Shirley Orozco no lo pensó dos veces cuando escuchó que habían abandonado a una bebé en su barrio. Sin dudarlo, corrió, la tomó en sus brazos y la envolvió con cobijas para darle calor. La pequeña, con su piel morada y aún con el cordón umbilical adherido, apenas podía moverse por el frío. “No podía dejarla ahí”, recuerda.
El estremecedor hallazgo ocurrió la madrugada de este viernes en Mercedes Norte de Heredia, cuando un chofer encontró a la recién nacida dentro de una bolsa plástica, colocada casi debajo de la llanta de un camión. Al escuchar un llanto débil, el hombre pensó que se trataba de gatos abandonados, pero al encender la luz del predio descubrió la impactante realidad. Desesperado, corrió en busca de ayuda. Fue entonces cuando Shirley y su esposo se movilizaron.
El instinto materno al rescate
Shirley, quien es madre de una menor, recuerda que su esposo llegó primero hasta donde estaba la bebé, pero al ver la escena le dijo que mejor no se acercara. Sin embargo, la preocupación por la criatura fue más fuerte que cualquier temor.
“Cuando escuché que decían ‘me dejaron un bebé’, mi corazón se aceleró y salí corriendo. Mi esposo fue el primero en acercarse y me dijo que no viera, pero yo necesitaba hacer algo. Me devolví a la casa y tomé mi celular para llamar al 911″, relató Orozco.

Mientras Shirley hablaba con los operadores de emergencia, el chofer que encontró a la bebé fue a su casa en busca de un paño para cubrirla. “Voy a acobijarlo con esto”, le dijo el hombre, pero al ver el estado de la bebé, Shirley decidió buscar algo más grueso.
“Corrí adentro y saqué una cobija más grande. Cuando volví, mi esposo ya había levantado a la bebé del suelo. La pusimos sobre una mesa cercana y en ese momento decidí llevarla adentro. Estaba helada, sus manitas y piecitos estaban morados. No podía dejarla ahí”, relató la mujer con la voz entrecortada.
Dentro de la casa, Shirley hizo todo lo posible por calentarla. “El operador del 911 me decía que la frotara, que la abrazara. Yo la frotaba por todos lados, la abrazaba, la cobijaba con mis propias manos. Le quité la bolsa en la que estaba envuelta y traté de limpiarla un poco, porque el frío la estaba afectando demasiado. Tenía que mantenerla viva hasta que llegara la ambulancia”.
Durante esos angustiosos minutos, Shirley recuerda que la bebé lloró y abrió los ojos. “Era hermosa, cachetoncita y fuerte a pesar de todo. En ese momento, supe que tenía que hacer todo lo posible por ayudarla”.
Finalmente, la ambulancia llegó y los paramédicos envolvieron a la bebé en una manta térmica para estabilizar su temperatura. Mientras tanto, la Policía arribó al sitio para iniciar la investigación sobre cómo la menor llegó a ser abandonada en esas condiciones.

La bebé fue trasladada de inmediato a un hospital, donde permanece en una incubadora bajo observación. Según información preliminar, su estado de salud es estable, aunque las autoridades no han brindado mayores detalles sobre su evolución.
“Si me la dan, yo voy”
Para Shirley Orozco, lo sucedido marcó su vida de una manera inesperada. La conexión que sintió con la bebé en esos momentos de angustia la ha llevado a contemplar la posibilidad de asumir su custodia si las autoridades lo permiten.
“Lo he pensado y si me la dan, por supuesto que la recibiría con mucho amor. No le di la vida, pero sí le di calor cuando más lo necesitó. Me gustaría saber qué va a pasar con ella, qué procedimientos seguirá el hospital y el PANI. Es difícil entender cómo alguien pudo dejarla en esas condiciones”, expresó con emoción.
Hasta el momento, las autoridades no han brindado información sobre el paradero de la madre biológica ni sobre las medidas que se tomarán respecto al futuro de la menor. Entretanto, Shirley Orozco sigue a la espera de respuestas, con la esperanza de que la bebé encuentre un hogar seguro y amoroso.
