemnizaciones que superan los ¢87 millones, dijo el gigante del software.
En el anuncio se consignaba que “debido a los altos niveles de piratería en nuestro país, Microsoft y la industria han implementado un nuevo programa que tiene como objetivo proteger el canal que vende software Microsoft original y a los consumidores”.
“No se arriesgue”, decía directamente, “Microsoft redobla esfuerzos contra la piratería del software en Costa Rica”.
Según datos de la consultora IDC, la tasa de piratería en Costa Rica es cercana al 58%, lo cual representa pérdidas para la industria que rondaron los $55 millones anuales.
Esta tasa de piratería es menor que el promedio latinoamericano, pero mayor que el mundial.
Según este abogado, muchas personas en Costa Rica están comprando computadoras y pagan por ellas pensando que tienen programas originales, pero cuando tienen algún problema y llaman al centro de servicio al cliente, se enteran de que sus programas son piratas.
Sciancalepore comentó que el software pirata expone a las personas a ser más fácilmente víctimas de virus. Además, implica una menor recaudación por concepto de impuestos y una menor generación de empleo, añadió.
“Si Costa Rica quiere consolidarse como una economía en la cual la industria del software juegue un papel importante, es fundamental hacer respetar los derechos de autor”, dijo Sciancalepore.
Montserrat Durán, de la Business Software Alliance (BSA,organización sin fines de lucro que une a fabricantes de software), señaló que, por cada dólar que se pierde por piratería, un país pierde de tres a cuatro dólares por el entorno de negocios que genera la industria.
“El mayor problema no es de las personas individuales, es de las empresas. Hay empresas que pagan una licencia y tienen veinte máquinas con esa única licencia”, añadió Durán.
Sin embargo, según comentó, todos los organismos encargados de la defensa de los consumidores deberían interesarse en este tema, pues muchas personas están comprando computadoras creyendo que tienen software legal y posteriormente caen en la cuenta de que es pirata.
“Una familia hace un esfuerzo para comprar una computadora para su hijo, paga como si todo fuera legal y luego se dan cuenta de que no era así. Eso es una estafa”, agregó la representante de BSA.