Una tragedia familiar enluta a los vecinos de Caldera, luego de que un abuelo y dos de sus nietos murieran ahogados, mientras disfrutaban de una soleada tarde en esa playa de Esparza, Puntarenas.
Don José López Jirón, de 64 años, estaba compartiendo con sus cuatro nietos cuando fueron sorprendidos por una corriente marina fuerte. El adulto logró sacar a dos niñas, de seis y ocho años, pero al regresar por los otros dos niños, de ocho y once años, fue vencido por la fuerza del oleaje y perdió la vida en el intento.
Según precisaron las autoridades, los cuerpos del abuelo y los dos menores fallecidos fueron recuperados por miembros de Guardacostas y trasladados al Complejo de Ciencias Forenses, en San Joaquín de Flores. Mientras que las niñas sobrevivientes no sufrieron lesiones de consideración.
Los cuerpos de rescate advirtieron que esa zona de la playa es muy peligrosa y son comunes las corrientes de resaca.
Una comunidad en luto y en apoyo
Ante la falta de recursos económicos de la familia, quienes son de nacionalidad nicaragüense y vecinos de Caldera, la comunidad escolar de los niños afectados tomó la iniciativa de ayudar para que puedan despedir a sus seres queridos con dignidad.
Sandra Cordero, directora de la escuela a la que asistían los chiquitos, está coordinando una campaña de ayuda para cubrir los gastos funerarios y ofrecer un lugar para el velorio, ya que la familia no cuenta con las condiciones necesarias para hacerlo en sus hogares.

“Nos donaron un nicho, pero aún nos hacen falta dos más. No tenemos condiciones para velarlos en sus casas, así que los vamos a velar aquí en la escuela, que es lo que más o menos manejamos”, afirmó Cordero con profunda tristeza.
Además, detalló que se requiere apoyo para pagar las cajas fúnebres y el traslado de los cuerpos, lo que representa un gasto considerable para esta familia, en una situación ya muy delicada.
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“Cada nicho tiene un valor de ¢300.000″, dijo la directora.
La verdad detrás de la tragedia
En medio de la conmoción, la directora quiso aclarar malentendidos y desmentir versiones erróneas que circularon en redes sociales y medios, donde se señalaba una supuesta negligencia o descuido por parte de los padres.
Sin embargo, lo que se sabe es que los menores, quienes viven cerca del mar, le pidieron a su abuelo que los llevara y estuvieron disfrutando en la orilla, hasta que una ola los arrastró repentinamente.
“Ellos no estaban de vacaciones, ni descuidados. La mamá estaban trabajando, no estaba con los niños en ese momento. Los niños estaban con el abuelo”, explicó La directora.
Resaltó que las familias son parte de la comunidad, que los niños asistían regularmente a la escuela y que, a pesar de las dificultades económicas, los familiares siempre se preocuparon por la educación y el bienestar de sus hijos.
“A veces no conocemos la población, ni a las familias, y salen a decir cosas sin saber. La mamá estaba trabajando en una de las soditas de aquí y fue que la llamaron para decirle que sus hijos se estaban ahogando”, agregó.

Sandra recordó a los niños con cariño y orgullo, mencionando que uno de ellos estaba a punto de graduarse de sexto grado y que incluso participaba en actividades escolares recientes.
“Él estaba bailando zumba conmigo hace pocos días, durante una actividad en la escuela por la semana cultural”, contó la directora.
Un llamado a la solidaridad
En este momento de profundo dolor, la escuela y la comunidad hacen un llamado a la solidaridad para ayudar a esta familia a superar la pérdida y dar un entierro digno.
“Estamos pidiendo ayuda. Es bastante dinero lo que necesitábamos, y queremos apoyar a estas familias, ellos son nicaragüenses”, manifestó Sandra.
Quienes deseen colaborar pueden comunicarse directamente a estos números de teléfono 8489-3950 a nombre de la directora o bien al 6155-5541, a nombre de otro profesor.
