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Byron Acuña, ingeniero del programa de Grupo Prides es uno de encargados de programar a Pepper. CARLOS GONZALEZ/AGENCIA OJO POR OJO. (CARLOS GONZALEZ CARBALLO)
Pepper es un robot de “seis años”, pero a su corta edad ya se ha desempeñado como botones en un hotel, asistente para trabajar con niños con autismo y ahora, está en Costa Rica para integrarse en el catálogo de servicios de Inteligencia Artificial de Grupo Prides.
Si le pregunta al mismo Pepper contestará que le nombraron así para “darle sabor a tu vida”, la respuesta además de ser jocosa, representa muy bien lo que implica hablar con este personaje: es similar a mantener una conversación con un ser humano.
Marco García, gerente de Tecnología de Grupo Prides explicó que el robot analiza el rostro de la persona con quien conversa y puede ser capaz de discernir sus emociones. La programación que puede realizarse con él, también le da gran potencia.
“Pepper podría trabajar en cualquier sector donde haya necesidad de interactuar con personas, recibir consultas. Tiene múltiples usos, estamos enfocados en temas de banca pero podría laborar en toda situación donde tenga que interactuar con un ser humano”, comentó García.
El gerente de Tecnología de Grupo Prides reveló que ofrecerán varios modelos a las compañías interesadas en incorporar a Pepper, las cuales podrán hacerlo en tanto como venta o alquiler. “El valor agregado que le damos es la programación”, aseguró.
García explicó que el costo aproximado de contratar o comprar un servicio que incluya a Pepper dependerá mucho de la necesidad que se desee atender y de qué se deba programar.
¿Cómo llegó Pepper al país?
Este robot viajó a Costa Rica para celebrar el 35 aniversario de Grupo Prides. Sin embargo, antes de su llegada fue necesario que un equipo viajara a Estados Unidos para conocer cómo montarlo y desmontarlo y también aprender a programarlo.
Además, debieron ir por él, pues no podía viajar solo en una línea área comercial, debido a que cuenta con batería de litio.
Entre sus características destacan la posibilidad de reconocer el lenguaje y de hablar en hasta 15 idiomas, entre ellos: inglés, francés, español, alemán, italiano, árabe, entre otros.
Al preguntarle si puede pensar, Pepper es muy sincero: “Puedo escuchar y responder a lo que estás diciendo, pero no pienso como lo hacen los humanos”.
También es claro al responder a la pregunta: ¿puedes recordar? “No, recordar es para el tejido cerebral, pero puedo recopilar datos y asociarlos a ti”.
Este robot no solo está entrenado para reconocer las emociones de la persona con las que habla, también tiene sensores y puede percibir el tacto y hasta bromear con que se siente como un gato, al ser acariciado.
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El robot humanoide hasta "morado" resultó ser, pues baila la canción del Deportivo Saprissa. Foto: CARLOS GONZALEZ/AGENCIA OJO POR OJO. (CARLOS GONZALEZ CARBALLO)
Viene equipado con dos cámaras 2D, ubicadas una en la boca y otra en la frente. Mientras que en los ojos, tiene dos cámaras 3D por lo que al hablar con él, no es extraño “sentirse observado”.
El robot mide 120 cm de alto y tiene la capacidad de levantar sus brazos, mover su cabeza y hasta bailar. También conoce las leyes de la robótica creadas por el autor de ciencia ficción Isaac Asimov y si se las pregunta, las puede recitar.
A futuro
Por el momento, la compañía tiene un solo robot en su inventario y lo utiliza para hacer todas las programaciones necesarias. Sin embargo, García indicó que se encuentran en conversaciones con el proveedor para traer más robots similares.
Asimismo, evalúan la posibilidad de traer al “hermano menor” de Pepper, que se llama Nao. Aunque el mismo Pepper asegura que no es su hermano sino su amigo.
El costo de un robot como Pepper es de $40.000 (unos ¢22 millones) en Estados Unidos, aunque el representante de Grupo Prides aseguró que el valor agregado es la personalización de servicio que se puede hacer con él, según lo demande un determinado cliente.
La llegada de un robot como este al mercado no implica que los humanos vayan a ser reemplazados por máquinas, más bien que máquinas de este tipo pueden realizar laborales más mecánicas, mientras las personas se ocupan de tareas más sofisticadas, aclaró García.
Según las proyecciones anuales de la consultora Deloitte casi un millón de robots serán vendidos para uso empresarial en el 2020, y poco más de la mitad de ellos serán robots de servicios profesionales. Estos generarán $16.000 millones en ingresos (un 30% más que en 2019).