Un ambiente seguro y las condiciones para preocuparse únicamente por ser productivos en su trabajo es lo que dicen haber encontrado Samuel Yoo, André Solís, Michael y Bryan Fallas, Ericka Henríquez y Elizabeth Villalta en Intel.
Yoo es un joven graduado de ingeniería en Computación del Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec), quien trabaja hace dos años en esa empresa y tiene síndrome de Tourette, que como él explica consiste en “varios tics que pueden ser motores o vocales”. En el caso de Yoo se manifesta con movimientos y sonidos involuntarios.
“Normalmente cuando uno tiene Tourette, la forma más adecuada de ayudar a la persona es tratar de ignorar los tics, (porque) uno se altera, se estresa e intenta no hacer más”, explicó el muchacho.
Sin embargo, Samuel reconoce que en su lugar de trabajo ha encontrado apoyo en las personas, pues al ver que ellas no reaccionan lo ayuda a sentir que “nada ha pasado”, pero está consciente de que no es fácil, pues si yo grito y agarro a alguien desprevenido se puede asustar.
Intel es solo un ejemplo de las transformaciones que realizan algunas compañías para atender a la población con discapacidad que contratan.
André Solís, quien labora hace dos años en el Centro de Innovación de esta empresa, también tiene mucho qué contar en este sentido. Él es graduado del Tec en Ingeniería en Computación y al igual que Samuel, cursa una maestría en la actualidad. Este joven tiene distrofia muscular espinal.
Él asegura que su llegada a la compañía fue un proceso de aprendizaje mutuo, pues este es su primer trabajo y temía molestar mucho y que lo despidieran. Pero lo primero que hicieron fue citarlo a una reunión para preguntarle qué necesitaba y así: “expliqué muchas de las necesidades que tenía para ir al baño, por ejemplo”, contó el muchacho.
Y aunque ya han pasado dos años de su llegada y siempre hay cosas que se pueden mejorar, Solís explicó que la misma cultura que existe sobre discapacidad en el trabajo hace que la gente sea colaborativa con él.
“Yo tengo la ley de la mano derecha, el que está a la derecha mía siempre es el que me ayuda a comer, sea quien sea”, comentó el joven.
Mientras que los hermanos gemelos Michael y Bryan Fallas, destacaron que cuando comenzaron a laborar en la empresa se toparon con que se realizaron adaptaciones en los buses de la compañía, para que ambos pudiesen viajar en su silla de ruedas, o botones en los baños para que pudieran utilizarlos de forma muy autónoma, sin solicitar ayuda de terceros.
Sensibilización
Timothy Scott, gerente de Asuntos Gubernamentales y Relaciones Públicas de Intel, explicó que en la compañía existen grupos globales donde los empleados se reúnen por afinidades.
Una de esas agrupaciones es la Red de Empleados con Habilidades Diversas que se reúne miércoles de por medio, y es coordinado por Sileny Monge.
“Lo que hacemos es hablar de dónde vemos la necesidad. Ahora lo estamos enfocando mucho en crear un plan global anual donde hacemos actividades, todo con el común denominador de educar, marcar una diferencia”, resaltó Monge.
Ver cómo el tema de discapacidad se ha ido abordando con los años es algo de lo que Ericka Henríquez ha sido testigo. Esta mujer tiene 21 años de trabajar en esta empresa, y 10 de ser usuaria de una silla de ruedas.
Ella comentó que la cultura de las personas de la empresa con respecto al tema de la discapacidad ha evolucionado para bien.
Una década atrás, al inicio de su experiencia como persona con discapacidad en Intel, le pasaba que abría una puerta y la gente le quería pasar encima, a veces ella tenía que frenar para que los demás le pasaran.
Ahora las cosas son diferentes, la población que trabaja en Intel está sensibilizada y muy anuente a ofrecer su colaboración.
Por su parte, Elizabeth Villalta, quien forma parte de la Red de Empleados con Habilidades Diversas explicó que ella también tiene una discapacidad: esclerosis múltiple y que eso le permite adelantarse a pensar qué actividades pueden hacer con el grupo, para sensibilizar a la población de Intel.
Además, recordó que al llegar a la empresa tenía miedo sobre cómo comunicarle a su jefatura que tiene una condición especial, pero se sintió a gusto cuando se dio cuenta de que la compañía estaba dispuesta a colaborarle en lo que necesitara.
Sin embargo, aseguró que conoce casos de personas con discapacidad en otras compañías que sufren acoso laboral, a causa de su condición, o bien, tienen discapacidades no visibles y los jefes no creen que tengan alguna condición especial.
¿Qué condiciones básicas deben ofrecer las empresas?
En sus puestos de trabajo, es vital para las personas con discapacidad tener acceso a información de lo que ocurre en la empresa y lo que debe conocer, explicó Lizbeth Barrantes, directora ejecutiva del Consejo Nacional de Personas con Discapacidad (Conapdis).
También es importante que no solo tengan el acceso físico a su puesto de trabajo, sino también a los baños, al servicio de comedor, donde son las actividades sociales para que puedan participar.
“La barrera más importante que enfrentan las personas son las actitudes de sus jefes, o de sus compañeros, porque a veces se da la sobreprotección, y no le permiten desarrollar todas sus capacidades. Asimismo se da el rechazo cuando los ignoran”, comentó Barrantes.
Además recordó que preguntarle a la persona siempre es muy importante para saber qué es lo que requiere y, de igual manera, se debe revisar que el trabajador tenga las adaptaciones necesarias.